Con esa tremenda frase, el presidente de la Cámara de Comercio, Jorge Daboub, se refirió hace poco, tangencialmente, a la mala situación económica del país y la consecuente falta de empleo, aprovechando la trágica coyuntura de la masacre de Tamaulipas, en la que 11 compatriotas migrantes murieron asesinados.
Escrito por Ernesto Rivas Gallont.12 de Septiembre. Tomado de La Prensa Gráfica.
Jorge Daboub y todos los demás que lo han dicho en otras palabras tienen razón al opinar que si en El Salvador hubiese más trabajo, emigrar en busca de un mejor horizonte no fuera tan apremiante.
Según la periodista que citó al Ing. Daboub, es así como “los empresarios ven a El Salvador por la falta de confianza que existe en el sector para invertir en el país y generar empleo”. Más adelante continúa la cita, “ojalá logremos que los políticos escuchen a la empresa privada, construyan eso (democracia y capitalismo) y no tendremos más salvadoreños emigrando”.
El mensaje tiene su buena dosis de ideología política, como era de esperarse del presidente de una de las gremiales que reúne a varios miles de empresarios privados, comerciantes e industriales salvadoreños, que al igual que todos están preocupados por la crisis económica que ha resultado en el incendio a que Daboub se refiere.
Los acontecimientos de la semana que termina han venido a reafirmar que el país no está al borde de un abismo: ya cayó en él.
El insólito hecho que pandillas hayan tomado en rehenes al país entero es una noticia no solo que genera rechazo, sino que también admiración del poder de grupos de criminales y la incapacidad del gobierno de controlarlos.
Esto asusta a los inversionistas que ya están acá y ahuyenta a los potenciales que pudieron estar considerando invertir en El Salvador.
En un estado de crisis social como en la que vivimos se necesita mucho coraje para traer buen dinero de afuera. Y sin inversión no hay trabajo.
No podemos decir, sin embargo, que el gobierno actual no trata de ofrecer garantías al inversionista. Lo que sucede es que la realidad es más fuerte que el esfuerzo.
El temor del presidente de la Cámara y muchos otros del sector privado reunidos en otras gremiales, incluyendo la poderosa ANEP, cuando hablan de garantías al inversionista se lo dicen a Funes para que lo entienda el Frente.
Funes ha convencido al gran sector privado que él no cambiará las reglas del juego. Y le pone letra a la música con sus alianzas con Brasil y Estados Unidos, reforzada por su rechazo al chavismo y su socialismo del siglo XXI.
Pero el temor real y justificable de los empresarios surge al escuchar el discurso de líderes visibles del FMLN, a partir del vicepresidente de la República, Salvador Sánchez Cerén y otros, como el coordinador Medardo González y Norma Guevara y el que manda de verdad, José Luis Merino.
A cualquiera que los oiga se les para el pelo y se paran las inversiones nuevas. Ellos hablan muy claro y sin tapujos de un El Salvador socialista al corte de Venezuela y más allá.
Y como existe la posibilidad real, según llas encuestas, que el Frente gane la presidencia en 2014, el temor de los empresarios no es producto del opio político, sino de una realidad palpable.
El Salvador, pues, confronta dos crisis, una económica de gran magnitud y otra política, del mismo tamaño. Tiene razón Jorge Daboub, “el país, es casa en llamas”.
Lea más hoy en mi blog, http://blog.netorivas.net
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios que incluyan ofensas o amenazas no se publicaran.