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2010/08/20

LPG-En defensa de la democracia

 La Sala de lo Constitucional de la Corte tiene entre manos un tema crítico para nuestra joven democracia, la penalización de la crítica periodística. Estudian la demanda de inconstitucionalidad interpuesta por alguien contra el artículo 191 del Código Penal y su fallo, de ser favorable, alteraría de manera grave uno de los pilares en que se sustenta el avance de la democracia, la libertad de expresión, que floreció a partir de la aprobación de ese artículo. La nación está vigilante.

Escrito por Rafael Castellanos.20 de Agosto. Tomado de La Prensa Gráfica. 

 

La decisión corresponde exclusivamente a la sala y en interpretaciones de jueces puede haber tantas aristas que dan pie, como en cualquier corte, a opiniones que favorecen a un sector y desfavorecen a otro.

Si penalizan la crítica, el sector perdedor sería la sociedad, la democracia; y el ganador, un sector pequeño, enemigos de la libertad de expresión, principalmente, que estarían felices de poder controlar o amenazar a quienes exponen las noticias u opinan, a quienes les hacen estorbo. Favorecería también a quienes tienen un pensamiento totalitario, tendencias dictatoriales, absolutistas.

Favorecería a privados y a funcionarios públicos tendientes a la corrupción, a los ineficientes, a los que ejercen discrecionalidad negativa en el ejercicio de su deber. Favorecería a los funcionarios y civiles que detestan la transparencia en su gestión, algo que apenas comienza a darse.

El periodismo investigativo ha demostrado ser crucial en el desarrollo de la democracia, la libertad de expresión sin la amenaza de que cualquier aficionado al litigio o gente con poder los amenace o los ponga tras rejas, una pesada herencia de los regímenes militares autoritarios y de la guerra, que el país dejó atrás.

El servicio del periodismo investigativo a la sociedad en exponer al narcotráfico, una de las mayores amenazas que enfrentamos ha sido significativo. Las investigaciones de LA PRENSA GRÁFICA en el caso Perrones, no la actuación de las autoridades, sacó a la luz el avance de este flagelo. El periódico y los que dirigían la investigación corrieron riesgos, se jugaron la vida y lo hicieron bien, no les tembló el pulso para servir a la sociedad.

LA PRENSA GRÁFICA y su personal, como tantos otros periodistas que hacen valiente investigación y denuncia, que se han jugado y se juegan la vida en su labor, los comentaristas que vierten opinión y se generan enemistades o antipatías que les pueden dañar de diferentes formas, no temen o superan sus temores en el ambiente actual de libertad de expresión casi irrestricta que vivimos.

Si la situación cambiara, si el 191, que ha sido en parte el disparador de esta ola de libertad y buen periodismo, deja de garantizar esa libertad, la sociedad sufrirá las consecuencias. La penalización de la crítica, o la despenalización, como se le llame, causaría que los que ahora se atreven arriesgando sus vidas, dejarían de hacerlo ante el ambiente de inseguridad institucional que se daría.

No son impunes la crítica o la denuncia, en caricatura, opinión, fotografía, noticia que expone cosas que incomodan por su contenido. Si hay mala intención, el 191 ya establece que cuando los juicios desfavorables “demuestren un propósito calumnioso, injurioso o de ataque a la intimidad o a la imagen de una persona”, los periodistas o medios perderán la garantía de no ser enjuiciados.

En una sociedad que transita a la democracia, que no se madura en 20 años, en cualquier caso se necesita más libertad de prensa y no menos, es necesaria y más saludable para la democracia, más libertad de expresión y no menos, es una conquista que no debe perderse para no retroceder.

Mantener su constitucionalidad es proteger la libertad en defensa de la democracia.

En defensa de la democracia

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