Escrito por Lorena Rubiano Fajardo. 07 de Marzo.
La guerra es una masacre entre gente que no se conoce, para provecho de gente que sí se conoce, pero que no se masacra.
Paul Valéry
Hay tanto interés común con nuestro país vecino Venezuela, que las relaciones bilaterales deben ser tratadas con la mayor sindéresis posible, con el mayor respeto mutuo y con una gran dosis de diplomacia.
Es increíble que muchos compatriotas estén azuzando por todos los medios un enfrentamiento bélico con la hermana nación. A ellos les pido que cuando escriban o hablen en este sentido, envíen como en la época de la independencia, la lista de los hijos que ponen a disposición para defender el honor patrio.
Independiente del gobierno que los rige, de su presidente y de su forma de gobernar y de actuar, hay que respetar la soberanía de cada nación y de sus pueblos. Además acordémonos de cuantos compatriotas colombianos viven en Venezuela mal o bien, pero allá han encontrado refugio y oportunidades que no encontraron en su propia nación. De manera que no juguemos a la guerra, porque los que llaman a ese enfrentamiento son los primeros en salir para Miami y otros países, a esperar que los jóvenes campesinos, el trabajador común y nosotros los ciudadanos de a pie defendamos la patria.
Ese espíritu bélico hay que cambiarlo por el dialogo, con intermediación internacional, para bajarle la temperatura a un enfrentamiento que ya está causando graves consecuencias económicas, para ambas naciones.
Además, Nuestro país tiene un conflicto armado interno, que no podemos desconocer, ni ignorar, para entrar a un conflicto externo, que no sabemos si lo podremos sostener.
Al desatarse una guerra entre Colombia y Venezuela los países fabricantes de armas, son los únicos beneficiados, a ellos les interesa que el negocio de equipos bélicos, se expanda sin importar, sus consecuencias, ni sus resultados.
No seamos insensatos con nuestra gente. No debemos prestarnos para que los intereses políticos nos lleven a tratar de acabar desde Colombia la revolución Bolivariana de Chávez y a inmiscuirnos en sus asuntos internos. Así como debemos hacer respetar nuestra soberanía y nuestras políticas internas.
Dejemos que las instancias y la justicia internacional verifiquen y juzguen las denuncias sobre posibles apoyos de funcionarios del vecino país a grupos alzados en armas que operan en nuestro país.
De manera que ese escalamiento del conflicto exige la mesura de nuestro canciller, del ministro de defensa y la prudencia de la prensa, para no echarle mas leña a la hoguera.
La responsabilidad de restaurar el entendimiento entre los dos países, se salen del ámbito bilateral y en esa tarea es decisiva la comunidad internacional, para que se reconstruya la confianza y se avance en el restablecimiento de las relaciones económicas sociales y políticas, además para que sean garantes de los acuerdos que se logren.
Yo me pregunto: ¿será que a los actuales candidatos, a la Presidencia, Senado y Cámara les interesa el conflicto bilateral? Es inconcebible que estén utilizando este tema para tratar de buscar resultados electorales.
Estoy de acuerdo con enfrentarnos a los venezolanos, pero en fútbol, ajedrez, badmington, baloncesto, beísbol y muchos deportes más, pero jamás con armas letales.
Email- lorenarubianofajardo@gmail.com
Que alegria,leer comentarios de gente sensata como tu Lorena. Las guerras no dejan si no desolacion y muerte. Y los que se benefician solo son los traficantes de armas ,como bien lo dices. Te apoyamos y sigas en esa lucha contra la violencia. Leonardo Ramirez.
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