Escrito por Ricardo Esmahan. 23 de Marzo. Tomado de El Diario de Hoy.
En El Salvador se escucha con más frecuencia a empresarios, políticos y analistas señalar la importancia de profundizar relaciones comerciales con China Continental, ya que no se puede ignorar que entre ese país y la región ya existe un importante comercio, independientemente que no existan lazos diplomáticos. La realidad se impone: estamos inundados de productos chinos.
Es de considerar que China siempre fue un misterio para los inversores extranjeros, desde la antigua época de la "Ruta de la Seda". Por ser un misterio, se vuelve importante conocer información geopolítica para evaluar las oportunidades que se puedan tener al profundizar una relación.
La situación económica actual de China y su dinámica de gobierno generan desconfianza para sostener un mercado exportador como eje económico. Algunas compañías internacionales que operan hoy en China ya están empezando a considerar la reubicación de las operaciones de fabricación a lugares con mano de obra más barata o en retornar a sus países de origen para ahorrar costos de transporte, ya que los salarios chinos no son tan favorables como antes.
Por otra parte, Liu Mingkang, jefe de la Comisión Regulatoria Bancaria de China, dijo en una entrevista reciente que a varios bancos chinos se les ha pedido restringir sus préstamos después de comprobar que sus reservas de capital son insuficientes. Como resultado, varios de los principales bancos comerciales chinos recibieron órdenes para detener nuevos préstamos.
Los líderes chinos participan en los debates de política económica y parece ser que la crítica interna va en contra de la política del Presidente Hu; acompañada de tensiones sociales, el aumento de precios de la vivienda y con una inflación en pleno crecimiento. Ante ello, el gobierno chino ha invertido masivas sumas de dinero a su economía para estimular el crecimiento a través de inversiones y las exportaciones.
Al Presidente Hu le quedan sólo dos años para terminar su administración y todo apunta que ya está buscando dejar su legado y continuidad. Es de observar que la presidencia de Hu ya estaba asegurada mucho antes de que asumiera el cargo. La República Popular de China ha tenido sólo cuatro líderes: Mao Zedong, Deng Xiaoping, Jiang Zemin y Hu Jintao. Tanto Mao y Deng fueron líderes fuertes que tuvieron diferencias a la hora de la sucesión en el poder. Para evitar la confusión de la transición post-Mao, Deng creó un plan de sucesión a largo plazo.
Estableció en primera instancia al alcalde de Shanghai, Jiang Zemin como su sucesor. Sin embargo, en un esfuerzo por preservar su visión y su legado, Deng también eligió al sucesor de Jiang, siendo el elegido el actual Presidente Hu Jintao, quien tuvo asegurada la presidencia una década antes de asumir el poder. Sin embargo Jiang Zemin se aseguró en dejar su marca, designando al sucesor de Hu, Xi Jinping que tomara posesión del cargo de Presidente en el año 2012. Pero a pesar del apoyo de Jiang, Xi no ha crecido dentro de sus filas partidarias y populares de la misma manera como lo hizo Hu, elevando la especulación de los desacuerdos internos en el plan de sucesión.
El liderazgo conservador de China está en la cuerda floja, tratando de equilibrar el crecimiento económico insostenible y la potencial inestabilidad política. La crisis económica ha puesto de manifiesto la ineficacia de centrar el modelo económico que depende básicamente de las exportaciones, obligando al gobierno a inyectar dinero como un estímulo importante al plan de inversión para compensar la pérdida neta del sector exportador, que en la actualidad es exigente con su economía, encontrando apoyos con subsidios de gobierno para seguir siendo competitivo.
Sin duda, la crisis mundial está cuestionando hasta estos gobiernos fuertes, que sustentan una visión de largo plazo.
elsalvador.com :.: República Popular China: visión de nación
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