Tras un largo debate la Asamblea Legislativa aprobó este jueves por segunda vez en menos de un año un nuevo incremento al impuesto de las bebidas alcohólicas.
Por Magdalena Flores.13 de Septiembre. Tomado de Contra Punto.
SAN SALVADOR – No le alcanzó la cobija tributaria al ministro de Hacienda, Carlos Cáceres. Así que buscó a quién apretarle más la tuerca.
El ministerio de Hacienda preveía a finales de 2009 que con la entrada en vigencia de la reforma fiscal, aprobada en diciembre de ese año, se recaudaría $250 millones más. Sin embargo a nueve meses de haberse implementado únicamente ha recolectado $119 millones, y las expectativas ahora son alcanzar solo $150 millones al final del año.
Eso es una mala noticia para las finanzas del país, que tiene la necesidad imperiosa de incrementar su tasa impositiva del 14% del PIB actual, a un 17%, que es la meta trazada, si es que no quiere caer en serios y peligrosos desajustes.
La baja recaudación, dicen los entendidos, motivó a Hacienda a solicitar a la Asamblea Legislativa nuevas tasas en el sector de bebidas alcohólicas, aprobadas, por fin, el pasado 9 de septiembre para alegría de unos y descontentos de otros.
Las modificaciones en ese sector pusieron fin a una agria disputa entre los dos grandes participantes del sector: los licoreros y los cerveceros, que venían pujando, cada quien por su lado, para que Hacienda no les apretara más la tuerca.
Cambios obligados
La nueva reforma a Ley Reguladora de la Producción y Comercialización del Alcohol y de las Bebidas Alcohólicas fue aprobada por 48 votos en la Asamblea Legislativa. Con dicha reforma se modifica el impuesto específico por grado de alcohol y el impuesto ad–valorem, aplicable sobre el precio de venta sugerido al público.
Sin embargo, el partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), el Partido Demócrata Cristiano (PDC) y Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA) no dieron sus votos por considerarla inconsulta.
La propuesta original presentada en 2009 establecía un impuesto específico de $0.09 por grado alcohólico a la cerveza y a la mayoría de bebidas embriagantes, a excepción del vodka y aguardiente, que era de $0.05 y $0.0325 respectivamente. Pero dicha propuesta fue modificada en un “madrugón” en la Asamblea en diciembre pasado, en una clara maniobra por beneficiar a la cervecera local, Industrias La Constancia (ILC).
A la cerveza le dejaron el mismo impuesto que tenía antes de la reforma, $0.0825 por grado de alcohol, y a la mayoría de bebidas como el vodka y ron les establecieron un impuesto de $0.0850. Al aguardiente le incrementaron a $0.040 por grado alcohol.
Ahora con la reciente aprobación prácticamente se ha vuelto a la propuesta original que fue rechazada a finales de 2009, la cual busca hacer más equitativo el mercado, según sostienen las autoridades del ministerio de Hacienda.
Con la reciente aprobación la cerveza tendrá que pagar $0.090 por grado alcohólico, al igual que algunos licores, como vinos y bebidas fermentadas. Mientras que el vodka y el aguardiente se quedaron con $0.050 y $0.0325, respectivamente.
De ese modo, el Congreso, a petición de Hacienda, decidió de una buena vez subirle las tasas a ILC, una empresa que posee un amplio portafolio de marcas de cerveza, gaseosas, isotónicos, néctares y agua, pero que, en sus inicios, en 1906, era la Cervecería La Constancia, fundada por Rafael Meza Ayau, perteneciente a una de las familias más poderosas del país. ILC En 2005, la multinacional SABMiller adquirió la totalidad de las acciones de la empresa.
Cáceres ha manifestado que en ningún momento están buscando beneficiar a nadie, en este caso a los licoreros.
Justificó que el vodka y el ron, y el aguardiente, mantienen un impuesto específico de $0.05 y $0.0325, respectivamente, porque quieren evitar el consumo de alcohol farmacéutico. Es decir, se supone que si aumentara la tasa, subiría el precio del ron y el vodka, y los bebedores pudieran pasar a beber aguardiente, el “guaro” nacional, y de allí caer a las cunetas del alcohol de farmacia.
