Resulta muy propio en esta época de reflexiones y de conmemoraciones religiosas hacerse esta pregunta ¿A dónde vas, Mauricio? Porque el ambiente político luce lleno de incertidumbres, de verdades que urgen ser conocidas para calmar las ansiedades de lo que lo que está por venir. Entonces la pregunta que la mayoría de salvadoreños y salvadoreñas se estarían haciendo es: ¿Hacia dónde nos llevas, Mauricio? Mientras el nuevo gobierno no tome posesión y no se nos revele lo que se discute y se negocia en los pequeños círculos donde se toman las grandes decisiones, que son como las grandes líneas maestras sobre las cuales se enrumbará el país, la duda sobre el verdadero significado del cambio político que se nos ha ofrecido seguirá dominando la cabeza de los salvadoreños.
Dudar corresponde a la racionalidad propia del ser humano, que es parte inherente de la búsqueda de la verdad científica. René Descartes sostiene que hay que “dudar de todo” en un primer momento mientras se encuentra la verdad propia que nos permita actuar con certeza. Esta vez debe ser diferente. En la era de la democracia cristiana, años 60, 70 y 80´s del siglo pasado se decía:”con Duarte aunque no me arte…”, lo que quería decir que no importaba lo que Duarte fuera capaz de hacer estando en el gobierno, ahora todos conocemos la historia de Duarte y su gobierno. No se trata de aceptar cualquier cosa como cambio.
Aunque la tendencia que el proceso político salvadoreño lleva es que no habrá novedades espectaculares porque hay cosas que quedaron muy claras en la campaña, según las conclusiones de algunos analistas el proyecto de gobierno de Mauricio-FMLN se ubica en el centro, tirando a la derecha. Si las cosas son así, entonces, los cambios no pueden ser impactantes, vamos a ver si las reformas que el nuevo presidente está dispuesto a hacer son suficientes para responder a la amarga realidad tan lacerante y “sin sentido humano” a la que se enfrentan la mayoría de salvadoreños y salvadoreñas diariamente. La novedad sería que Mauricio anunciara que va a romper con el modelo neoliberal y que va a iniciar el ensayo de un nuevo modelo económico, social y político salvadoreño, ya sin consensos de Washington o consensos de Londres. Porque seguir en la lógica neoliberal pactada en Londres el 2 de abril recién pasado es seguir llevando al país por el rumbo de la inviabilidad, la destrucción y el agotamiento.
Vemos con inquietud el curso que pudiera ir tomando el proceso político salvadoreño a partir de las señales que el candidato electo y la derecha están enviando.¿De qué lado está Mauricio Funes? En el desarrollo de la campaña electoral, que duró más de un año, “parecía que estaba a favor de los desposeídos, pero después de la campaña parece que se pasó al lado de los poderosos”, ha dicho alguien en la calle. Pero también, llama la atención el tipo de campaña que hizo el grupo de derecha que manejó al partido: de terror, de miedo, de insultos, de ofensa a la racionalidad de los votantes de la otra parte, que no se corresponde con la tranquilidad, la alegría y hasta el entusiasmo que se puede ver en los grupos de derecha después del 15 de marzo.
No se trata, pues, ¿a dónde va Mauricio o a dónde está dispuesto a ir Mauricio? Sino a dónde debe conducir al país el nuevo presidente como representante de ese conglomerado que peleó por el cambio y que votó con el sueño de alcanzar mejores condiciones de vida. La misma persona que citamos arriba, que escuchamos hablar en la calle decía con vehemencia, “si Mauricio no funciona, lo quitamos así como lo pusimos”. Tal es el pensar y sentir de la gente.
Escrito por Manuel Molina. Publicado en Tendencia Revolucionaria
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