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2009/10/04

Para ayer… (dichos actuales)

Escrito por Mauricio Pohl. Tomado de Contrapunto.

Frases célebres del salvadoreño en su diario vivir que refleja el momento actual

SAN SALVADOR - Hace unos días escuche decir: “No es necesario estar loco para vivir en El Salvador, pero te ayuda”. En ese momento me puse a pensar sobre lo que a diario escuchamos en el medio “profesional” de nuestro país y a continuación detallo una recopilación de frases célebres utilizadas en dicho medio:
Una frase muy utilizada es: “Hácele un cambio a esto y se va…”. En el país se puede utilizar un edificio, diseñado para centro comercial, se modifica y se convierte en un hospital.
También podemos escuchar: “¿Sabes qué?, hoy se me ocurrió una solución maravillosa…”.  Y aparecen redondeles del tamaño de una caseta telefónica.
Un jefe a un subalterno le dice: “vos, échale ganas al trabajo y sale”, es cuando el jefe justifica que no le proporcionará un ambiente apropiado para realizar una tarea determinada, pero que la tiene que hacer. Y es así como muchos obreros mueren sin tener las medidas de seguridad requeridos.
Una de mis favoritas es: “Vos dale, total qué puede pasar?”. Y se construyen colonias arriba de los cerros o laderas y que luego se derrumban en los terremotos o lluvias.
Cuando alguien pregunta: ¿qué tal en el trabajo?, y el otro contesta: “pues ahí, vamos”, se sobreentiende que éste no tiene ni la más remota idea en qué trabaja, o qué está diseñando.
“y para qué estas diseñando …”, y se construyen pasos a desnivel que parecen laberintos.
Las frases que comúnmente escuchamos los profesores universitarios son: “hey, y vos te quedaste en la Universidad?, e inmediatamente te preguntan: ¿y qué clase das?, lo cual denota que jamás te preguntarán  “¿sigues trabajando en la Universidad?”, como a todos los demás profesionales que no se dedican a la educación. Y se puede llegar a concluir la plática con otra frase muy aguda y lacerante: “es que realmente el que sabe, trabaja en la empresa privada y el que no sabe, enseña”. Y es por esto, que rara vez la empresa privada escucha a las universidad y siguen haciendo lo mismo desde hace mucho tiempo.
Cuando uno está recién graduado y comienza a trabajar, es clásico que se refieran a su sueldo como: “y qué más podés pedir? Si estás pagando tu derecho de piso”, y la explotación sigue y sigue. Luego cuando te pagan el primer salario, el jefe te dice: “bueno, ahora te das la culebra”, y es ahí donde ya no te queda para vivir el segundo mes y recurres a los prestamos.
Un día te atreves a decir una observación de tu trabajo al jefe, a lo cual rápidamente te contesta: “en esta empresa sólo se aceptan críticas constructivas” y realmente lo que te está diciendo es: “una observación más y te despido”.
Comúnmente uno pregunta en el país: “¿Cuándo quieres que entregue este proyecto?”, la respuesta clásica es: “¡Para ayer…!”. Aunque sea paradójico, es lo más usado dentro del medio profesional. Los diseños, los planos, hasta las especificaciones técnicas de un proyecto, sin importar las dimensiones de éste, son para ayer y así, de día en día, de ayer en ayer, de frase en frase, hemos detenido más de 50 años nuestro desarrollo.

2 comentarios:

  1. Increible el humor salvadoreño!! Quizas ayude un poco a sobrellevar el infierno en el que nos han metido. Da tristeza la realidad que los dichos esos reflejan: atraso ..pero se trata de metros o segundos...se trata de centenas de kilometros o de años dependiendo de la escala en que se mida. Y lo peor es entender que quizas nunca saldremos de alli... entender que ni la izquierda electorera sera capaz de sacarnos de esta pesadilla. El cambio necesario es demasiado profundo y extenso como para poder soñar con otra vida en este tan pequeño terruño que yo tanto quiero. Pero no se vale descansar ..aun imposible , el cambio es una necesidad y hay que dar lo mejor de nosotros para impulsarlo.

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  2. Estamos mal y siempre lo hemos estado. Nos han enseñado a que nuestra humanidad no vale nada y por eso no exigimos ni hacemos nada para hacerle valer. Tarea de la izquierda esa de enseñarnos a valorarnos como seres humanos, como ciudadanos conscientes de nuestros derechos y obligaciones hacia con la sociedad y hacia con nosotros mismos, como miembros de un conjunto de personas con principios de humanos, morales y de solidaridad. Esta tarea es inmensa. La izquierda debe comprometer a todos en esta tarea. Todos: la derecha, las iglesias, organizaciones sociales etc. todos. Esto es urgente. Si esto no se hace nada mermara lo infernal de nuestra realidad social.

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