Nelson López. 04 de Agosto. Tomado de Diario Co Latino.
Si no hubieran existido nunca las cachiporristas tampoco hubieran existido los famosos viejos de agosto, que ahora ya forman parte de una identidad cultural bien arraigada y ¡cien por ciento salvadoreña!
Si usted hace un análisis a fondo sobre tan polémico tema se va a dar cuenta que solo aquí, en El Salvador, hay de estos viejos que por cierto, también los podemos ver en cualquier otro mes del año y en cualquier parte del país, hayan o no cachiporristas.
Además, algunos confunden a los viejos de agosto con los “viejos verdes” porque dicen que antes se ponían un traje que llevaba una colita verde y que más de alguna doña puritana decía “ve ese viejo rabo verde”.
Aunque no hay registros históricos que realmente documenten lo de los viejos de agosto (de seguro no los han desclasificado todavía) muchos concluyen que estos viejos siempre fueron los primeros que abarrotaban las fiestas agostinas en todos los desfiles.
Un ex viejo de agosto que no quiso dar su nombre por razones de seguridad y por temor a una demanda, afirmó que en sus dorados tiempos desde que anunciaban el tradicional desfile de correo con las bandas de guerra y ¡las cachiporristas! Todo era jolgorio, y como no habían celulares o móviles, a puros telegramas se convocaban todos para iniciar la tradición.
Los únicos que no asistían a la divierta eran los que padecían de cataratas o glaucoma, pero los que todavía miraban aunque fuera empañado decían ¡presente!
Y se apostaban a los dos lados del desfile y se iban en todo el recorrido (aunque pasaran adoloridos toda la semana siguiente), y fueron tan fieles, en cada año, desde que se celebran las fiestas patronales de la capital, que las mismas madres de las cachiporristas decidieron que los viejos nunca tendrían que faltar porque le ponían “toque” al desfile de Correos.
Desde entonces fueron incorporados con las bandas de guerra los ahora famosos viejos de agosto, que aunque las apariencias engañan, son el atractivo principal para jóvenes y ancianas que disfrutan las vacaciones a plenitud.
Por eso hay que analizar bien si se quitan o no las cachiporristas de los desfiles, porque podría ser que también decidan su retiro voluntario los viejos de agosto, (que hasta hoy nunca se les ha oído que pretendan jubilarse) y eso sí que sería aburrido, porque del sexo bello solo quedarían la siguanaba y la gigantona de Jocoro.
Y como dijo sabiamente un odontólogo luego de pasar consulta con el oftalmólogo: “Quitar las cachiporristas de todos los desfiles sería un duro golpe para el iris, la retina, y sobre todo para las pupilas dilatadas, porque sería como no permitirles una gota de colirio… jijiji” .
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