Los que han ordenado los intentos de allanamiento no logran entender la enorme diferencia que hay entre quienes tienen armas para defenderse y quienes las tienen para delinquir
18 de Agosto. Tomado de El Diario de Hoy.
A Alguien dentro de la PNC, posiblemente quien está serruchándole el piso al director, continúa en sus intentos por decomisar armas con permisos vencidos a personas honradas. El último atropello fue contra el diputado Reyes Dheming, de ARENA.
El gran plan de desarme de la izquierda inicia con las personas de ocupación y residencia conocida, dejándose para más allá, algún día, si es que así lo decide el partido, entrarle a mareros, narcos, asaltantes, extorsionistas y descuartizadores. Hay intentos de cateos en ciertas zonas de San Salvador pero pocos o ninguno en las barrancas de la Tutunichapa o La Campanera.
El problema está en el concepto de "persona honrada" o "los honestos" o "personas de bien". Un marxista para quien la moral es una invención burguesa tiene un bloqueo mental a la noción de "honrado". Los nazis, otro movimiento socialista radical, no eran capaces de entender lo monstruoso de ejecutar a una persona por el solo hecho de ser judío o gitano.
Stalin y Mao no vacilaron en exterminar por hambre a decenas de millones de personas por tratarse de "pequeños burgueses" y, por tanto, seres no humanos.
Aunque algunos no lo quieren admitir, las sociedades pacíficas y progresistas se basan en lo decente, lo decoroso, lo de buen gusto, lo esforzado, las buenas maneras, el trato tranquilo con los semejantes, la cortesía en los principios morales.
De lograr el propósito de desarmar a la burguesía (la gente honrada) el mensaje a asaltacasas, extorsionistas, ladrones, secuestradores y asesinos será inequívoco: tales y tales colonias de San Salvador están limpias de armas; nadie es capaz de poner resistencia a una agresión. Se desarma a agricultores y un igual mensaje llega de inmediato a cuatreros, robacosechas, violadores, asesinos y asaltantes: "estos cantones están desarmados".
No habrá inversión si se acosa a los honrados
Los que han ordenado los intentos de allanamiento no logran entender la enorme diferencia que hay entre quienes tienen armas para defenderse y quienes las tienen para delinquir. Tampoco anticipan las ruinosas consecuencias que, de no poner paro a sus actos, tendrán los atropellos sobre la economía, el empleo y la capacidad del gobierno de sostener servicios y programas sociales.
Es en extremado raro el español, japonés, noruego o inclusive chileno o paraguayo, que tenga armas en su casa o las lleve cuando va a pagar a empleados en una finca. Las armas se tienen cuando un gobierno no puede o no quiere erradicar la violencia; la seguridad interna es una función esencial de los estados contemporáneos, pero al no existir se obliga a los ciudadanos a protegerse a sí mismos.
Una familia que vive en un pasaje donde una muchachita de seis años es decapitada, hará lo que pueda para protegerse. Tristemente la autoridad no siempre diferencia entre las personas que trabajan y las que delinquen.
Las personas que registran sus armas, dan dirección y presentan documentos son, en la mayoría de casos, gente que es parte de los engranajes productivos del país y en cuyos hombros recae la responsabilidad de sostener empleos y suministrar bienes y servicios. Tratarlas como a "cualquiera" es socavar los procesos económicos y lo que sostiene el empleo, los servicios y la comida de la población.
Es incongruente que por una parte el Presidente Funes se esfuerce por atraer inversionistas mientras por la otra anden grupos de policías acosando a los honrados.
elsalvador.com :.: Hay una gran diferencia entre unas y otras armas
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