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2009/04/12

Un nuevo gobierno de izquierda

El triunfo del FMLN el pasado 15 de marzo en las elecciones presidenciales abre una etapa inédita en la historia salvadoreña contemporánea, como es la de la transición hacia la democracia y la alternancia en el poder entre partidos de distinta ideología, y al mismo tiempo cierra el paréntesis creado a raíz de los Acuerdos de Paz firmados en Chapultepec, México, el 16 de enero de 1992, que pusieron fin a una cruenta guerra fraticida que se saldó con más de 70,000 muertos y centenares de miles de heridos, desaparecidos, emigrados y lisiados de guerra tanto corporal como síquicamente.

no se vieron ni se han visto afectadas en absoluto desde 1992. En lo político sin embargo los Acuerdos de Paz facilitaron la transformación del FMLN en un partido legalmente inscrito lo cual le permitió integrarse a la vida parlamentaria y democrática.

En contra de los argumentos de los sesudos analistas políticos de la derecha que antes aullaban pronosticando la derrota de Mauricio Funes y ahora explican su victoria como un maquiavélico plan diabólico, la victoria del ex – presentador de televisión lleva componentes muy sui generis, que desmienten los triviales argumentos de la prensa derechista salvadoreña. A la victoria de Mauricio Funes, se suman una serie de factores especiales, como el surgimiento del movimiento "Los amigos de Mauricio", que le da a su candidatura una mayor popularidad y aceptación entre la población. Por otro lado, el desmarque de la izquierda "pura y dura" que hace Funes, al presentarse por ejemplo, durante la campaña electoral en camisa blanca y al lado de su esposa, miembro del Partido de los Trabajadores del Presidente Lula da Silva de Brasil, contribuye a proyectarle una figura de un hombre mesurado, a tono con la izquierda moderada que gobierna Argentina, Paraguay, Uruguay, Chile y Brasil.

El triunfo del FMLN el pasado 15 de marzo en las elecciones presidenciales abre una etapa inédita en la historia salvadoreña contemporánea, como es la de la transición hacia la democracia y la alternancia en el poder entre partidos de distinta ideología, y al mismo tiempo cierra el paréntesis creado a raíz de los Acuerdos de Paz firmados en Chapultepec, México, el 16 de enero de 1992, que pusieron fin a una cruenta guerra fraticida que se saldó con más de 70,000 muertos y centenares de miles de heridos, desaparecidos, emigrados y lisiados de guerra tanto corporal como síquicamente.

En lo relativo a las injustas estructuras económicas de poder en El Salvador, éstas siguieron y siguen intactas, no se vieron ni se han visto afectadas en absoluto desde 1992. En lo político sin embargo los Acuerdos de Paz facilitaron la transformación del FMLN en un partido legalmente inscrito lo cual le permitió integrarse a la vida parlamentaria y democrática.

En contra de los argumentos de los sesudos analistas políticos de la derecha que antes aullaban pronosticando la derrota de Mauricio Funes y ahora explican su victoria como un maquiavélico plan diabólico, la victoria del ex – presentador de televisión lleva componentes muy sui generis, que desmienten los triviales argumentos de la prensa derechista salvadoreña. A la victoria de Mauricio Funes, se suman una serie de factores especiales, como el surgimiento del movimiento "Los amigos de Mauricio", que le da a su candidatura una mayor popularidad y aceptación entre la población. Por otro lado, el desmarque de la izquierda "pura y dura" que hace Funes, al presentarse por ejemplo, durante la campaña electoral en camisa blanca y al lado de su esposa, miembro del Partido de los Trabajadores del Presidente Lula da Silva de Brasil, contribuye a proyectarle una figura de un hombre mesurado, a tono con la izquierda moderada que gobierna Argentina, Paraguay, Uruguay, Chile y Brasil.

Parte del gran capital y de los poderes fácticos su sumaron a Funes. Producto por un lado del desgaste político de cuatro gobiernos de ARENA, de la crisis económica sin precedentes que vive el país y de los vientos de cambio que corren por toda América Latina. "Los amigos de Mauricio" juegan en la victoria de Funes un papel cardinal, pero ellos tampoco lo son todo, pues sin un FMLN articulado y disciplinado, como es el que ha conducido las dos grandes victorias electorales de la izquierda este 2009, esta victoria hubiese sido simplemente imposible.

A nivel nacional Funes se encuentra con un país deseoso de cambios y hastiado de veinte años de corrupción de los gobiernos de ARENA. A nivel internacional, la llegada del Presidente Obama a la Casa Blanca así como los gobiernos de izquierda en toda Latinoamérica, con la excepción de México y Colombia, crean un contexto que le favorece coyunturalmente, a pesar de que llega al Gobierno en medio de una crisis económica sin precedentes tanto a nivel nacional como mundial.

La sabiduría mostrada por la dirigencia del actual FMLN, al abrirse con sinceridad y sin apasionamientos hacia "Los amigos de Mauricio", un movimiento heterodoxo ideológicamente unido por la figura del ex – entrevistador, ha sido premiada con creces por los excelentes resultados electorales mediante los cuales, por primera vez en la historia de El Salvador, la oligarquía, la gran burguesía salvadoreña, debe de abandonar el Gobierno y entregar la Casa Presidencial a un hombre de izquierdas.

Todo siguió un guión con su propia dinámica, el cual se impuso precisamente porque no fue forzado ni por los "duros" del FMLN ni por los amigos de Mauricio.

En este sentido el triunfo del FMLN es con toda justicia un triunfo del sector "ortodoxo", que a partir de este victoria deja de serlo como tal pues se abrió a otras corrientes de pensamiento, y de los amigos de Mauricio, que no dudaron en acercarse a la archidemonizada por la derecha dirigencia del FMLN, para elaborar el proyecto común de la campaña electoral y lo que vendrá después.

Se acercan los grandes retos de país que el Presidente Funes tendrá que enfrentar, en esta lucha el pueblo salvadoreño lo acompañara de todo corazón y pensamiento, pues es una lucha contra el oscurantismo del pasado, contra la ignominia de la exclusión social y económica y contra las injustas estructuras de poder todavía predominantes en el país, estructuras que más temprano que tarde, veremos caer, como hemos visto caer no sólo las torres del neoliberalismo sino también el muro de Berlín y el muro de veinte años de desgobierno de ARENA.

Por David Hernández. Publicado en Salvadoreños por el Mundo.

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