¡Cuidado, señor Presidente!

Escrito por Carlos Adalberto Fonseca. Miércoles 17 de Junio de 2009. Publicado en El Diario de Hoy.

Mucho cuidado señor Presidente. La situación y el momento político, económico y social, en que usted ha recibido el país, indica que debe de tener mucho cuidado en sus decisiones. Y es que somos una nación que a pesar de la escasez de recursos y territorio, estamos saliendo adelante; por ello nuestra posición económica, aunque no es del todo bonancible, viene a ser una magnífica excepción en el Istmo centroamericano.

Sin embargo, y es lo peligroso, se puede ello frenar y aun retroceder, si usted señor Presidente y su equipo de gobierno se dejan convencer por aquellos que aconsejan revanchas o transformaciones económicas radicales y venganzas; los que sueñan con épocas de Lenín y con una organización política, económica y social, que ya ha demostrado ampliamente su error.

Díganlo sino los ejemplos de la situación de pobreza, limitaciones y restricciones a la libertad de expresión, tránsito y demás en una isla en las Antíllas y en nuestro vecino, golfo de por medio. Ellos han perdido legitimidad y por su antigüedad y fracaso suspiran todavía en tiempos de 1850, que huelen a naftalina. Siendo malas señales por aconsejar violencia física e intelectual.

Usted señor Presidente, tiene en su equipo de gobierno a gente sensata, que aunque reclamará justicia, nunca le aconsejará revanchismo, radicalismo o destrucción. Habiendo por otra parte gente amargada, con odio y espíritu violento, que le aconsejará no dejar piedra sobre piedra en el sistema político existente. Lo cual no traerá más que paralización de la economía y ahuyentará la inversión extranjera.

Entre a la historia señor Presidente como el gobernante, que por el bien de El Salvador, supo contemporizar con todas las tendencias, tomando lo bueno de cada una, buscando el progreso y bienestar de los nacionales, sin crear enemistades internacionales que en nada son beneficiosas, que algunos políticos en su ceguera y ambición, tratarán de aconsejarle e imponerla sobre nuestro país.