El Gobierno tiene un gran desafío. Si no revierte el cambio negativo de las percepciones a la brevedad, se estarían configurando condiciones para un posible “fin de la luna de miel” antes de un año.
Escrito por Claudio M. de Rosa.15 de Marzo. Tomado de la Prensa Grafica.Las encuestas de LPG y Mitofsky (febrero/2010), muestran que el presidente Mauricio Funes mantiene una alta aprobación a su gestión (74% y 83%, respectivamente), aunque con un leve retroceso de cinco puntos en los últimos tres meses. Un resultado brillante en lo personal. Sin embargo, las respuestas a otras preguntas clave evidencian un marcado retroceso en la calificación que dan los salvadoreños al Gobierno. Esto debe preocupar al mandatario y asesores, porque puede ser como el efecto del terremoto que recientemente golpeó a Chile, que en principio muestra poco daño por fuera, pero al entrar a las viviendas se observa que colapsó el techo, se derrumbaron paredes y hay daños estructurales, por lo que la gente teme volver a entrar.
En noviembre, la encuesta de LPG mostraba que 54% de los encuestados consideraba que el presidente Funes cumplía con sus promesas, percepción que bajó a 47% en febrero. La opinión favorable cayó 7 puntos. Como los porcentajes son engañosos, tomemos como factor ilustrativo que 2.65 millones de electores participaron en la última elección. Entonces, este resultado permite inferir que algo más de 185 mil personas habrían cambiado de opinión. Sobre “quién tiene las riendas del país”, en noviembre el 65% opinaba que era el presidente, proporción que cae a 56% en febrero (perdió 145 mil apoyos). En cuanto a las “expectativas del Gobierno”, Mitofsky muestra que 14 de cada 100 encuestados cambiaron de opinión (365 mil personas), que consideran que “no es lo que esperaba”. Luego, 65% de los salvadoreños estimaba que el presidente “tenía las riendas del país”, y en febrero el 56%; mientras un tercio considera que la situación del país “se le está saliendo de control”. Coincidentemente, LPG muestra que 44% de los salvadoreños percibía que el rumbo del país era “correcto”, opinión que se desploma a 27% en febrero: perdió 21 puntos en opiniones favorables (560 mil personas).
Sobre la situación general del país, LPG muestra que 72% de la población (1 millón 910 mil personas) considera que está “mal o muy mal”, lo que un sociólogo podría calificar de “depresión social”. Esto lo corrobora Mitofsky que reporta que el Gobierno retrocede en la opinión pública en todos los campos de gestión.
En seguridad pública, (Mitofsky) de 49% que consideraba que la situación mejoraba, en noviembre, pero en febrero 69%, más de dos tercios de la población estima que la situación ha empeorado (1 millón 830 mil personas). La encuesta de LPG coincidentemente muestra que la proporción de la población que piensa que “el presidente sí está resolviendo los problemas de seguridad cae de 57% en agosto, a 51% en noviembre y se desploma a 28% en febrero: perdió 21 puntos en seis meses (770 mil personas).
Respecto a la situación económica, según Mitofsky, 78% de los salvadoreños considera a febrero que la situación ha empeorado, dejando poco espacio para seguir aumentando el número de personas desencantadas. Esto coincide con el resultado de LPG, que también muestra que 66% de los salvadoreños consideraba que el “presidente está resolviendo los problemas económicos” en agosto; opinión que cae vertiginosamente a 46% (menos de la mitad) en noviembre, para luego hundirse a 29% en febrero: en seis meses perdió 37 puntos, más de 980 mil personas cambiaron de opinión.
La mala calificación también recae sobre la situación política del país, que después de mejorar a noviembre, para 54% de los salvadoreños ha empeorado a febrero (Mitofsky), mientras solo un tercio estima que ha mejorado. Probablemente, las componendas con grupos políticos señalados por su reducida ética y honestidad, como la falta de una Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública, la necesidad de terminar con la cuestionada práctica del “uso imprevisto y discrecional de fondos autorizados y no ejecutados por ministerios y organismos estatales, sin la rendición de cuentas y transparencia necesarias”, y la necesidad de “combatir el crimen organizado y las pandillas” (FUSADES), deberían ser parte ineludible de la agenda del Gobierno para mejorar la opinión pública.
La evaluación de la gestión de salud, aunque se mantiene positiva, también cae de 68% que consideraba que estaba mejorando en noviembre, a 58% en febrero: perdió 10 puntos (265 mil personas).
Ambas encuestas muestran que para mayoría de la población ha “desaprobado” la gestión gubernamental. El Gobierno tiene un gran desafío. Si no revierte el cambio negativo de las percepciones a la brevedad, se estarían configurando condiciones para un posible “fin de la luna de miel” antes de un año y que los salvadoreños comienzan a pasarle la factura.
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