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2009/07/08

Entrevista con cardenal hondureño Óscar Rodríguez Maradiaga “El odio de clases era una estrategia de Mel Zelaya”

Por José Luis Sanz. Tegucigalpa. 08 de julio de 2009. Tomado de El Faro

Pudo ser Papa en 2005 pero el domingo pasado, en las paredes de Tegucigalpa, bajo su rostro estampado en spray, se leía “golpista”. Hay analistas locales que aseguran que el cardenal hondureño Óscar Rodríguez Maradiaga tomó la semana pasada la decisión más trascendente de su vida pastoral: qué decir tras el golpe de Estado contra Mel Zelaya. Y lo que hizo fue, en general, dar al gobierno de Roberto Micheletti su bendición.

Una bendición en forma de mensaje televisivo que el gobierno de facto emite una y otra vez en cadena nacional desde hace una semana. Se impuso, dice él, su visión ética. Pero basta leerle entre líneas para saber que pesó también -y mucho- el miedo a la visión política del depuesto presidente: “En Honduras antes no había odio de clases”, dice, y pide que el país asuma lo sucedido y mire adelante.

¿Le fue difícil decidir qué postura tomar tras el golpe?

El comunicado no lo he hecho yo. Son todos los obispos los que decidieron la postura y la expresan ahí. Tal vez fue un error mío en televisión, porque no enseñé esta página (enseña una lista de firmas en la última página del documento de la Conferencia Episcopal), y atribuyen que soy yo... pero fuimos todos. Mire, yo estaba en Roma cuando sucedió todo. De hecho me enteré en Houston, porque se retrasó mi avión. Pregunté: “¿Hay mal tiempo?” Y me dijeron: “No, hay un golpe”. Lo digo porque hay quien ha dicho que yo participé en la preparación, y no es cierto. Ni siquiera estaba aquí. Y al saber lo sucedido, me sentí triste... Tenemos una historia de 20 años de golpes de Estado, y nadie quiere uno.

Pero ustedes decidieron apoyar el golpe.

Muchos han dicho que apoyamos un golpe. No, no apoyamos un golpe. Hablamos todos los obispos, somos 11, y yo les dije: “No podemos hablar mientras no tengamos información. Pero no opiniones, sino datos”. Y no fue fácil conseguirlos. Pero fuimos a las instituciones oficiales, y el jueves ya la teníamos. El viernes tuvimos una reunión en la Conferencia Episcopal...

Usted al menos sí lo califica de golpe.

Mire, en el exterior hay una percepción de que solo a través de un golpe de Estado se puede cambiar el gobierno, pero este proceso no se puede entender si no es a partir del 23 de marzo. En los últimos días antes del 28 (de junio) hay una constante violación de leyes por parte del poder Ejecutivo. El presidente llega a asaltar con una turba la Fuerza Aérea, donde estaba el material para la consulta resguardado por orden judicial... Bueno, usted conoce los documentos que prueban que las instituciones operaron correctamente y se cumplió la Constitución. Mire, el presidente es mi amigo. ¡Incluso fue mi alumno! Y siempre ha tenido mucho respeto por mi persona. El 11 de junio teníamos reunión plenaria de la Conferencia Episcopal y el presidente Zelaya me pidió asistir. Tuvimos una reunión de tres horas y media, donde tratamos de convencerlo de que quitara esa cláusula de la encuesta, porque no era en realidad una encuesta... Después del 28 la situación era difícil para nosotros, porque la gente decía: “¿Los obispos por qué no hablan?” Y tuvimos que hablar. Pero hemos hecho el comunicado con el énfasis en lo que pedimos, en buscar la paz, dispuestos a poder mediar para que esto se resuelva.

Los opositores al golpe dicen que usted, que la Iglesia, se ha puesto del lado de las élites.

Porque no escuchan. Hay un salmo que dice: “Los ídolos de los paganos tienen oídos y no escuchan, tienen ojos y no ven, tienen boca y no hablan”. Una persona desapasionada leería ese mensaje y lo entendería.

Pero evidentemente no están respaldando a Zelaya.

Últimamente he comprobado en Honduras algo que no existía antes, y es el odio de clases. Y es algo que aparece de forma sistemática. Mel Zelaya tenía asesores de Venezuela, y el odio de clases era la estrategia. Nosotros queremos la paz. Y el que dude que la quiero, el que por cumplir un deber de conciencia me llame golpista, está siendo injusto.

¿La de la Conferencia Episcopal fue una decisión moral o política?

Política no puede ser... A nosotros lo que nos mueve es la ética.

Y desde la ética, dígame: ¿qué conclusión deben sacar Honduras, sus élites políticas, militares, económicas, intelectuales, de lo sucedido las últimas dos semanas?

Que aquí no se puede continuar con una injusticia social tan grande como la que se ha venido perpetuando, por las acciones de los políticos.

1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo..el sr Maradiaga no es golpista..es una angel infernal... es un angel con cantos de muerte para los humildes... quiere paz..pero paz para los ricos... no quiere conflicto de clases.. quiere que todo sea como antes... hodureños en la miseria .. unos cuantos amazando el dinero por los bananos y pues la republica condenada a seguir alquilando su soberania, su pueblo...su todo a las compania bananeras. Lo mueve la etica? A la sra Etica este sr la viola. Como se atreve?.. que sinverguenza!!! Pero algo bueno trae este sr consigo: sus palabras son tan inadecuadas y falsas que podria convertir a ateos!

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