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2010/08/15

LPG-Baches y el nuevo DUI

 Cuando escuché decir al viceministro de Obras Públicas, Roberto Góchez, hace unos meses, que sencillamente no iban a dedicarse a reparar los baches durante la época lluviosa porque habían quedado sin dinero –debido a que el Gobierno anterior comprometió los ingresos del FOVIAL (los millones de dólares que se recaudan por el sobreprecio de $0.20 por galón de combustible) para pagar un crédito internacional para construir caminos rurales que nadie sabe dónde están o que ya fueron sepultados por un derrumbe o cedido ante cárcavas–, no podía dar crédito a sus afirmaciones.

Escrito por Luis Laínez.15 de Agosto. Tomado de La Prensa Gráfica. 

 

Pero después lo confirmó el mismísimo ministro de Obras Públicas, Gerson Martínez: el Gobierno anterior –que cesó en sus funciones hace 14 meses– había dejado empeñadas las arcas del MOP y no había más solución que aguantarse sin tener buenas calles.

Hasta cierto punto, el argumento es comprensible. El gobierno de Antonio Saca promovió reformas para que autónomas, como el FOVIAL o el CNR, pudieran adquirir préstamos directamente, sin aval de la Asamblea Legislativa. En el caso del FOVIAL (Fondo de Conservación Vial), los ingresos provenientes de uno de los impuestos que pagan los combustibles deben dedicarse a mantener en buenas condiciones las calles (primero eran solo las vías interdepartamentales, pero otra enmienda incluyó, en mitad de la campaña de alcaldes y diputados, las urbanas), ahora se dedica para pagar un crédito con el BCIE.

Sin embargo, los ciudadanos queremos soluciones, no excusas. Pero en lugar de que el cumplimiento de las funciones de gobierno obligue a un ejercicio de creatividad, los funcionarios usan la creatividad para dar paso a “explicaciones” más complejas: las calles se estaban arruinando porque ahora llueve más que nunca, producto del cambio climático...

Mientras tanto, las vías de todo el país seguían en deterioro. El clamor es generalizado. Un locutor de una radio se preguntó durante toda una semana cuándo iban a comenzar a reparar las calles o si ya era hora de guardar los carros y salir al trabajo en caballos.

Así que ahora sí se ven cuadrillas, al menos en el Gran San Salvador, que dejan enormes pegostes y bloquean el tráfico en horas pico, en una carrera por tratar de mostrar que ahora sí están trabajando. Pero el problema es a escala nacional. En la edición de ayer publicamos una foto de un vecino de la colonia El Molino, en Santa Ana, echando ripio en unos baches enormes ya que ni el MOP ni la alcaldía santaneca se habían hecho cargo de su reparación. En otras partes del país las cosas están en similar situación.

No se trata de lanzar una campaña contra el MOP, que también tiene que dedicarse a enfrentar las cárcavas, instalar puentes –que tengan las medidas exactas, no más anchos como el que llegó a Melara– y que está presionando a la Fiscalía (espero) para que se investigue por qué no se concluyó el bulevar Diego de Holguín.

Cuando hay cosas buenas, hay que señalarlas también, como la creación de una oficina de transparencia en el MOP, que ya va siendo hora de que entregue un informe y permita saber cómo se usan los fondos públicos, mismos que no se están usando para reparar las calles.

Por eso me asombró gratamente esta semana lo rápido y expedito del proceso para obtener mi nuevo DUI. Hice una cita por internet en la primera semana del mes para ser atendido a las 8 de la mañana del viernes. Llegué 15 minutos antes y todo el trámite terminó a las 8:06.

Eso me demostró que hay cosas que, cuando hay voluntad, se pueden hacer bien. Por eso queremos que el MOP funcione. Y también el FOVIAL.

Baches y el nuevo DUI

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