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2010/09/04

LPG-Gobiernos deficientes

 Mientras China y otros países asiáticos, del este de Europa y África, están eliminando la burocracia para atraer más inversionistas, la mayoría de países latinoamericanos siguen creando barreras burocráticas. Según el índice para hacer negocios, El Salvador ocupaba el puesto 81, pero retrocedió al 84. Mientras Ruanda, país africano que estaba en el puesto 123, avanzó al 67, un salto cuantitativo y cualitativo que sin duda traerá muchos beneficios a sus habitantes.

Escrito por Elena María de Alfaro.04 de Septiembre. Tomado de La Prensa Gráfica.

 

El gobierno, incluyendo los anteriores, no entiende que ahora existe una fuerte competencia a escala mundial para convencer a inversionistas a establecerse en un lugar determinado. Estos cuentan con un ramillete de ofertas de otros gobiernos, las cuales analizan, escogiendo la mejor opción. Algo que ellos priorizan es la facilidad para hacer negocios.

Desde hace varios años se ha insistido en la necesidad de facilitar los trámites que ciudadanos y empresarios necesitan gestionar para obtener una autorización o una constancia, que nos permita adquirir o vender bienes y servicios, renovar un documento, residir en El Salvador o iniciar un negocio.

Un constructor sabe que para obtener un permiso medioambiental deberá ser paciente hasta que las dependencias encargadas del MARN lo autoricen a desarrollar un proyecto. Con suerte esperará seis meses, aunque lo normal es más de un año y, en algunos casos, superior a tres. Un permiso de la alcaldía de Antiguo Cuscatlán para poner un rótulo toma tanto tiempo que lo más probable es que el interesado desista de la idea o ubique el negocio en otro municipio menos burocrático. Si una ONG cambia sus estatutos, probablemente su aprobación demore unos dos años. Si se trata de reformar su catálogo de cuentas calcule un periodo similar. Y para terminar con los ejemplos, obtener la renovación de la matrícula de comercio antes demoraba unos dos meses; ahora, más de medio año.

Se nos exige cumplir con variados requisitos en diferentes instituciones gubernamentales y municipales. Algunas han facilitado ventanillas en los bancos; otras han acercado sus oficinas a la población o permiten realizar trámites por medios electrónicos. No obstante, persisten las dependencias estatales que no se modernizan.

El exceso de trámites es un verdadero obstáculo en la creación de mejores oportunidades de trabajo, en la atracción de inversiones locales o internacionales y, entre más requisitos y papeleos, genera mayor corrupción. Deben existir procesos regulatorios, pero estos necesitan ser administrados eficientemente, para reducir la burocracia y sus altos costos y dinamizar la economía.

La informalidad es sinónimo de demasiadas cargas regulatorias, y estas, de los grandes impedimentos del progreso. No debe extrañarnos que la gran mayoría de las empresas, sean estas pequeñas o medianas, prefieran permanecer en el sector informal. Lamentablemente, evaden pagar impuestos tan necesarios para el Estado; pero esa misma informalidad les impide obtener otros beneficios como préstamos a menor interés y acceso a la seguridad social.

Además de indicarnos adónde acudir, cuáles son los pasos y los documentos que debemos presentar en las diferentes dependencias, es imperativo realizar reformas para facilitar el hacer negocios y que estas sean parte de la estrategia del gobierno, de su visión a mediano y largo plazo. Entonces el Estado captará más ingresos, seremos más competitivos y atractivos a los inversionistas, acortaremos el tiempo para gestionar permisos y sobre todo, lograremos disminuir la corrupción que genera tanta burocracia en las dependencias estatales y municipales.

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