Escrito por José María Sifontes. Viernes 10 de Julio de 2009. Publicado por El Diario de Hoy.
Imagine que usted es director o directora de una escuela rural. El cupo para el nuevo año escolar está casi lleno. Sólo hay un espacio disponible y por mucho que haga no existe posibilidad de aceptar más estudiantes. Llega una madre con sus dos hijos, una niña y un niño. Para ambos es su primer contacto con la escuela por lo que comenzarían desde el principio. No tiene alternativa, debe escoger entre los dos. Se encuentra en un dilema, ¿la niña o el niño?
No diga que usted buscaría la forma en que los dos estudien y que se las ingeniaría para dar oportunidad a ambos. Eso ya se sabe. Así sería en la vida real. Pero este es un caso hipotético que nos permitirá exponer algunos puntos importantes. De nuevo ¿la niña o el niño? La respuesta ha sido analizada y es ahora fácil de dar pero no tan sencilla de comprender: la mejor alternativa es escoger a la niña.
La educación de las niñas es crucial en una sociedad por varios factores. El primero de ellos es que las niñas crecerán y tendrán familia. Los valores, las actitudes y los conocimientos generales son transmitidos principalmente por las madres, entre otras por la sencilla razón de que son las que pasan más tiempo con los hijos. También porque el vínculo que se forma con la madre es más fuerte y determinante. Ella, además de estar presente, es el primer modelo que los niños ven.
Si ha recibido educación tendrá más elementos que transmitir desde el principio. Si es analfabeta los niños tendrán que aguardar la segunda oportunidad que es la escuela. Sus primeros conocimientos no serán muy diferentes de los que tuvieron nuestros antepasados de las cavernas. Crecerán sin rumbo y lo más probable es que ni vayan a la escuela.
Mientras mayor el nivel de educación más se retrasa el inicio de la actividad sexual. Las recomendaciones de una madre instruida y la formación académica son los mejores métodos anticonceptivos que hay. Embarazos en adolescentes existen a todo nivel pero es más frecuente entre las que no reciben educación formal y cuya siguiente fase en la vida, después de nacer, es tener hijos.
Sin embargo, la preferencia en la educación se da a los varones. Es común en las capas campesinas que se mande al niño a la escuela, aunque sea para que aprenda a leer, mientras la niña se queda aprendiendo a echar tortillas. El resultado es futuras madres poco instruidas que heredarán a sus hijos algunos pocos conocimientos prácticos y nada más. Y la cadena se perpetúa. Una sola niña educada tiene efecto multiplicador y es el punto de quiebre de la cadena.
Aunque se debe fomentar educación para todos, sabiendo que es el factor más importante para el desarrollo de una sociedad, la educación escolar de las niñas es algo que tiene que enfatizarse. Por la tendencia cultural que se ha descrito la determinación de mandar a las niñas a la escuela y hacer que alcancen la escolaridad más alta posible no es algo que se dé espontáneamente. Se debe ser activo y ejercer presión.
Las niñas determinan en gran medida cómo será la próxima generación. Si le cuesta aceptarlo vuelva a leer el primer párrafo y fíjese que no se sorprendió en absoluto cuando leyó que quien llevó a los niños a la escuela fue la madre.
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