Un insulto gratuito a nuestros jóvenes. Comprendamos que ni en una falda corta ni en las piernas del ser humano hay sexismo o inmoralidad: lo malo y lo sucio está en la mente de algunas personas.
Escrito por Claudio M. de Rosa 02 de Agosto. Tomado de La Prensa Gráfica.
En El Salvador se está convirtiendo costumbre lanzar cortinas de humo para distraer la atención pública ante los verdaderos problemas que tenemos y ejercer doble moral, para señalar la paja en el ojo ajeno e ignorar la viga que tenemos en el nuestro. Es pertinente ver algunos ilustrativos casos.
La Sección de Probidad de la Corte Suprema de Justicia informa que al 7 de julio hay 3,300 funcionarios y empleados públicos en la gestión Funes que no han presentado la declaración jurada de patrimonio, violando la Ley de Enriquecimiento Ilícito. Doble moral, porque cuando eran oposición lo señalaban –correctamente– como algo intolerable, pero ahora en el poder ellos tampoco cumplen. Increíble, entre los ministerios con más casos de violación de esta ley están los de Educación con 87% de incumplimiento y Hacienda 89%, donde uno debe dar ejemplo para construir valores y enseñar a niños y jóvenes sobre la importancia de cumplir las leyes; y el otro que demanda cabalidad en el cumplimiento de las leyes tributarias y la declaración patrimonial, tiene funcionarios y empleados violadores de ley. A nadie parece importar esto.
Cortina de humo es la que lanza el viceministro de Salud al señalar que “los medicamentos son la mercancía más rentable de este país, más que las armas, más que los vendedores de cocaína”. Esta acusación se cae cuando se ven las utilidades de estas empresas, que están entre 8-12%, muy lejos del 5,000% que cita el funcionario para sustentar sus afirmaciones, las que causan daño a la empresa privada. Todos estamos atentos a estos señalamientos y a los dimes y diretes. Así se distrae la gente de los verdaderos problemas: la creciente falta de medicinas –que si las hubiera como se debe, 80% de la población no iría a una farmacia–, enfermos que esperan por horas tendidos en el suelo y el dengue que se dispara y ahora parece estar fuera de control.
Un caso de doble moral es señalar la corrupción que pudo haber en gobiernos anteriores, que de ser comprobada debe ser penalizada con todo el rigor de la ley. Pero, mientras tanto, no hay respuestas a graves señalamientos de acciones opacas, que podrían encerrar corrupción en este gobierno. Allí están los señalamientos que las represas Chaparral y Cimarrón tendrían costos 2 y 2½ veces más que un proyecto millonario similar en Brasil; la asignación sin licitación $20 millones en publicidad a Polistepeque; las acusaciones del ex ministro de Agricultura sobre “corrupción” en la entrega de paquetes agrícolas a GANA y el PCN; señalamientos sobre la adquisición de 178 motos para la PNC con costos entre 40% y 72% mayor que otras opciones; la compra de puentes Bailey que habrían costado $4.5 millones más; señalamientos que la carretera Chapeltique-Sesori habría costado $809,000 más que la oferta de menor costo.
Graves son las denuncias de acoso sexual en el ISSS y la acusación y respuesta que circulan en internet sobre relaciones extramaritales del presidente de esa institución, lo que de ser cierto constituirían un ejemplo más del resquebrajamiento moral y pérdida de valores que estamos viviendo. En otros países estos señalamientos habrían sido suficientes para separarlos de sus cargos, pero acá es algo simpático, nadie lo califica como “inmoralidad”.
Sin embargo, la primera dama califica con ligereza como “inmoralidad” la “utilización indebida de las mujeres en las fiestas nacionales” y “práctica sexista de las cachiporras (que) denigran la imagen de la mujer”; y la Secretaría de Inclusión Social que sugiere eliminar esta tradición para proteger a las niñas y adolescentes de la prostitución y la trata de personas. Un insulto gratuito a nuestros jóvenes. Comprendamos que ni en una falda corta ni en las piernas del ser humano hay sexismo o inmoralidad: lo malo y lo sucio está en la mente de algunas personas.
La moral mal entendida nos llevaría a terminar con las cachiporristas en Estados Unidos y muchos países, habría que prohibir el ballet, la gimnasia artística, el voleibol de playa, todo deporte con pantalones cortos, prohibir a las mujeres usar shorts y licras en los gimnasios, no más trajes de baño, terminar con el Carnaval de Río con mujeres semidesnudas... y que se quemen los cuadros con mujeres desnudas en los museos y destruir las esculturas femeninas, incluyendo la “Chulona” en El Salvador.
Si vamos a defender lo moral y señalar lo inmoral, hagámoslo en todos los frentes y con mucho cuidado, porque a todos nos es difícil tirar la primera piedra, porque hay muy pocos que no tienen techo de vidrio.
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