“En principio habíamos considerado que debería ser igual para todos, luego después hicimos una consideración para los bebedores pobres, y justamente para que no se deslizaran el consumo de los vodkas nacionales al aguardiente y que éstos cayeran al alcohol de farmacia”, expresó Cáceres.
Aunque Hacienda logró que se modificara el impuesto específico a las bebidas con alcohol, no cumplió su deseo de incrementar el impuesto ad-valorem a $10%, ya que la Asamblea sólo aprobó incrementar el impuesto del 5% al 8%.
En teoría el impuesto ad-valorem se aplica por igual tanto a la cerveza como a los licores.
Pero la cerveza tiene la ventaja que posee presentaciones en envases retornables, que según el artículo 43 de la nueva reforma permite excluir de dicho impuesto el precio de los envases retornables, por lo que pueden disminuir el impuesto a pagar.
En busca de más tributos
Cáceres rechazó que la mueva reforma se trate de una contrarreforma a los impuestos de las bebidas alcohólicas para recaudar más, debido a que no se logró percibir lo previsto.
“No es una contrarreforma, lo que hay ahorita es una corrección a la reforma aprobada en diciembre del año pasado porque se distorsionaron los mercados y los impuestos no pueden distorsionar mercados”, dijo Cáceres.
Sin embargo, Rommel Rodríguez, de la Fundación Nacional para el Desarrollo (Funde), dijo a ContraPunto que posiblemente el gobierno haya pedido esta modificación debido a que “han visto en este tipo de bebidas —cervezas y licores— la oportunidad de tratar de aumentar la recaudación tributaria”.
De acuerdo a Rodríguez esa consideración es posible porque este tipo de productos pueden recaudar más “porque están relacionados más a los hábitos de consumo de las personas”, que a la situación económica.
El Ministerio de Hacienda tenía previsto recaudar, en el sector de licores, entre enero y julio de este, año $10.4 millones. Sin embargo a la fecha ha captado tan sólo $6.9 millones. En el caso de la cerveza se tenía previsto percibir $21.5 millones, pero solo ha obtenido $18.6 millones. Es decir que en ambos casos, las proyecciones no han cuadrado, y el déficit ronda los $3 millones.
“Ante esta circunstancia me temo que Hacienda ha hecho una análisis por esta diferencia que existe en los productos alcohólicos que es bastante grande, es una diferencia de $3 millones (…) entonces por eso es que –están haciendo- las reformas, ajustes de tasas para que puedan encontrar alguna forma para extraer más recursos”, detalló Rodríguez.
Barra libre o morir
A pesar de los constantes spots publicitarios en la televisión y los diferentes campos pagados en los principales periódicos del país por Industria La Constancia (ILC), en los que rechazaba las nuevas tasas, esta empresa, la única dueña y señora de la comercialización de cervezas en El Salvador, esta vez no salió ilesa de la reforma al impuesto específico en las bebidas alcohólicas.
Aldo Vallejo, director de Relaciones Corporativas ILC, dijo a ContraPunto que las nuevas tasas aprobadas por la Asamblea lo único que va ser es profundizar aún más la inequidad que ha prevalecido a lo largo de los años, y que generará más desempleo.
“Ese aumento significa menos turnos de producción, menos camiones que vayan a repartir cerveza, menos personal de venta, menos tienditas de barrios que van a vender productos, se les van a caer los ingresos”, reflexionó Vallejo.
Y el aumento al precio de la cerveza es inevitable. De acuerdo a Vallejo, tal aumento ocasionará una perdida de 3 mil empleados en la cadena de valor, entre ellos distribuidores y proveedores.
También sostiene que otro impacto fuerte a la economía es que el Estado no va recaudar lo que piensa porque la demanda va a bajar el 10%.
“De acuerdo a nuestros cálculos la recaudación en lugar de subir va bajar. Está claro, si sube el precio baja la demanda, por lo tanto la recaudación no es lo que ellos piensan”, detalló Vallejo.
