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2009/09/16

Respuesta al señor ministro de Educación

Escrito por Óscar Picardo Joao. Miércoles 16 de Septiembre. Tomado de La Prensa Grafica.

El ministro de Educación –según publicación de LA PRENSA GRÁFICA del 11 de septiembre, pág. 14– afirma: “Yo quiero preguntarles a ellos –a los analistas– por qué creen que hay necesidad de sostener a EDUCO. No es posible que los padres contraten a los maestros. Para contratar hay que saber de calidad...”.

Tengo en mi biblioteca el archivo completo que me dejó amablemente Miriam Basso, consultora argentina quien descubrió a finales de los ochenta una experiencia de “gestión educativa comunitaria” –que más tarde se llamó EDUCO–; Miriam Basso venía de trabajar en Bolivia (1985-1987) el programa de alfabetización de UNICEF “Nosotras Podemos”. En este archivo hay informes y cartas que cruzan Miriam con Cecilia Gallardo, Carlos Adrián Rodríguez, entre muchos otros funcionarios y técnicos.

En un memorándum de 17 de marzo de 1992 apunta Miriam: “EDUCO es una excelente estrategia porque nace de algo muy salvadoreño que venía existiendo y se oficializó; pero oficializar no es complicar... en la sencillez está la sabiduría”. En efecto, EDUCO nace como una experiencia “comunitaria” de gestión educativa para responder a las necesidades de la población escolar que no era atendida por el Ministerio de Educación debido al conflicto. En síntesis, EDUCO nace como un modelo propio, imaginativo, que resolvió el grave problema de la tasa bruta de matrícula que a finales de los ochenta era del 39% (Interim Evaluation Report El Salvador Education System Revitalization Project”, AED, 1987).

Además de este archivo hay que tomar en cuenta, revisar y leer seis importantes estudios sobre EDUCO que abordan diversas perspectivas: 1.- “Community Participation, Teacher Effort, and Educational Outcome: The Case of El Salvador's EDUCO Program”; World Bank 1996 por Sawada Yasuyuki; 2.- “Participación de los Padres en la Educación: Hacia una Taxonomía para América Latina” (Harvard Institute for Internacional Development, 1996); 3.- “Participación Comunitaria en proyectos Sociales: Caso EDUCO, El Salvador” (1998, BID), Dra. Ana Evelyn Jacir de Lovo; 4.- “Participación de los Padres en la Educación: Hacia una Taxonomía para América Latina”; publicado como Development Discusión Papers, Central America Project Series; por medio de Harvard Institute for International Development; María Martinello (1999); 5.- “Participación y Comunidad en las Escuelas EDUCO de El Salvador” (Banco Mundial, 2000) Héctor Lindo Fuentes; y 6.- EDUCO, 10 años de educación con participación (MINED, Óscar Picardo, 2000).

¿Qué nos dicen estos estudios? En primer lugar, que el modelo funcionó bien, que disminuyó la brecha de matrícula en el área rural, y que es una de las mayores expresiones de descentralización educativa, ya que el Estado transfiere recursos a las Asociaciones Comunales Educativas (ACE) a través de la banca, y la ACE –con sus normativas– hace uso del presupuesto de manera racional, autónoma y local.

¿Que EDUCO tiene fallas...? Pues que me cuenten qué programa es perfecto. ¿Que puede mejorarse? Obviamente que sí, sin estocar la esencia: La “autonomía escolar”; el problema de fondo en este debate es la capacidad técnica de los padres y las madres para contratar docentes, frente a las garantías laborales magisteriales que ofrece la Ley de la Carrera Docente. Es posible que los padres y las madres no sepan de pedagogía o didáctica, pero saben más que los directores de eficiencia, perciben con más agudeza si los maestros trabajan bien y si sus hijos aprenden o no.

En el discurso es importante la descentralización, la autonomía, la autodeterminación comunitaria, pero en la práctica prevalecen las garantías laborales de los maestros, sean o no efectivos. Ahora, yo solicitaría estudios, datos, estadísticas y argumentos que tienen las nuevas autoridades para no sostener a EDUCO.

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