Norma Guevara de Ramirios.13 de Septiembre. Tomado de Diario Co Latino.
En víspera del 189° Aniversario de la Independencia Centroamericana y bajo un gobierno de cambio, hemos vivido una demostración de pulso por la desestabilización política y la impunidad en el paro empresarial del transporte público y de empresas de comercio los días 7, 8 y 9 de septiembre pasado. Era evidente el afán de atemorizar al pueblo, de afectar la actividad económica de pequeños comerciantes en todos los campos y de demostrar una supuesta autoridad negativa superior al gobierno; más el pueblo y el gobierno pudieron demostrar que es más claro y más fuerte el conjunto institucional que trabaja por el cambio en paz.
Los que provoca esta batalla reaccionaria, es la determinación del gobierno del Presidente Funes de combatir a fondo la criminalidad en todas sus formas. El Presidente pidió una ley administrativa para proscribir pandillas y grupos de exterminio y después de consulta con los sectores involucrados la Asamblea le dio unánimemente esa ley; pero mientras esto pasaba, las autoridades de seguridad pública asestaban duros golpes al crimen organizado mediante la captura de barriles con enorme cantidad de dinero en dólares y euros, batalla que se ha continuado y sigue dando resultados.
Las noticias del paro y el reportaje de la población sacrificada por el mismo sustituyó el enfoque noticioso sobre esos golpes al crimen organizado y procuraba que la gente viera a un gobierno acorralado en vez de ver a un gobierno efectivo golpeando el fruto de la actividad criminal, su dinero y sus propiedades; pero el pueblo intuitivamente captó que era inexplicable que unas cuantas hojas repartidas movieran tan eficazmente la paralización de la vida económica y social de la gente y rápido llegó a cuenta que tras esas acciones hay sin duda grupos interesados en producir desestabilidad al gobierno del Presidente FUNES.
El FMLN expresó su total apoyo al esfuerzo del gobierno, en especial a la Policía Nacional Civil y a la Fuerza Armada que de manera coordinada enfrentan con éxito a los delincuentes. En los días del paro, cada acción de violencia llevó a capturas hechas infraganti.
Este momento vivido nos mostró también la necesidad de mayor responsabilidad de los medios de comunicación con la institucionalidad del país, se les pide por muchos sectores, lo mismo que en el pasado decidieron como su propio código de ética informativa. Hace años establecieron el deber de procurar crear conciencia de que la seguridad pública es un tema de país, no sólo del gobierno; fomentar la fortaleza institucional, respetar la presunción de inocencia, abrir espacios para cuidar la salud mental de la familia, promover espacios de contenido positivo, no transmitir imágenes y símbolos de las pandillas, evitar la apología al delito, evitar el morbo, tratar con respeto a las víctimas y sus familiares y no mostrar imágenes de sangre; esto y más es parte del pacto entre los medios de comunicación que paulatinamente ha sido dejado de lado y que la contra tendencia a esta visión se pudo apreciar en los elementos informativos y comentarios durante estos tres días difíciles que vivió nuestro país, amplificando el impacto de quienes planearon semejante acción reaccionaria y desestabilizadora.
La reacción del Presidente fue de valentía, anima al pueblo a sacar de sí su propia fuerza, las acciones anti delincuenciales que han continuado igualmente animan a preparar al pueblo a defender el cambio.
Es que la herencia recibida en materia de violencia, desintegración social como caldo de cultivo para que quienes se lucran de la instrumentalización de una minoría de jóvenes y hasta adolescentes, obliga a mirar hacia adelante, a luchar por que se entienda que el país requiere de todos y todas las personas con vocación democrática y defensoras de la paz que surge de la justicia; es insuficiente evocar esa herencia, hay que actuar y el gobierno está actuando. Al focalizar en el marco de la crisis económica y financiera internacional que nos arrastra, las medidas protectoras de la familia marginada, se actúa de cara a un nuevo país incluyente.
Cuando se instalan servicios para que la mujer embarazada tenga un lugar intermedio entre el hospital y su casa, cuando se buscan y aprueban recursos para acercar la atención en salud y la educación, cuando se ejecutan programas para ayudar a mujeres y jóvenes a tener un ingreso temporal mientras aprenden un oficio o prestan un servicio útil a su municipio; cuando se proyectan esfuerzos para acelerar la construcción de viviendas, entre otras cosas, está dando nuestro gobierno, la razón para resistirnos a esas campañas sucias de desestabilización, porque somos más quienes estamos a favor de un cambio en paz.
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