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2009/04/20

Leer es divertido

Por lo general, los payasos se dedican a hacer reír a niños y adultos. Pero los “payasos didácticos” tienen una particularidad: hacen divertida la lectura. Ellos son miembros de la recién creada Escuela de Payasos Nariz Roja y junto al proyecto del Bibliobús, impulsado desde la Biblioteca Nacional, unen esfuerzos para fomentar la lectura en la niñez salvadoreña.

Escrito por Patricia Cruz. Lunes, 20 abril 2009. Publicado en La Prensa Grafica.

La maestra pasa lista a sus alumnos: Tatito, ¡presente!, Depacito, ¡presente!, Naranjito, ¡presente!, Muelín, ¡presente!, Galletín, ¡presente!, Crucito, algo tarde, pero llegó. Estos peculiares alumnos pertenecen a la Escuela de Payasos Nariz Roja, uno de los frutos del III Congreso de Payasos de 2008 que va tomando forma poco a poco.

La escritora Jorgelina Cerritos, de Cáncer Teatro, es la maestra de la clase en esta ocasión, el salón es la sala de audiovisuales de la Biblioteca Nacional y los alumnos se preparan para mejorar su expresión corporal y oral como parte del proyecto “Payasos didácticos” de la incipiente Escuela de Payasos Nariz Roja.

La formación de la escuela y el proyecto en agosto de 2008 están íntimamente ligadas al Bibliobús, impulsado por la Biblioteca Nacional desde 2007. Al principio se enfocaron a la diversión de los niños que se acercaban al bus equipado con libros para niños, pero poco a poco y a través de diferentes talleres han tomado los libros también como una de sus herramientas de trabajo y ahora también fomentan la lectura, claro, poniendo siempre su ingrediente de alegría y diversión.

Actualmente la escuela aún no posee un local propio o una estructura administrativa definida, pero sí la voluntad de hacer bien las cosas y con seriedad. María de los Ángeles Reyes funge como directora, no es payaso, pero siente un profundo respeto por la profesión y cree en el proyecto de Payasos didácticos. “Queremos que la gente vea que el payaso no es para ridiculizar a la gente, es para hacer reír y de una forma en que nos sintamos bien. Estamos implementando la escuela porque queremos que el payaso vaya más allá de hacer reír”, destacó.

Según el director de la Biblioteca Nacional, el escritor Manlio Argueta, la idea de invitar a los payasos al Bibliobús no ha sido al azar. Una de las razones es para atraer a más niños y también para que mientras un grupo está dentro del bus, los demás también la pasan bien afuera junto a los payasos. “Nosotros concebimos la lectura como una recreación, queremos que el niño sienta que leer es alegre, es bonito, es placentero”, señaló Argueta.

¿Qué dicen los payasos de todo esto? Pues se lo toman en serio. “Me gusta bastante la lectura porque se aprende algo más. El interés de hacer leer a un niño es sencillamente para tener una mejor sociedad más adelante, para que la juventud tenga otra mentalidad. Por medio de la lectura uno puede ser mejor persona, mejor ciudadano darle beneficios a nuestro país”, afirma Tatito, Edgardo Arévalo, quien es parte del proyecto.

Por su parte Muelín se mostró comprometido con el proyecto y dijo que es necesario fomentar la lectura en los niños pues es un hábito que se ha ido perdiendo, por ello han tomado como bandera una frase: “Apaguemos la televisión y encendamos un libro”, señaló, Edwin Alvarenga, un odontólogo que da vida a este payaso.

Con esto los payasos se vuelven una especie de animadores de lectura, ya que invitan a los niños a leer. Esta es una herramienta didáctica que no solo pueden aplicar en el Bibliobús, sino también en las fiestas infantiles que les toque amenizar. Tatito, por ejemplo, ya lo ha puesto en práctica y dice que el resultado es satisfactorio, porque es algo nuevo que puede ofrecer a los niños. “Tenemos una forma diferente de poder darle al público algo más, no simplemente llegar el mismo payaso de siempre, hacer un par de juegos o quebrar la piñata y se acabó”, expresó.

Estos serían entonces una nueva generación de payasos, que no solo sepan hacer reír, sino que llevan un poco de cultura a los niños. Además luchan por cambiar la visión actual del trabajador circense, según Tatito: “Si nosotros vemos un payaso que sabe de cultura, que sabe de lo que está hablando, es una forma diferente para que la gente nos vea”.

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