Godofredo Rodríguez.17 de Septiembre. Tomado de El Diario de Hoy.
Gran parte de San Salvador, por no decir todo el país, está lleno de mega hoyos, cárcavas y una infinidad de "cráteres" a causa de las lluvias y el casi nulo mantenimiento. Esto contribuye al aumento de los accidentes viales con alto costo en vidas humanas y destrucción de la propiedad.
Se han hecho trabajos de mitigación pero no como realmente se espera; se han decretado emergencias cuando se produce algún temporal y se toman acciones hasta que ya es demasiado tarde. Los que más sufren con esta situación son los sectores vulnerables.
En otros países, como por ejemplo Guatemala, ante una situación de desastre natural el gobierno no vacila en declarar de inmediato la emergencia nacional. Tuve la oportunidad de estar en el vecino país el primer fin de semana de septiembre, justo cuando comenzaban a vivir una situación de desastre. En un abrir y cerrar de ojos los trabajos de remoción de obstáculos y limpieza de carreteras se pusieron en marcha.
En nuestro país tiene que producirse una tragedia de gran magnitud, para que las autoridades actúen de inmediato, pero lo malo no termina ahí. El Salvador es un país vulnerable no sólo en desastres naturales, tal es el caso de lo que ha ocurrido en los últimos días, el paro al transporte, que llegó a ser una emergencia nacional. Hay que preguntarse ¿quiénes están realmente detrás de todo esto? ¿Quiénes están sacando provecho de esta situación?
La gente ha alcanzado un punto en el que el pánico se ha generalizado: no sabemos si llegaremos salvos a casa después de una jornada laboral; enfrentamos a diario al "Vietnam de la ciudad", donde cualquier cosa nos puede ocurrir, ya sea por el alto índice delincuencial o por la desgracia de un derrumbe, así como sucedió en Guatemala.
Es triste ver a personas masacradas a diario, tiradas en las cunetas como cualquier animal; asesinatos de empleados del transporte; barbaries como la del bus que quemaron con personas en su interior; niños desmembrados y que las autoridades no hagan algo al respecto ¡Ya basta de tanto luto y dolor, ya no se puede vivir con esta zozobra!
Hasta donde se sabe no existen estrategias o planes que alienten y tranquilicen a la ciudadanía, ya que nuestras leyes son muy flojas a la hora de enjuiciar a un delincuente que pese a matar o extorsionar, a los tres días sale libre a seguir delinquiendo.
Todos somos vulnerables. Es tiempo ya de que las autoridades policiales y judiciales apliquen medidas severas y eficientes contra los delincuentes, para que el país no colapse ante el miedo, ante la injusticia; hay que tomar los buenos ejemplos como el del país vecino, que frente a una emergencia actúa de inmediato. No esperemos que haya más tragedias, que haya más familias que lloren a un ser querido asesinado.
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