Perspectivas poblacionales en relación con el desarrollo

Los datos poblacionales no deben quedarse encerrados en el ámbito estadístico: hay que empezar a usarlos de veras para planificar el desarrollo y desplegar las estrategias del mismo.

Escrito por Editorial . Lunes 13 de julio de 2009,Publicado por La Prensa Grafica.

 
Acaban de darse a conocer, por parte de la Dirección General de Estadística y Censos, datos sobre perspectivas de crecimiento poblacional en nuestro país en los próximos años. Según esos datos, durante la década siguiente nuestra población crecerá un 6.4%, hasta alcanzar los 6.6 millones de habitantes. Pasó, pues, la era del explosivo crecimiento en este campo, tal como venía dándose en décadas del pasado siglo. Varios factores interactúan: el descenso progresivo en la tasa de natalidad, balanceado con una menor mortalidad infantil y un incremento en las expectativas de vida. Todos estos son signos de desarrollo humano, que reflejan nuevas dinámicas culturales en el ambiente y a la vez mejoras institucionales significativas.

Un punto que debe ser analizado a fondo es el referente a las migraciones internas, que también aparecen reflejadas en estos nuevos datos del Censo de 2007. El tema es vital porque el flujo distorsionado de dichas migraciones, a raíz de fenómenos como la guerra y los terremotos, agudizó al máximo el viejo centralismo, trayendo artificiosamente una gran cantidad de población hacia los principales centros urbanos, en los que por tradición se ha concentrado todo esfuerzo importante de desarrollo. No es casualidad que el mapa de dicho centralismo coincida con los del mayor gasto público, la mayor inversión, y, al mismo tiempo, la mayor criminalidad y el más pronunciado desequilibrio social.

Los datos poblacionales no deben quedarse encerrados en el ámbito estadístico: hay que empezar a usarlos de veras para planificar el desarrollo y desplegar las estrategias del mismo. En otras palabras, para visualizar la realidad desde sus bases, no desde sus cúspides.

Privilegiar lo humano
Todas las tendencias más actuales del desarrollo apuntan hacia la potenciación de lo humano, en contraste con los criterios desarrollistas imperantes por tanto tiempo, que empezaron a mostrar sus múltiples falencias con el avance de la globalización y de la mundialización, y que hace muy poco fueron puestos en dramática evidencia por la crisis global que explotó en la segunda mitad del pasado año y sigue causando estragos por doquier.

En el caso de El Salvador, la cuestión poblacional tiene todavía más relieve por nuestra condición de país superpoblado, desde siempre. En los últimos 25 años, esa condición ha tenido variaciones de altísima significación sin precedentes, en el marco del conflicto interno y las derivaciones de su desenlace por la vía política. La emigración detonada por la guerra y la democratización detonada por la paz son los factores de base del fenómeno actual. Esa emigración intensa se dio en un momento histórico en que las migraciones ya no iban a sumergirse en sus sociedades de destino, sino a emerger en ellas; y la democratización ha venido cambiando patrones culturales, en forma silenciosa pero eficaz. La desintegración familiar acrecentada por la emigración aceleró, por otra parte, la expansión de las maras; y el avance de la democratización ha generado demandas sociales que, al no manejarse estratégicamente, incrementan las frustraciones de la población.

Todo esto, unido a muchos otros factores confluyentes, requiere un tratamiento integral, en el que venimos insistiendo en forma sistemática. No asumirlo es perseverar en el error.