“¿Por qué no se puso una solo tasa para todos? ¿Por qué se está beneficiando al sector licores al ponerle impuestos sumamente bajos?, cuando deberían de ser más altos porque tiene más contenido de alcohol”, agregó Vallejo.
Para Vallejo la reciente reforma lo único que busca es beneficiar al sector de licores.
Pero esa misma posición fue expresada por el sector licor pero a la inversa, cuando se aprobó la reforma de diciembre de 2009, que según la Asociación Salvadoreña de Destiladores y Licoreros (Asdyl) beneficiaba más a ILC.
El vicepresidente de Asdyl, Eduardo Murillo, aseguró a ContraPunto que con la nueva reforma se eliminan los privilegios a la cerveza.
También sostiene que la comercialización de sus productos —vodka y aguardientes— disminuyeron desde que entró en vigencia la reforma de 2009 en un 25 y 30%, como consecuencia del aumento desorbitante de los impuesto en la reforma que entró en vigencia en enero de este año.
En esa reforma original, los vodkas nacionales tenían un impuesto específico de 0.0325 centavos por grado alcohólico, y la Asamblea lo incrementó a 0.0850.
“Eso significo un incremento del 162% en relación a lo que veníamos tributando antes de la reforma”, dijo Murillo.
En el caso del aguardiente, se tributaba 0.0150 por grado alcohólico y la Asamblea los subió a $0.04 centavos. Lo que significó para ese rubro en particular un aumento del 167%.
Alcohol es alcohol
La discusión si existen bebidas alcohólicas menos dañinas que otras también salió a la luz con la modificación de los impuestos al alcohol. Pero la verdad es que el alcohol causa los mismos efectos independientemente de dónde venga: cerveza o licores. Solo que de uno se necesita ingerir mucho más que del otro para embriagarse.
“El alcohol es una de las drogas que más daño genera en el abuso ya que es una sustancia sumamente irritante, y no hay célula del sistema orgánico humano que no se vea afectado”, destacó a ContraPunto, Manuel Morales, médico del Fondo Solidario para la Salud (FOSALUD).
En El Salvador el 46% de la población salvadoreña ha consumido alcohol una vez en su vida, la prevalencia de consumo de alcohol es del 18.5%, mientras que un 10% reporta un consumo reciente de esta sustancia, dijo la ministra de Salud, María Isabel Rodríguez, cuando expuso ante la comisión de Hacienda de la Asamblea Legislativa la problemática del alcohol.
Al mismo tiempo señaló que la bebida alcohólica de mayor consumo es la cerveza 88.7%, seguida del Wiskey 2.3%; aguardiente 1.7%, y vino 1.4%.
Algunas personas llegan a un grado de que ya no pueden controlar el consumo de alcohol, hasta el extremo que les ocasiona la muerte.
Aunque no existe un registro específico de la problemática en el país, viceministro de Salud Eduardo Espinoza dice que el alcohol ocupa la octava causa de muerte en el país, y que en el 2008, de acuerdo a datos de la Dirección General de Estadística y Censo, 840 personas murieron por trastornos mentales y de comportamiento debido al uso del alcohol, además sostiene que unas 465 murieron por fibrosis o cirrosis del hígado.
El ministerio de Salud estima que anualmente invierten $3.3 millones anuales por ingresos hospitalarios y consultas. Aunque reconocen que este dato no refleja el costo total debido que existe un sud registro grande.
De acuerdo a la Organización Panamericana de la Salud (OPS) el consumo de alcohol en las Américas es aproximadamente 50% mayor que el promedio mundial. El consumo per cápita de alcohol, ponderado por población, en la Américas es de 8.7 litros, lo cual está muy por encima de la media global de 6.2 litros de consumo per cápita.
Ante este panorama queda claro que todas las empresas que venden alcohol deben pagar impuestos adecuados a la problemática que ocasionan, independientemente si venden bebidas con poco o grandes grados de alcohol, pues al final las consecuencias fatales son las mismas.
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