Escrito por Editorial. Martes, 16 junio 2009. Publicado en La Prensa Grafica.
Siempre hay que depurar y limpiar, pero sin que el sano ejercicio corra el riesgo de ser sustituido por el juego acusatorio. Los hechos son los que tienen que hablar por su cuenta.
Los dos partidos políticos principales estuvieron en una especie de compás de espera entre el 15 de marzo y el 1 de junio; y hoy viene la realidad de ser gobierno y de ser oposición. En el ínterin, se dio un ejercicio de transición entre administraciones como nunca se había dado en el pasado, y alguna decisión estructural de interés compartido, como la de reconvertir deuda y aprobar bonos para que la anterior Administración saliera sin dejar el grueso de cuentas sin pagar y para que la nueva Administración tuviera recursos disponibles de entrada. Pero a partir del 1 de junio, el pimpón de acusaciones y contraacusaciones ha vuelto a emerger, con el enturbiamiento del clima político que eso acarrea.
Como decíamos ayer, la alternancia es saludable en muchos sentidos, y uno de ellos es la inducción a destapar irregularidades y generar transparencia. Pero esto tiene que hacerse de modo institucional, para que no se convierta en un dime que te diré, como ya estamos viendo. La forma de hacer las cosas determina, sin duda, el manejo y los resultados. Siempre hay que depurar y limpiar, pero sin que el sano ejercicio corra el riesgo de ser sustituido por el juego acusatorio. Los hechos son los que tienen que hablar por su cuenta.
Es muy importante que, de cara a un manejo eficaz de la problemática que enfrenta el país, se vayan abriendo y desbrozando los espacios para que las dos organizaciones políticas con más peso en la correlación de fuerzas –el FMLN y ARENA– puedan interactuar de una manera efectiva y respetuosa. Eso es lo que el proceso demanda en este momento. Por eso hay que cuidar mucho las palabras y los gestos, para que abonen a los esfuerzos y no los entorpezcan.
Todos necesitamos de todos
En la democracia, la apuesta más peligrosa y de efectos casi siempre contraproducentes es el aislamiento o el atrincheramiento. La democracia es interactiva por su propia naturaleza, y en tanto más pronto se reconozca y se acepte esto más posibilidades de éxito hay para cualquier gestión y para el proceso en su conjunto. Ello implica que hay que prepararse para una dinámica negociadora permanente, en lo fácil y en lo difícil, en lo que se refiere a intereses propios y en lo que toca a intereses ajenos.
En nuestra práctica democrática, que tiene ya más de un cuarto de siglo aunque la etapa más clara y consistente sea la de posguerra, la dinámica negociadora no ha podido madurar lo suficiente, porque todavía hay mucha resistencia a aceptar lo que enseñó con tanta claridad el proceso de paz: que sólo cuando se toman en cuenta las posiciones y visiones del adversario y eso se integra razonablemente en el resultado, éste es real y sostenible. No es cuestión de cuotas ni de componendas, como hemos visto con frecuencia sobre todo en la elección de funcionarios de segundo grado, sino de racionalidad bien administrada.
En estos tiempos de crisis, entenderse para construir soluciones se vuelve una urgencia insoslayable. Y lo que esperamos es que la retórica de los dimes y diretes no vaya a crear obstáculos artificiales, que son los de más difícil remoción, porque están vinculados a las emociones y a las pasiones. Racionalidad compartida es lo que necesitamos.
Muy bueno el articulo. Funes debe a toda costa tomar el papel de un estadista dispuesto a lo que sea para cambiar al pais. Debe delegar todo ese trabajo de limpieza y desinfeccion a otros y crear un metodo profesional y objetivo para ir desenredando todo ese desorden arenero. Deben proporcionar la informacion al pueblo en las dosis y las frecuencias correctas y no delatar a gritos que los areneros han robado.
ResponderEliminarEso seria prueba de que en la izquierda no hay vision, que no hay estrategia sino solo emocion sin control, solo para el momento. El frente se encargara de utilizar todo ese caudal politico que los derechistas nuestros les han dejado. Solo se trata de desenterrarlo y utilizarlo madura y profesionalmente para luego traducirlo en ventajas politicas.