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2010/03/19

LPG-Penoso, realmente penoso

Parece que los desbordan las demandas que atentan el ejercicio académico. Es hora de reflexionar sobre el costo social de dejar en manos de encapuchados la administración de la UES.

Escrito por Sandra de Barraza. 19 de Marzo. Tomado de La Prensa Grafica.

 

Las declaraciones de las autoridades universitarias durante la reciente toma por encapuchados generan inquietudes. La UES es una institución que anualmente cuesta millones de dólares. Es una institución con recurso humano que se conoce por sus demandas salariales en plena calle. La UES es una institución que se reconoce por sus pintas y por sus protestas callejeras. Es una institución que no rinde cuentas a nadie, ni siquiera al Ministerio de Educación que es la institución que le transfiere el presupuesto. La UES es una institución académica de la que se conoce casi nada. Dicen que tienen laboratorios muy bien equipados, pero... no más. No hay entrada a su página web.

Por el desconocimiento y la indiferencia públicos que ha generado la UES, y por los sucesos y las declaraciones “oficiales” durante la toma de los encapuchados, me atrevo a reconocer que es momento de tomar el toro por los cuernos porque hace unos meses... hace unos años ¿quién podría imaginar que el rector de la UES hiciera un llamado a que la PNC se apostara en los portones de entrada a solicitar la identificación del carné de estudiante? ¿Quién podría imaginarse que demandaban a la Fiscalía por la invasión de encapuchados a la autonomía de la UES?

El artículo 26 de la Ley Orgánica de la UES le asigna al rector 14 atribuciones, la primera es, nada más y nada menos, “defender los intereses de la UES” y la sexta “adoptar las medidas ejecutivas necesarias para asegurar la buena marcha de la UES”. ¿Entonces? Es el rector el funcionario responsable de velar por el apropiado uso de los recursos públicos y sobre todo, de asegurar la conducta y el comportamiento apropiados de los estudiantes matriculados y de los aspirantes a las diferentes carreras. Definitivamente a la UES no debe entrar cualquiera, no pueden entrar todos los que quieran y peor aún, jóvenes encapuchados que le tuercen el brazo a las autoridades, agreden el derecho a la educación y al desarrollo de la gran mayoría y agravan el deterioro de la calidad de la enseñanza superior.

Tal como manda la Ley Orgánica en el artículo 26, el rector debe cumplir y hacer cumplir la legislación universitaria y sobre todo asegurar que la UES logra “formar profesionales capacitados moral e intelectualmente para desempeñar la función que les corresponde en la sociedad, integrando funciones de docencia, investigación y proyección social” tal como lo establece el artículo 2 literal b. No hay más que hacer. Solo hay que cumplir. Pero si no se puede por falta de capacidad, el MINED, la Fiscalía y la Asamblea Legislativa están llamados a asumir la tarea para recuperar la misión de esa universidad pública que todos financiamos.

¿Qué colaboración solicitó el rector al fiscal general de la República? ¿Tiempo hasta la siguiente toma de encapuchados? o ¿que ejerza responsable, efectiva y prontamente “la defensa de los intereses del Estado y de la sociedad” tal como lo establece el artículo 193 de la Constitución? Si fue lo primero no hay que perder tiempo en usurpar responsabilidades que competen al rector y al Consejo Superior Universitario. Si es lo segundo como lo clamaron las autoridades universitarias, ojalá que el fiscal general de la República intervenga porque al país entero le conviene tener un centro universitario que eduque con calidad, que haga investigación y que se proyecte en la sociedad poniendo el conocimiento, la tecnología, la innovación y la calidad al servicio del desarrollo y el bienestar.

¿Qué debería asegurar el fiscal general de la República? Que la sociedad cuente con una UES que efectivamente pueda llamarse universidad y que la sociedad cuente con un centro de educación superior de excelencia. Estos son los intereses del Estado en beneficio de la sociedad en su conjunto. Los sucesos públicamente conocidos obligan a pensar que los métodos de trabajo de los encapuchados son más efectivos que los métodos de trabajo del Consejo Superior Universitario y de su rector. Parece que los desbordan las demandas que atentan el ejercicio académico. Es hora de reflexionar sobre el costo social de dejar en manos de encapuchados la administración de la UES.

Hay que recuperar la UES y pensar con sentido común y objetividad lo que eso significa esta decisión. Los encapuchados salieron como ladrones, pero... volverán. ¿Entonces? No se vale dejarle al tiempo la autodestrucción y el total deterioro de la UES. Es oportuno crear otras universidades públicas para dar opción académica a jóvenes que tengan talento y quieran formarse efectivamente como profesionales con calidad y excelencia.

Penoso, realmente penoso

1 comentario:

  1. Nombre eso no es nada comparado a la matanzinga por sobrevivir en la que estamos. Nada es mas vergonzoso que constatar lo deshumanizados que estamos. 14 vidas se ciegan diariamente en estos 21000 Km^2 !! Otros cientos huyen despavoridos hacia el norte! Eso..es vergonsozo y sucede desde ya hace ratos. Hace unas decadas nuestros jovenes universitarios adquirieron una tremenda conciencia social y determinaron necesario hacer algo para mejorar nuestra sociedad y se enrolaron en una guerra civil contra el orden establecido. Desafiaron al regimen de entonces.. murieron muchos. 3 decadas mas tarde un buen puño de jovenes pobres no llegan ni a soñar estar en las aulas de la U para desarrollar su intelecto y particpar de ideas nuevas acerca de la vida social, politica y economica. Ahora se quedan en sus casas, se juntan con otros de su misma edad y cran una mini-sociedad para poder sobrevivir esta muda vida sin sentido que nuestro pais les ofrece. Eso tambien es vergonzoso.

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