20 de Marzo. Tomado de Diario Co Latino.
Tras la publicación de las fotos del estudiante del INTI, cuando le asestaba sendas puñaladas a otro del INFRAMEN, quien murió cuando era trasladado al hospital, ha abierto acalorados debates en todas direcciones.
La primera, el tema de la violencia juvenil y las penas para quienes transgredan la Ley. De hecho, antes del lamentable crimen al que nos referimos en el párrafo anterior, ya había un enconado debate entre quienes creen que la respuesta a los crímenes juveniles debe ser aumentando las penas de encarcelamiento —de 7 a 15 años de prisión, aprobó la Asamblea Legislativa, Ley que fue vetada por la Presidencia de la República—. Ayer, tanto el FMLN como ARENA, insistían en superar el veto presidencial, otros, modificar la Ley vetada.
El otro escenario de discusión es si el fotoperiodista debió actuar o hacer lo que hizo, tomar las fotos para registrar el hecho. Esto nos trajo, a los que hemos cursado algún ciclo en la Universidad, un viejo debate moral, entre ejercer el rol profesional, en este caso, tomar las fotos; o auxiliar al joven agredido. Cualquier decisión que alguien toma debe ser respetada, pues es su opción. En este caso, el fotoperiodista, por la distancia, por el tiempo en que sucedió el hecho,
Y, el tercer elemento, o dirección, es el apegarse a las Leyes o no. Entre el derecho y la justicia. Esto entró al debate ayer, cuando una jueza de menores, solicitó investigar a La Prensa Gráfica, por violar la Ley del Menor Infractor, al publicar el rostro, con nombre y apellido, del menor responsable del crimen.
Es cierto que en la primera publicación, ni La Prensa Gráfica, ni quienes publicaron las fotos sabían que el joven del cuchillo era un menor de edad, lo que se convierte en un atenuante para los medios de información.
No obstante, una vez se supo que el acusado del crimen era un menor de edad, se siguió publicando la foto con nombre y apellido, con lo que se transgrede una Ley. En este caso, la discusión no debería ir contra la jueza que inicia las diligencias, sino, contra la Ley misma, para que se reforme.
Creo que todos vamos a concordar, en que las publicaciones de La Prensa Gráfica tenían una sola intención: informar, lo más ampliamente posible del hecho.
No obstante, hay que decir también que, cierto tipo de publicaciones las prohibe la
Ley. Una de esas prohibiciones es publicar fotos de sospechosos o delincuentes menores de edad.
Entonces, el debate debería ser, sobre la conveniencia o no de reformar la Ley juvenil que prohibe la publicación de menores que hayan cometido hechos delictivos, pero en forma seria y sensata.
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