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2010/09/04

LPG-El déficit fiscal

 Se registra un déficit financiero cuando los ingresos percibidos son inferiores a los gastos realizados, sea por familias o también por entidades públicas y privadas de todo tipo. Para un ejemplo, si una familia tiene ingresos anuales reales y efectivos de $8,000 y en un determinado año gastó $10,000, eso quiere decir que ese año registró déficit de $2,000.

Escrito por Roberto Mendoza Sol.04 de Septiembre. Tomado de La Prensa Gráfica.

 

Viendo en retrospectiva, el hecho de que una unidad económica haya aparecido con déficit registrado de $2,000 quiere decir que tal exceso de gasto le fue financiado a dicha unidad, si no el déficit no se habría registrado. La brecha, por tanto, pudo haber estado cubierta por las siguientes acciones simples o combinadas: 1) disminución de los ahorros de la unidad, 2) préstamo bancario, 3) crédito comercial, 4) apoyos familiares, 5) subsidios gubernamentales.

Con el déficit fiscal, si los ingresos registrados del sector público no financiero fueron inferiores a sus ingresos, digamos en $800 millones, esa misma cantidad tuvo que ser financiada. El gobierno central financia sus déficits con las siguientes formas simples o combinadas: 1) reducción de sus reservas, 2) préstamos internacionales, 3) eliminación de partidas de gastos innecesarios, 4) aumento de impuestos, 5) inflación, 6) devaluación de la moneda de emisión local, si existe; este no es el caso de El Salvador.

La política fiscal abarca las determinaciones alcanzadas por el Gobierno de la República en ambas corrientes presupuestarias: ingresos y egresos. En términos generales una política fiscal puede ser expansiva o contractiva de la actividad económica. Si además esa política es contracíclica, por ejemplo si tiene como objetivo contrarrestar efectos de una recesión mundial, será una política expansiva. Una política será puramente expansiva si es deficitaria, porque le inyecta recursos a la economía, sin sustraérselos por otro lado. Esto no es posible ahora porque la deuda pública ya alcanzó límites extremos, al grado que las calificadoras de riesgo están bajándole al país sus calificaciones crediticias.

Una política, por el contrario, si es contracíclica, pero al mismo tiempo es también puramente contractiva, a efecto de evitar procesos inflacionarios derivados de una insana aceleración de la actividad económica causada por factores internos o externos, le restará recursos a dicha actividad (con impuestos, por ejemplo) pero sin aumentárselos (con subsidios) por otro lado.

El déficit fiscal no es insano per se, es necesario en algunos casos, pero bajo ciertas condiciones: 1) no hay inflación previa, 2) la deuda acumulada del sector público no financiero no pone en peligro la estabilidad macroeconómica, 3) no se espera que presionará excesivamente las tasas de interés al alza. En países donde el déficit fiscal se financia localmente en igualdad de condiciones con el sector privado, el déficit fiscal tiende a forzar las tasas de interés al alza, por efectos de la competencia por obtener recursos escasos.

Hoy, por donde lo veamos, el problema de la actividad económica de nuestro país es más complejo que nunca. Una solución siempre trae aparejados nuevos problemas. Además, tenemos un problema central de confianza que se origina allende las fronteras y que se multiplica internamente.

Los salvadoreños tenemos que aprender, ahora más que nunca, a manejar arreglos internos entre sectores, a no caminar cada quien por su lado sin importarle cómo le irá a los demás a consecuencia de sus acciones.

El déficit fiscal

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