La realidad, el peor enemigo de Arena

Si uno de los grandes objetivos de ARENA era reemplazar El Salvador real por El Salvador de fantasía

Escrito por Luis Armando González . Publicado en Diario Co Latino.

SAN SALVADOR - Siempre se ha pensado que el peor enemigo de ARENA es el FMLN, pero no es así. El peor enemigo del partido de derecha es la realidad, la cual, una vez que comenzó a desnudarse en toda su crudeza, no pudo ser domesticada por las artimañas publicitarias que diseñaron para ese propósito.

Desde que ARENA tomó el control del Ejecutivo, en 1989, sus estrategas y sus aliados en las empresas mediáticas, se impusieron una meta en verdad ambiciosa: crear un país ficticio que desplazara en el imaginario colectivo al país real. Trabajaron arduamente para alcanzar ese fin.

Desde el discurso oficial hasta el discurso empresarial –pasando por las creaciones publicitarias más sofisticadas, atractivas y llamativas—, todo lo que emanaba de ARENA y sus comparsas estaba orientado a convencer a propios y extraños de que El Salvador de fantasía que se estaba inventando era el verdadero El Salvador.

Cada uno de los gobiernos de ARENA –el de Cristiani, el de Calderón Sol, el de Flores y el de Saca— hizo lo que le correspondió no sólo para dar vida a ese país de fantasía, sino para hacer que la sociedad salvadoreña se convenciera de que vivía en el mejor de los mundos posibles.

Hasta la administración de Flores casi lo lograron. Sin embargo, bajo el mandato de este último, ese país ilusorio –en el cual supuestamente el éxito fácil era moneda de uso corriente, y todo era paz y armonía— comenzó resquebrajarse. Comenzó a resquebrajarse por la irrupción del país real, marcado por la violencia, la inseguridad, las exclusiones, la vulnerabilidad y el abandono de la mayor parte de sus miembros.

Si uno de los grandes objetivos de ARENA era reemplazar El Salvador real por El Salvador de fantasía, con el gobierno de Flores se hizo evidente que ese objetivo era imposible de alcanzar, porque la realidad es más poderosa que la fantasía. El fracaso de ARENA, como proyecto político, económico y social, es el fracaso de una ilusión. Una ilusión que Saca quiso forzar más allá de cualquier límite; al hacerlo no hizo más que seguir el camino trazado por sus antecesores.

En este sentido, decir que Saca es responsable de la crisis social y del descalabro económico y ambiental del país es correcto sólo a medias. El deterioro social, económico y ambiental tiene sus raíces inmediatas en las administraciones gubernamentales previas. En ellas, la realidad real de El Salvador era –como lo fue con Saca— violenta y contradictoria. Eso sí, con la diferencia de que a Saca esa realidad le estalló en la cara.