Durante los años que transcurrieron desde la independencia en 1821 hasta 1930, los gobiernos de El Salvador, la mayoría efímeros y ejercidos por extranjeros, fueron alternativamente controlados por Liberales, como Gerardo Barrios, o Conservadores, como don Francisco Dueñas y el general Regalado. Las guerras en Centro América abundaron y gobiernos extranjeros como el de Rafael Carrera (Racacarraca), Conservador guatemalteco, ponía presidentes en El Salvador, moldeados a su ideología..
Escrito por Ernesto Rivas Gallont.19 de Septiembre. Tomado de La Prensa Gráfica.
Por la inestabilidad y falta de cohesión política, no podemos denominar a ese primer período de nuestra historia como la primera República, sino que está escrita en los libros de historia como un período convulsionado que más fue el perjuicio que el beneficio que dejó de herencia.
A partir de 1931, cuando llega a la presidencia Maximiliano Hernández Martínez se inicia la Primera República, constituida por dictaduras militares que se cambiaban el mando a su propia conveniencia y para su propio beneficio. Lo que distinguió a esa Primera República fue una sólida alianza con el poder económico del país, cuyo eje principal era la oligarquía cafetalera, quienes se vieron beneficiados, con tal de no solo dejar tranquilos a los regímenes miliares, sino que darles su apoyo.
La Primera República se distinguió por el abandono casi absoluto de los gobiernos militares de la clase más necesitada que era entonces como es hoy la mayoría de los salvadoreños. Hubo raras excepciones, como la del presidente Óscar Osorio, a quien se le recuerda por haber creado el Ministerio de Trabajo y el ISSS. Y terminó con el golpe de Estado del 15 de octubre de 1979, cuando el país entró en una guerra que duraría 12 años, pasado 1989, año en que fue electo el primer gobierno de ARENA.
Esos años del 79 al 89 vieron a dos Juntas de Gobierno, un Gobierno Provisional y a un gobierno Demócrata Cristiano, pero juntos no constituyeron una República.
Fue en 1989 cuando Alfredo Cristiani de ARENA fue electo presidente que se inició la Segunda República, cuyo eje central fue el neoliberalismo y su ideología de extrema derecha tuvo como objetivo principal la destrucción de su mortal enemigo el comunismo internacional, como lo identificaron en el FMLN, su principal opositor.
La Primera República duró poco menos de medio siglo. La Segunda duraría 20 años, sostenida por el régimen neoliberal que era el principal beneficiario y, a su vez, su primer puntal para mantener un estatus quo que ignoraba a las clases más necesitadas, a pesar del maquillaje político que los varios gobiernos ofrecían.
Y vino lo que tenía que venir, una Tercera República, que otrora estuvo identificada con el comunismo de Fidel Castro, su mentor, de la extinta URSS, y hoy con el socialismo del siglo XXI de Hugo Chávez y sus satélites.
Pero esta Tercera República todavía no se consolida, pues el presidente que llevó el partido a la presidencia tomó distancia ideológica y, ahora, a más de un año de haber asumido el poder, la distancia que los separa se extiende y muchos piensan que podría llegar al rompimiento.
La ilusión de formar una Tercera República, como lo idealizó Funes en su discurso del 15 de septiembre, que permanezca en el poder durante varios períodos y convierta el país en un país socialista el estilo venezolano, como es el ideario del FMLN, es su razón de existir. El estilo de gobierno de su presidente es solo una piedra en el camino que ellos esperan convertir en un peldaño que los impulsa hacia el futuro, después de 2014.
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