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2010/03/22

LPG-Los migrantes: contribuyentes fiscales

 La enorme importancia del fenómeno migratorio para el desarrollo de nuestro país contrasta enormemente con la falta de estudios e investigaciones que permitan comprenderlo y manejarlo mejor.

Escrito por Roberto Rubio-Fabián.22 de Marzo. Tomado de La Prensa Grafica.

El fenómeno migratorio, que es mucho más que el flujo de remesas, es quizá el fenómeno histórico que más ha marcado el desarrollo de nuestro país en los últimos tiempos. Sin duda alguna ha contribuido a modificar la estructura y dinámica de nuestra economía: en los últimos 25 años cambió por completo la principal fuente de obtención de recursos externos, impulsó la diversificación de las exportaciones, cambió patrones de consumo, constituye una base fundamental para sostener nuestro sistema monetario y la estabilidad macroeconómica gracias a las remesas, transformó el mercado laboral, etc.

De igual manera, el fenómeno migratorio ha marcado profunda huella en los comportamientos y dinámicas sociopolíticas y culturales de la sociedad salvadoreña: ha favorecido cambios drásticos en la estructura y movilidad social, ha conformado otros amortiguadores de la pobreza y la presión social, le dio vuelta a las estructuras familiares, transnacionalizó el fenómeno de las pandillas, introdujo nuevos comportamientos sociales y patrones culturales, amplió los ítems principales de la agenda de los partidos políticos y de las políticas gubernamentales, ha posibilitado contar con instancias con potencial de presión y “lobby” dentro de Estados Unidos a favor de nuestros intereses nacionales, etc.

Ahora bien, la enorme importancia del fenómeno migratorio para el desarrollo de nuestro país contrasta enormemente con la falta de estudios e investigaciones que permitan comprenderlo y manejarlo mejor. No estamos diciendo que no haya algunos estudios sobre el tema, sino que son tremendamente limitados en número y amplitud temática respecto a la magnitud e importancia que el fenómeno representa.

Uno de los tantos campos de estudio poco explorados del fenómeno migratorio es el impacto que tiene este sobre las finanzas públicas, o más específicamente sobre los impuestos. Así por ejemplo, el fenómeno migratorio, allende las remesas, contribuye a los ingresos de CEPA y TACA gracias al flujo de viajes que produce el intercambio migratorio, a la rentabilidad de las empresas telefónicas debido al intenso tráfico de llamadas hacia y desde Estados Unidos al país, a los ingresos del turismo interno gracias a los flujos de compatriotas que vienen a pasar sus vacaciones con sus familiares, a los ingresos que se generan por el comercio de vehículos o ropa usada, etc. Es decir, los ingresos de CEPA, de las telefónicas, de las actividades turísticas, del comercio de bienes usados, etc., son ingresos que contribuyen a la generación de impuestos directos e indirectos, así como lo hacen las remesas con el impulso del consumo.

En esta ruta de exploración de los impactos del fenómeno migratorio, la Fundación Nacional para el Desarrollo (FUNDE), junto con la Alianza Nacional de Comunidades Latino Americanas y Caribeñas (NALACC, por sus siglas en inglés) y el Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la Universidad Nacional Autónoma de México, presentaron la semana pasada los resultados del estudio titulado “Contribuyendo con su parte. El aporte de los migrantes a la salud fiscal en México y El Salvador”. Se trata de una investigación que incursiona en el impacto de las remesas (no del amplio fenómeno migratorio) sobre la generación de los impuestos sobre el valor agregado o IVA (no sobre todos los otros tipos de impuestos).

A pesar de lo acotado de la investigación, los resultados revelan la importancia que tienen las remesas familiares para el fisco: para 2007, la contribución de estas a los ingresos del IVA se estimaron en unos $194 millones; lo cual significa que las remesas fomentaron un nivel de consumo que generó casi un 12.9% del total de impuestos recolectados en IVA. Este monto de impuestos indirectos, recaudados gracias al consumo que producen las remesas, representó un 6.8% del total de los ingresos tributarios, un 12.8% del gasto social total del gobierno, y aproximadamente un 1% del PIB. Bajo estos términos, los/as salvadoreños/as en el exterior vienen anualmente contribuyendo más que lo que los/as salvadoreños/as que vivimos en El Salvador aportaríamos como resultado de las recientes reformas tributarias... o casi equivalente a lo que todos los contribuyentes que viven en el país aportarían anualmente como resultado de un posible pacto fiscal (1% del PIB cada año).

Esa importancia del “contribuyente fiscal externo” no es al momento correspondida por la sociedad salvadoreña. La aportación al fisco que hacen los migrantes es de cierta manera un ejercicio de ciudadanía. Un ejercicio que ni siquiera es correspondido con un derecho elemental del ciudadano: el derecho al voto. Ojalá que estudios como los señalados, al ir desvelando la importancia del fenómeno migratorio, vayan haciendo conciencia de la necesidad de otorgar ciudadanía plena a nuestros migrantes.

Los migrantes: contribuyentes fiscales

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