Escrito por Alma Vilches.15 de Marzo. Tomado de Diario Co Latino.
La parábola del hijo pródigo que decide hacer su vida al abandonar a su padre y encontrarse con una vida llena de dinero y libertinaje fue la temática sobre la que Monseñor Oscar Arnulfo Romero reflexionó hace 30 años.
El mensaje cobra vigencia en estos tiempos cuando miles de jóvenes presos de las drogas u otros vicios se ven envueltos en problemas de violencia y delincuencia, muchas veces ante el abandono de los padres o la falta de políticas que los integren como parte de la sociedad.
Este domingo se recordó en la misa de la Cripta de Catedral Metropolitana la homilía pronunciada por Monseñor Óscar Arnulfo Romero, el 16 de marzo de 1980, a pocos días de ser asesinado por escuadrones de la muerte. “Quienes piensan que mi predicación es política, que provoca la violencia como si yo fuera el causante de todos los males en la república, olvidan que la palabra de la Iglesia no está inventando los males que ya existen en el mundo, sino esta iluminándolos, la luz ilumina lo que ya existe, no lo crea”, afirmó Monseñor Romero.
También Monseñor Romero, en la homilía de ese día dijo que el evangelio expresaba un mensaje a través de la parábola del hijo prodigo,. En esta destacó al hijo menor alienado por el dinero, el libertinaje y el derroche que el mundo ofrece, el hijo mayor, el legalista que se cree con méritos para señalar a los demás que es orgulloso y mide la misericordia del padre como una debilidad y el Padre que con brazos extendidos hace fiesta por el retorno del hijo extraviado y con ternura sale a buscar al hijo orgulloso y le invita a compartir el banquete.
“Este tiempo de la Cuaresma también es una peregrinación hacia la Pascua de la resurrección, no olvidemos que estamos preparándonos para celebrar el misterio central de nuestra fe, el misterio Pascual, nuestra redención, la muerte y la resurrección de Jesucristo no como un hecho histórico sino como algo vivencial, algo que nos toca a nosotros, la Cuaresma debe significar la floración de virtudes y santidad en el pueblo cristiano”, expresó Romero.
En la homilía de ese domingo, el Obispo mártir dijo que invita a su pueblo a escuchar la palabra de un pastor y a no fijarse en el instrumento, sino en lo que se expresa que es el amor infinito de Dios “Conviértanse, reconcíliense, ámense, hagan una familia de bautizados, una familia de hijos de Dios”.
Durante la celebración eucarística de ayer se pidió por la justicia en el país y para que cesen los conflictos que desgarran a muchas naciones y todos los cristianos encuentren la reconciliación universal, también se recordó el 33 aniversario del martirio del Padre Rutilio Grande, asesinado el 12 de marzo de 1977 en la carretera que conecta Aguilares con el Paisnal, por escuadrones de la muerte.
La Comunidad Monseñor Romero de la Cripta de Catedral, presentó en la procesión de ofrendas una foto del Padre Rutilio Grande quien denunció sin temor las injusticias, y pregonó con amor la conversión y la reconciliación.
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