Co Latino-El pueblo casi toca fondo con los problemas políticos | 01 de Septiembre de 2010 | DiarioCoLatino.com - Más de un Siglo de Credibilidad

 José Arturo Benítez Reyes.02 de Septiembre. Tomado de Diario Co Latino.

En este pequeño y laborioso país, no está quedando más opción que ser y seguir siendo optimista emocional y sicológicamente para lograr ver un rayito de luz a través del túnel, digo esto porque es incuestionable que los grandes problemas acumulados en El Salvador son obvios, por lo que necesitan tratamiento de inmediato o si se pudiera de muchísimas décadas atrás.
Cuanta pérdida de tiempo y de recursos financieros, de capital y humanos se desperdician diariamente en cuestiones meramente políticas-electoreras como el caso GANA, fuga y regreso de políticos de un partido a otro, y más, que en lugar de trabajar en mejoras y reformas de leyes que impulsen o potencien la ejecución de políticas públicas, no solo en papeles o documentos, sino, políticas prácticas y concretas en áreas sociales, económicas, políticas en función de la sufrida gente común y corriente.
Al hablar de pérdida de recursos, me refiero a las actitudes de los políticos que han hecho historia en la asamblea legislativa y que se resisten en no aceptar su culpa en el deterioro que han causado al resto de instituciones que necesitan de su aval para funcionar democráticamente y en provecho de la gente, solo por el simple interés egoísta de conservar un modus vivendi o responder a cúpulas partidarias y grupos de poder económico.
Entre estas instituciones tenemos a la Corte de Cuentas de la República, Fiscalía General de la República, Corte Suprema de Justicia, Tribunal Supremo Electoral, Procuraduría General de la República, Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos y otras que se me escapan, las cuales deberían de ser de vital importancia, pero que debido a la necedad, ausencia de capacidad, rectitud y honestidad de algunos políticos, no cumplen fielmente a los intereses de la sociedad. 
Es loable la actitud despolitizada del presidente constitucional de la república en cuanto a las medidas que trata de implementar, no solo como jefe de estado, sino, como catalizador en todos los ámbitos de la vida nacional, para que “los sectores recalcitrantes logren entender algún día”, que los salvadoreños, logremos vivir mejor y en armonía.
Pero también es criticable el exceso de confianza que ha depositado en algunos funcionarios y mandos medios de su gabinete, que siguen haciendo más de lo mismo y de igual manera que en el pasado y que fue criticado hasta la saciedad por causar mucho daño a la población en general, y más aún, seguir permitiendo en las instituciones el exceso de jefaturas llenas de siglas en sus organigramas y que nadie entiende y de nada sirven, debido a que solo realizan estudios e informes infructuosos, que en nada beneficia a los usuarios.
Lo que se necesita y urge es un cambio de paradigma del funcionario, es decir, hacer las cosas mejor cada día, con más interés y con mayor valor, para que el país se beneficie, es decir, que el responsable de un despacho y autónoma está obligado por ética a una revisión y debida estructuración correcta de sus instituciones y colocar a cada profesional, técnico y auxiliares en sus labores y puestos idóneos, así como lo ejecuta con mucha seriedad la empresa privada en sus distintas estructuras en su organización.
Es digno de admirar del señor presidente, la forma de gobernar y que es distinta a la de sus antecesores, donde piensa en política de estado, enfatizando el diálogo, la concertación, consenso, entendimiento y armonía para que las grandes mayorías perciban concretamente que no se inclina a favor de ningún sector en particular, por lo que trabaja para ayudar tanto al empresariado como a los obreros, pero respetando las reglas del juego laboral y los impuestos que por ley tienen que pagar.
Si bien es cierto que sus dotes de estadista no están en entredicho, es recomendable que el manejo de la partida secreta sea transparente y en forma permanente, no solo por el manoseo y abuso que ha tenido en regímenes anteriores, sino, por credibilidad de la ciudadanía. No comparto el argumento del ejecutivo que se maneje desde casa presidencial, aunque el presidente actual sea una persona íntegra y honrada. El problema puede surgir después, cuando ingrese otro jefe del ejecutivo y se repitan los manoseos, por lo tanto, es mejor evitar en el futuro posibles y casi seguros abusos.
Por eso es preferible por sanidad financiera, que los gastos secretos, tal como la Corte Suprema de Justicia en su sentencia declaró inconstitucional los artículos 2 y 6 del presupuesto, sean divulgados con transparencia al pueblo; y no es cierto que haya complicaciones en casos de emergencias financieras como un desastre natural, inteligencia militar o de defensa, ya que con su reconocida ética de hacer gobierno transparente, nadie dudará de su honorabilidad, por lo que la asamblea legislativa, deberá autorizar sin pérdida de tiempo los desembolsos inmediatos en beneficio del país, sin traba alguna y sin tener que hacer reformas a la Ley de administración Financiera del Estado.
Así como ha sucedido en el pasado, nadie en EL SALVADOR cree en la honestidad de la Corte de Cuentas de la República y en muchas instituciones más como para creer en el proceso de certificar o auditar correctamente. Se han extendido finiquitos a diestra y siniestra a funcionarios en todo el Estado por cuentas que han manejado en sus gestiones administrativas y financieras, por lo que no es creíble que esta institución audite transparentemente, con honestidad y honradez estos gastos reservados, si así fuera el caso, no hubieran surgido de la noche a la mañana tantos millonarios, que deambulan campantes y orgullosos de vivir en un país, que ellos mismos llaman de libertades, pero que en el fondo era de libertinaje.

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