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2010/03/18

Contra Punto-La violencia nuestra de cada día

Ver muertos, oír disparos o gritos, de día o de noche, es parte ya, tristemente, del día a día en El Salvador, parte del paisaje. Las víctimas van desde un humilde repartidor de pan, hasta empresarios y jerarcas religiosos. Nadie está a salvo. La ANEP pide que rueden cabezas  

Escrito por G.Morán/JJ.Dalton. 18 de Marzo. Tomado de Contra Punto.

SAN SALVADOR - Nadie escapa de la violencia que a diario vive el país. Toca incluso a líderes religiosos.

La noche de este miércoles 17, el Obispo de la Iglesia Anglicana de El Salvador, Martín Barahona, fue víctima de un atentado con pistola, en medio de una vorágine de violencia que incluyó este jueves 18 la explosión de una bomba en el Centro de Gobierno, en San Salvador, así como varias otras muertes de salvadoreños y salvadoreñas. Y como la cosa no parece que aminore, el gremio de empresarios ha pedido las cabezas de los responsables de la seguridad pública.

Balas nocturnas

El atentado contra el religioso ocurrió alrededor de las 9 de la noche del miércoles, en la colonia Santa Mónica, de Santa Tecla, cuando el Obispo Barahona y su chofer, Francis Martínez, llevaban al músico de la iglesia a su casa, dijo a ContraPunto Susana Barrera, jefa de comunicaciones de esa congregación.

De pronto percibieron que un individuo con gran agresividad se les abalanzó. Pero el músico logró entrar a su casa, y el Obispo y su chofer a su vehículo.

El desconocido, sin qué ni para qué, disparó contra el auto de Barahona, hiriendo en el abdomen al chofer; mientras que el Obispo resultó con cortaduras en rostro y garganta por los vidrios del parabrisas del vehículo que le cayeron encima.

El chofer está delicado de su salud dado que fue intervenido durante varias horas de esta madrugada.

“El Obispo está conmocionado, traumado y triste por este atentado que sufrió en su contra”, dijo Barrera. El religioso había sido víctima de extorsiones y de robos, pero nunca de un atentado de esta naturaleza.

Martín Barahona, de 67 años de edad, es el Obispo de la Iglesia Anglicana de El Salvador desde 1992, y es el Primado de la Comunión Anglicana en Centro América (IARCA).

El atentado ocurrió a pocos metros de un puesto de la PNC, pero los agentes no lograron detener al atacante.

Se desconocen los motivos del atentado; fue rápido y sin mediar palabras.

Tiempos violentos

Contrapunto también fue testigo de la explosión de una granada, ocurrida a las 7:20 de la mañana de este jueves 18, en el Centro de Gobierno, cinco minutos después de que una reducida área fuera acordonada por policías que vigilan instituciones de Seguridad Pública y otros centros gubernamentales.

Un periodista de ContraPunto pasó justo frente a la zona donde se encontraba el artefacto y fue conminado por la seguridad privada de la zona a evitar el paso en la acera que representaba peligro.

Un conserje de la Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa (Cel) que hacía labores de limpieza en los alrededores de la institución, aproximadamente a las 7 de la mañana, narró, minutos antes de la explosión, que intentó barrer una bolsa negra que encontró justo frente a las instalaciones de la Cel.

Cuando se percató que la bolsa contenía un artículo pesado, optó por dar aviso a los miembros de la seguridad privada que resguardan el edifico de la Cel, quienes de inmediato cerraron el paso a peatones.

“Yo creí que era alguna parte humana pero esa es una bomba, tiene un tubo como de plástico y tiene varios alambres conectados”, dijo a ContraPunto.

Un agente de la Policía, perteneciente a la unidad de Protección de Personalidades Importantes (PPI), se acercó a la zona de peligro e incluso abrió parcialmente la bolsa negra y constató que era un artefacto extraño con características similares a las descritas por el conserje.

Los agentes intentaron retirar a los curiosos, quienes rodeaban la zona a una distancia prudencial. El agente, de apellido Cornejo, se quedó demasiado cerca del artefacto, el cual explosionó causándole lesiones en su pierna derecha y daños en la fachada de la Cel.

Una patrulla de la Policía acudió casi de inmediato al lugar de los hechos y trasladó al agente Cornejo a una clínica asistencial. La pierna del agente presentaba evidentes inflamaciones pero éste se encontraba consciente y narró a sus compañeros cómo sucedió el percance.

Vendedores de la zona estaban visiblemente nerviosos y daban versiones diferentes, pero coincidían en que no se tomaron precauciones profesionales para evitar los daños personales que causó la explosión, pues no se guardó la distancia prudente de parte de la víctima

Aún se desconoce el tipo de explosivo. La policía aún no da una versión oficial del hecho.

La explosión hizo recordar a muchos de los curiosos y testigos del hecho los años de conflicto armado, cuando las explosiones eran comunes en el marco de los ataques guerrilleros en la zona urbana de San Salvador.

Un curioso comentó que “afortunadamente no se trata de explosivos de gran poder como los usados en la guerra”, pero son señales “que no le gustan a la gente”.

También surgieron comentarios respecto a que esta explosión puede ser una señal por la zona estratégica donde explotó: a menos de cien metros del Consejo Nacional de Seguridad Pública, y del Ministerio de Seguridad Pública y Justicia y a unos 150 metros de Gobernación, autoridades que dicen estar haciendo los esfuerzos pertinentes por frenar la ola de crímenes y homicidios, pero con nulos resultados hasta ahora.

Solo en el fin de semana anterior (13 y 14 de marzo) la policía reportó 46 homicidios en todo el país. Esta vez el acto delictivo que representa la explosión tiene una connotación importante si se toma en cuenta el tipo de atentado y el lugar donde ocurre, se da prácticamente en las narices de las instituciones encargadas de las políticas de seguridad.

ANEP: que rueden cabezas

En tanto, la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP) se mostró descontenta con la forma en que el gobierno está enfrentando la ola criminal, porque no se ven aún los resultados esperados.

En conferencia de prensa, ayer jueves, la gremial pidió al gobierno que avalúe a las autoridades responsables, y aunque no mencionó nombres, está claro que se refería al ministro de Justicia y Seguridad Pública, Manuel Melgar, y al director de la Policía Nacional Civil, Carlos Ascencio, entre otras.

“Si el problema es la falta de resultados, exigimos al gobierno de la República se tomen las medidas necesarias para buscar el perfil y los funcionarios adecuados que pueden hacer frente a la realidad desbordada”, dijo el presidente de la ANEP, Carlos Enrique Araujo.

Citado por El Diario de Hoy, el ministro Melgar dijo: “Son cargos de confianza que permanentemente están a disposición del Presidente, y será él quien decida si continuamos en el cargo o no”.

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