Escrito por Roxana Martel. 03 de Marzo. Tomado de Diario Co Latino.
El endurecimiento de penas a lo menores en conflicto con la ley es un ejemplo más del populismo punitivo con el que se ha enfrentado la inseguridad en los últimos años. La crisis social que vive el país por la violencia y la criminalidad no se pueden enfrentar con medidas apresuradas y de corto plazo.
En este caso, aumentar la pena máxima de internamiento lo único que generará es agravar el estado de emergencia en el que están los centros para menores. Los centros se enfrentan desde los últimos años a uno de sus peores momentos. Los centros de internamiento nunca contaron con los recursos necesarios para implementar los programas requeridos por la Ley Penal Juvenil. La desatención estatal se convirtió en franca irresponsabilidad cuando en el año 2000 se tomó la decisión de clasificar los centros no por edades si no por la pertenencia de los menores a las pandillas juveniles.
Esta decisión se tomó desde la Dirección del ISNA, con la anuencia de la Primera Dama de ese momento, la señora Lourdes de Flores. Esta surgió como medida reactiva, de corto plazo y transitoria. Sin embargo se ha mantenido hasta el día de hoy.
La clasificación por pandilla, más el hacinamiento, falta de programas educativos y vocacionales, infraestructura en malas condiciones, personal desmotivado y poco calificado, situaciones graves de violencia e indisciplina al interior se combinan ahora para poner en crisis los centros. Junto al sistema penal de adultos, es la muestra del fracaso de las políticas de seguridad de este país.
El endurecimiento de la pena para menores no solo agravaría la situación de los centros sino que se focaliza en un sector que no es el responsable de la mayor y más graves formas de violencia. Según datos de la Corte Suprema de Justicia la criminalidad atribuida a menores de 18 años (incluidos los delitos más graves) es menos del 10% con relación al total de delitos. El 90% restante es atribuido a los adultos en los que la impunidad es una de las características.
Ciertamente, en los últimos 3 años el porcentaje de los delitos cometidos por menores ha venido aumentando. Sin embargo, también ha venido aumentando la complejidad de los delitos en los que los menores se involucran. Por ejemplo, los casos de extorsión que es el delito en el que los menores tuvieron más incidencia en 2009. En estos, los menores son parte de redes criminales más grandes dirigidas por adultos.
Los jóvenes cumplen una función concreta y operativa. Esos son los datos que reporta la Fiscalía y la PNC cuando investiga estos delitos.
Este es un momento preciso para contribuir a la seguridad social y democrática. La crisis de violencia solo se contro-lará con medidas inteli-gentes y con el aporte de todos.
La situación de la delincuencia juvenil debe analizarse y legislarse a partir de datos concretos, comparados tanto en el tiempo como con rela-ción a los adultos y la manera en que se ha venido respondiendo a esa delincuencia.
La delincuencia y la criminalidad no se enfrentan solo con la cárcel. En el caso de menores, como dicen todos los tratados internacionales, ésta debe ser la última opción. ¿Dónde están los padres de familia, las comunidades, los centros escolares… es decir, la sociedad en su conjunto al momento en que los jóvenes se enfrentan a los peligros de una criminalidad más compleja? ¿No es más inteligente incluir a todos estos actores para que no sean los jóvenes los que paguen con la cárcel los problemas estructurales de un país en crisis?
nomas un detalle: la violencia y la criminalidad no son la causa de la crisis social por la que atravezamos sino que son el sintoma de la crisis social que venimos calentando desde ya hace varias decadas. En las decadas de los 70-80, la valvula de escape que la nacion genero fue la guerra civil. Nos mantuvimos ocupados matandonos dis que por razones justas y necesarias. Despues de la guerra, no se hizo nada para la precaria red de proteccion social y mucho menos para aliviar el aspecto economico de nuestras estructuras impropias e inhumanas y zas... los jovenes se nos agrupan para separarse de lo que nosotros mismos consideramos " la sociedad normal" y viven la vida separados del resto con codigos y principios de "jalisco nunca pierde y si pierde arrebata".
ResponderEliminarPor lo de mas es muy certero su comentario.