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2010/08/24

RAICES - Infortunadas causalidades acusan-Periodismo Alternativo desde El Salvador

 Juan Grande.24 de Agosto. Tomado de Raices.

No es inesperado pero si curioso, jocoso e ilustrante del pasado, en parte pecaminoso, de la Corte Suprema de Justicia, que alguien de sus remanentes promueva recriminaciones anti-éticas contra colegas en el ejercicio de sus cargos, a pesar que los imputados son quienes precisamente la ciudadanía les considera valientes portadores de renovados vientos esperanzadores en dicha Institución, comenzando por los deseos de honrar en grado de decencia los beneficios que reciben sus miembros como lo impulsa el actual Presidente acompañado de una minoría de nobles magistrados en esa campaña titánica. Y como nunca falta el pelo en la sopa, hay un magistrado (liderando el grupo truculento) dado a la tarea degradante de buscar a diestra y siniestra como echar por la borda los brillos de moderación, recato y profesionalismo restauradores de la justicia y honestidad largamente anhelados y al fin recién comenzando a operar en la Corte; accionar que auspicia entusiasmo en la ciudadanía por que se supere la pesadilla vivida y logre a verse la luz al final del túnel.

Pero hay infortunadas casualidades que despiertan inmediatamente sospechas cuando se confrontan experiencias.

El catálogo de exabruptos explosivos en funcionarios de nuestra región geográfica luego convertidos en eventos cosechadores de críticas y chascarrillos es rico y recurrente. Por ejemplo, el ex presidente guatemalteco Jorge Serrano, impulsor de un fracasado auto golpe y a quien se califica de “aprendiz de dictador”, en una visita oficial a New York, fue descubierto por la prensa mientras disfrutaba a media mañana un show de streap tease famoso por su especialidad en mostrar bailarinas con voluminosos senos. Por auto-brindarse cualidades éticas dado su militancia religiosa “evangélica”, la ocasión fue oportuna para cuestionarle al Presidente Serrano una doble moral.  En defensa argumentó que su presencia en el lugar fue una inocente casualidad pues su objetivo era simplemente “almorzar” con una suculenta rica sopa, calientita.

El magistrado salvadoreño aludido en plena campaña anti sala de lo constitucional, ha declarado que no critica a las personas sino la juridicidad de las sentencias (aunque cada vez que aparece en entrevistas otros panelistas le hacen ver con facilidad su restringido acervo interpretativo de la ley), y lo más preocupante, justifica –impulsa veladamente- desacato a la sentencia sobre las candidaturas independientes y listas abiertas en la elección de autoridades, en consonancia con lo que el padre Tojeira llama Mini-golpes (Notas Informativas UCA, 08/18/2010). Al divulgarse su deleite por el turismo oficial con gastos de viaje pagados al sur de los Angeles (y Washington) con “honrosa” participación en un festival gastronómico conocido como pupusa power, por lo que ha merecido el apelativo popular de el “juez pupusa power”, se defiende aduciendo que el objetivo de viaje fue la disertación sobre el arbitraje de conflictos en el TLC ¿?, casualmente coincidente con la feria de pupusas, pero al decir de los hermanos ticos: “nada que ver”.

Comparativamente resaltan varias casualidades acusadoras en estos dos personajes: por sus acciones o proposiciones califican como funcionarios antidemocráticos a pesar que discursan como paladines de la justicia, ambos equivocadamente perciben a los ciudadanos como ingenuos receptores de cualquier barrabasada como defensa por ridícula que parezca, son pro (mini) golpistas fraguando causas personales por la picazón que involuntariamente provocan honorables funcionarios, y han sido pescados en la satisfacción en grado reprochable de inocentes gustos gastronómicos durante viajes oficiales.

Nos preguntamos si el magistrado aludido regresó el salario cobrado pero no devengado –en la cuantía proporcional respectiva- por sus participaciones en viajes oficiales –usando pasaporte diplomático- pero que involucran actividades para nada vinculadas a su cargo de magistrado por el cual se le asigna un salario pagado con el presupuesto público cuyos recursos provienen del sacrificio ciudadano. Para imitar lo que sí ha hecho el Juez español Garzón cuando viajaba a impartir cursos al exterior.

En el caso del magistrado resulta sospechosa la cruzada que lidera en compañía de otros magistrados, anti sala de lo constitucional y contra el nuevo Presidente de la Corte, en vista del escenario de casualidades pintorescas presentes, aparte que es de conocimiento popular las limitadas credenciales profesionales que lo(s) arropan. La campaña desprestigiante contra la sentencia reciente calificada como icono en materia de justicia y desenvolvimiento democrático, para analistas muy competentes y de diversa afiliación considerada a lo sumo discutible pero que acompañan la masiva percepción de ser sentencia respetable e inapelable, obedece quizás porque “su capacidad no da más que para lo mínimo” como lo advierte el padre Tojeira, y/o se intuye en reacción rapaz por la pérdida de privilegios para nada envidiables sino repudiables que usufructuaron dichas autoridades, cuyas actuaciones ilegítimas han sido deshonestas pero además deplorables bajo un contexto de miseria masiva en que vive el grueso de los contribuyentes con cuyos impuestos se pagan estos vergonzosos beneficios.

Bajo el juicio inequívoco de la sabiduría ciudadana se califica (sentencia o resuelve) que:
1) muchas casualidades por inocentes que parezcan trasladan la carga de la prueba en contrario al ingenuo matalascallando sospechoso de malicia en el ejercicio oficioso de cargo público, aunque se maneje confusamente que las opiniones vertidas son en calidad de ciudadano.
2) casualidades cuya ocurrencia se traduce por derecho natural y bajo la apreciación que hereda la experiencia en presunción (a pesar de ser iuris et de iure conforme al “derecho popular”) cuasi inobjetable de culpa condenatoria de las acciones “críticas” y “desinteresadas” (cuando el rio suena) que esconden calentura ajena y propia (es que piedras lleva el río).

Finalmente es pertinente preguntarle al ilustre magistrado: puesto que la turbia intención de que se excusen los magistrados titulares de la Sala Constitucional al conocer casos contra la Corte se da bajo el argumento que todos los magistrados titulares son la Corte:
• ¿Si los magistrados suplentes no son parte de la Corte Suprema también?
• ¿Si los suplentes sustituyeran a los titulares, al juzgar no actuarían como Corte diligenciando la demanda contra la Corte? 
• ¿Qué no es la posibilidad de influenciarse lo que sugiere-demanda-obliga excusarse para conocer estos casos, estando fuera los nuevos magistrados por ejercer su cargo posterior a la demanda?
• ¿En qué se diferencian magistrados titulares o suplentes bajo este criterio único serio de recusación?
• ¿Resultan obvias las motivaciones y respuestas? Sin comentarios.

E-mail: Jcgs38@gmail.com

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