Merlin Velis.08 de Agosto. Tomado de Diario Co Latino.
Mientras muchos capitalinos disfrutan de lo que resta de las vacaciones agostinas, un pequeño grupo de las comunidades eclesiales de base prefiere adornar con flores y memoria un pequeño altar frente al monumento a las víctimas de la guerra en el parque Cuscatlán.
Los primeros sábados de cada mes, esta organización, formada por familiares de víctimas desaparecidas, se reúnen para recordar a los suyos con cánticos y testimonios.
“De ese forma sentimos que están vivos, que no han muerto, nosotros los recordamos como eran en vida, no los imaginamos como los dejaron porque les dieron una muerte salvaje”, expresa Teresa de Jesús Figueroa, integrante de las comunidades eclesiales de base (CEBES).
Organizaciones similares a las comunidades eclesiales de base en América latina lograron en el año 2006 que se declarara el 30 de agosto como el Día Internacional del Detenido Desaparecido, con el fin de fortalecer la memoria histórica común y evitar que crímenes de lesa humanidad sigan ocurriendo a causa de las guerras.
Acertado y necesario.
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