En El Salvador, donde las remesas son una fuente importante de ingresos para 362 mil 189 hogares (o 1.5 millones de beneficiarios), se espera que el decrecimiento de las remesas alcanzará el 6 por ciento este año, una pérdida de 230 millones de dólares, según un análisis efectuado por la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social.
En 2008 las deportaciones alcanzaron cifras récord debido a un mayor endurecimiento en las políticas migratorias. El incremento en las deportaciones no explica el decrecimiento en las remesas hacia El Salvador, pero sí podría ser el factor que influyó en un menor registro en el TPS y podría generar una disminución de nuevos inmigrantes ilegales, puesto que hace más caro y riesgoso el viaje hacia los Estados Unidos.
Dos factores que sí influirán en el decrecimiento de las remesas es que el empleo de los hispanos en los Estados Unidos alcanzará este año el 12 por ciento, al mismo tiempo que los sueldo y los salarios para tienden hacia la baja.
Según Pablo Rodas Martini, economista jefe del Banco Centroamericano de Integración Económica, para contrarrestar los efectos de la pérdida de remesas durante el periodo de la crisis financiera internacional se hace necesario que los gobiernos de Centroamérica afinen los instrumentos de su política social.
"Para evitar una agudización de la pobreza, que después pudiera ser muy difícil de revertir", sostuvo Rodas Martini, "será de vital importancia que los gobiernos puedan adoptar tres medidas en su política de gasto público: aumentar la inversión pública, aun cuando esto conlleve un incremento en el endeudamiento público; acelerar la capacidad de ejecución de la obra pública, dado que el rol contracíclico de la política fiscal se necesita ahora, no dentro de algunos meses, y mejorar los mecanismos de transparencia del gasto, pues se trata de que los recursos lleguen efectivamente a los destinatarios finales".
Por Jorge Ávalos. Publicado en El Diario de Hoy.
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