Escrito por Rigoberto Chinchilla.14 de Septiembre. Tomado de La Página.
Es costumbre en estos días comenzar nuevamente a hablar de nuestros próceres y de su gestas, simposios, debates incluso la televisión cultural, Canal Diez, anuncia un foro debate, horas antes de los actos conmemorativos el próximo 15 de septiembre.
De todas maneras es un acto acostumbrado, resucitar la gesta de nuestros patriotas, desenterrando sus acciones, a fin de evitar que la historia nos encuentre con los restos de aquellos ideales de paz, libertad e igualdad.
Un segundo momento histórico más cercano fue la Firma de los Acuerdos de Paz, que supuso voluntad y entendimiento nacional para terminar con la guerra, objetivo que se logró aunque sus causas sociales sigan siendo motivos de lucha. A esa gesta concurrimos los salvadoreños, en el referente histórico más cercano, hoy estamos en este siglo, con el primer gobierno de izquierda y sorteando los cimientos del actual siglo XXI en El Salvador. Una realidad históricamente innegable.
Nuestros próceres, hace 189 años, hombres y mujeres, no supieron del calentamiento global, narcotráfico, crimen organizado, redes sociales, facebook, twitter, satélites, de la expulsión de gitanos o de la amenaza nuclear en Irán, ni de la acelerada información de los Medios de Comunicación, ni de la crisis financiera mundial, aunque hubo un contexto económico en la época, que aceleró las causas emancipadoras.
Sin embargo, conspiraron contra el imperio español y lograron emancipar a nuestros pueblos, producto de una unidad de pensamiento que resolvieron, nucleándose y sorteando muchos obstáculos en esos momentos; si lo hicieron mal o bien a favor de intereses de clase o de ellos mismo, es otro discurso, pero partamos que los hicieron bien y actuaron favoreciendo el bien común.
Inevitablemente tuvo que haber un llamado a la unidad para que la emancipación se concretizara. El 5 de noviembre de 1811 es recordado como el primer llamado, aunque otros aseguran que fue un cabildo en que el pueblo curiosamente salió ante la incertidumbre y el rumor, pero bueno, el próximo año se conmemorará los primeros 200 años de aquella exhortación histórica.
Hace un año exactamente, el Presidente Mauricio Funes, frente a la Iglesia El Rosario, en la plena antigua Plaza de armas; hoy Plaza Libertad, formuló un anuncio; su renuncia a la militancia partidaria y su incorporación a una militancia de unidad nacional. A lo largo de este año, lo ha repetido al menos en unas cinco veces más, en diferentes espacios.
Ha pasado un año desde ese anuncio, en nuestra opinión poco se ha avanzado como respuesta a ese llamado, aunque le veamos viajar junto a un sector de empresarios o se haya reunido con sectores conservadores, la visión de futuro de este gobierno no parece encontrar respuesta concreta de redefinición nacional. Pero algo parece estar ocurriendo y nadie puede asegurar que no podría ocurrir.
Pero no puede haber unidad distanciándote del caudal y el vehículo político que te respaldó para lograr tu primer objetivo, dudo que los próceres hayan dado inmediatamente la espalda a los ideales de la población. Hay que reconocer que los escritos del siglo 19 no siempre pueden ser usados textualmente.
Y es que lo urgente siempre se ha impuesto sobre lo sustantivo, se terminó con 20 años de corrupción, de compadrazgos, impunidad, improvisación, donde la claridad de reglas del mercado predominaron; ellos decían “libre competencia”, modificando las normativas para beneficiarse entre los grupos cercanos, Una angina de pecho le costó a este país $ 40 millones de dólares y hoy únicamente tiene que devolver $3.2 millones, estos motivos junto a otra serie actos los tienen navegando en un horizonte electoral desfavorable.
Pero basta de hablar de lo que no se cumplió o no se hizo a tiempo, es momento de ver hacia el futuro, el fracaso del actual gobierno o el éxito nos debe preocupar. Ya hemos escuchado esa palabra de “es momento” pero es importante generar y tomar confianza y se debe de manera efectiva acentuar el proyecto social de nación.
Hay que hacer de nuestras tareas individuales, las cosas más relevantes, y no atorarnos en falsos debates, que incluso gente que hoy forman parte del estado crean innecesariamente; que las cachiporristas, “los barrilazos” las encuestas bajo encargo, no distraigan la solución de los problemas reales como la situación de la inseguridad ciudadana.
Hemos hablado de inclusión social, y eso es bueno, nadie debe sentirse excluido o simplemente utilizado políticamente. Crear condiciones para el crecimiento económico y la convivencia pacífica es posible, otros países ya están adelante con sus reformas educativas para el futuro, esperando en embate de las nuevas realidades y como conducirse. China es la segunda potencia económica y Corea, recién superó sus patentes en el mundo registrando 1,800 nuevos inventos para la humanidad.
El empresario salvadoreño también debe de revolucionarse emanciparse de los viejas visiones y paradigmas del pasado y agregar valor agregado a la historia nuevas y novedosas maneras de la industria conducen el desarrollo del mundo, efectivas, eficaces desarrollan una responsabilidad social. Las empresas exitosas hoy se caracterizan, no por cuánto ganan sino, por cuanto ayudan a sus sociedades.
Los cambios para esta patria deben concretizarse aumentar los mecanismos para el resarcimiento de daños, de solución de conflictos, ya se anunció una política de defensa de los consumidores, que frenará el abuso del mercado, hay que potenciar otra para frenar el abuso de poder, en una solo palabra, ya no debe haber espacio para la impunidad y el abuso.
Este 15 de Septiembre, los representantes de los partidos políticos nuevamente se reunirán frente al monumento del Parque Libertad, en una efímera ceremonia de unidad para celebrar el cumpleaños de la patria. Por cierto es irónico y costumbre, que mientras celebran, el pueblo, el gestor de la independencia, no puede ingresar en las cuadras alrededor del evento. Para ellos pan y circo, en un desfile fascista en el estadio, ese cambio también debe de operar.
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