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2009/06/11

Imagen borrosa de la educación en E Salvador

Escrito por Roberto Cañas. Jueves 11 de junio de 2009. Publicado en Salvadoreños en el Mundo.

El desafío del financiamiento en Educación: superar presupuestos raquíticos
La política está en el presupuesto: la importancia que un gobierno le da a la educación se mide, por los recursos humanos y materiales que destina al sistema educativo. Un indicador es el porcentaje del PIB que se destina a educación: En El Salvador, ARENA gastó en educación en los últimos años no más de un 3 % del PIB y se esperaba según el plan 2021 que en 2009 el porcentaje del PIB invertido en educación fuese el 4.21 % del Producto Interno Bruto, esto no se pudo y solo hasta un lejano año de 2019 se proyectaba en el Plan un gasto de educación como porcentaje del PIB del 6.15 %. Las proyecciones no se cumplieron, el país es de los que menos invierte en educación en América Latina. Tiene un presupuesto raquítico.
La inversión que El Salvador ha hecho en educación está muy por debajo del mínimo de inversión en educación establecido en el Foro Mundial sobre Educación en Dakar, Senegal en 2000 que fue un 6% del PIB. No tan lejos en Costa Rica la Constitución de esa República señala en el Art. 78 “En la educación estatal, incluida la superior, el gasto público no será inferior al seis por ciento (6%) anual del producto interno bruto”.
El gasto público, es un instrumento clave de los gobiernos para incidir en la calidad educativa al igual que el tipo de planes y programas de estudio que se desarrollan, el grado de preparación inicial y en servicio de los maestros, los métodos de enseñanza, el clima y gestión de la escuela, y el contexto social en el que viven los estudiantes.
Los gobiernos en El Salvador no han hecho un esfuerzo sustancial por destinar mayores recursos a la educación, y la mayor parte del presupuesto se va en el pago de salarios, y gastos de administración.
Muy poco o casi nada queda del gasto educativo total para canalizarlo a la formación de capital: recursos para el desarrollo de infraestructura, adquisición de equipo y capacitación, y en otros aspectos como expandir la incorporación de las tecnologías de la información y de la comunicación en un número creciente de establecimientos, y mejorar laboratorios y bibliotecas.
No hay vuelta de hoja, hacer mejoras sustanciales en la educación nacional pasa, ineludiblemente, por un incremento importante del gasto público en educación. En El Salvador se debe lograr que se aplique el 4% del Producto Interno Bruto (PIB) a Educación y luego de lograr ese 4%, continuar bregando por aumentar el porcentaje del PIB hasta llegar al 6% en los próximos 3 años.
Aún con el 4% del PIB la educación salvadoreña seguiría estando por debajo de la media de la región (de América Latina y El Caribe). Por tanto, debe darse un proceso gradual de incremento para alcanzar un nivel adecuado. Esta debe ser una lucha ciudadana: por que se eleve a rango constitucional que al menos el 6% del PIB se invierta en educación en el presupuesto del Estado todos los años.
La conclusión es inevitable: es imprescindible hacer esfuerzos sobrehumanos para comenzar a cambiar y cambiar en educación significa entre otras cosas superar el raquitismo del presupuesto gubernamental en educación.
Es evidente que no solamente con un presupuesto en educación de más del 6% del PIB se resuelve todo: el dinero ayuda, pero si para el caso los estudiantes en sus casas viven en pobreza, con altos grados de hacinamiento sin recursos para estudiar (como libros, diccionarios, escritorio, computadora en la casa) y un clima afectivo en la familia, es demás, no se puede.
El gasto en educación no es único factor que influye en el aprendizaje de los estudiantes, pero los recursos invertidos en la educación deben estar orientados a cumplir con el principal objetivo de la educación: que los estudiantes adquieran las competencias necesarias para tener una vida productiva y creativa en función del mejoramiento de la sociedad, y continúen aprendiendo durante toda la vida.
También se debe mejorar las condiciones laborales docentes y ofrecer opciones que les permitan un desarrollo satisfactorio en cuanto a lo profesional y lo salarial.

1 comentario:

  1. Relevantes esas sifras que gritos describen el cinismo de los areneros. Le niegan a la gente una vida decente y digna...y ademas se niegan a invertir en educacion para un mejor futuro para los humildes nuestros en los EEUU.
    Y para colmo de males pretenden que creamos que todo esta bien, que no tenemos de que quejarnos...que nuestros niveles de vida infrahumanos son decentes. Que gente!!!!

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