Editorial de La Prensa Grafica. Martes 02 junio de 2009.
El Presidente Funes se dirigió a la nación salvadoreña en su primer Mensaje como gobernante, haciendo explícitos de entrada algunos conceptos básicos que presentó como claves de la gestión gubernamental que se inició ayer por la mañana. No fue un discurso programático, sino un planteamiento conceptual, como debe ser, ya que el programa fue presentado durante la campaña y el plan de acción tendrá que concretarse de inmediato luego de la toma de posesión. Ahora se trataba de dar a conocer los principios estratégicos de lo que el mandatario concibe como una nueva forma de gobernar.
Comenzó por la unidad, basada en la “armonización democrática”; también se refirió a la efectividad (“no tenemos el derecho de equivocarnos”); subrayó la creatividad, en el sentido de que “precisamos no sólo reconstruir nuestro país, sino reinventarlo”; se comprometió a la austeridad “con una fuerte restricción del gasto superfluo”; declaró tener como misiones sagradas la transparencia y el combate a la corrupción y al despilfarro; se comprometió a combatir de frente vicios históricos como el privilegio, el abuso y el compadrazgo; y señaló dos cualidades de gran valor a la hora de escoger su equipo: sensatez y honradez.
Estamos, pues, ante conceptos que habrá que desarrollar en las decisiones y en las actuaciones. Es en éstas donde se expresará y medirá la verdadera voluntad de la nueva Administración. Y lo que debe esperarse y exigirse es que se entre en un auténtico ejercicio de cordura visionaria, sin revanchismos ni populismos de ninguna índole. Sólo así podremos, como país, asegurar la estabilidad y el progreso.
Estaremos siempre vigilantes
La situación que atravesamos, como nación y como concierto de naciones, demanda visiones claras, estrategias comprometidas y proyectos efectivos. El Presidente habla de realismo y responsabilidad en interacción con el coraje y el optimismo. De todo eso necesitamos no sólo para enfrentar la crisis actual, sino para asegurar las bases de la recuperación de cara al futuro.
En su Mensaje, el Presidente esbozó su Plan Global Anticrisis, que consiste en una serie de medidas inmediatas, algunas muy puntuales para paliar necesidades de la población más afectada y otras de orden más estructural, como la creación de la banca estatal para el fomento productivo. Pero nada de esto será suficiente: hay que garantizar, con seguridad jurídica, respeto inequívoco y estímulos adecuados, que el sector privado, que es el que genera empleo y riqueza, pueda seguir desarrollándose. Sin esto, todo lo demás será flor de un día. El nuevo Gobierno tiene que actuar, en este punto y en todos los otros que están vinculados al desarrollo nacional, con estricta coherencia y efectividad pragmática.
Por nuestra parte, desde la vigilancia que nuestra función determina, estaremos siempre atentos al desenvolvimiento de los acontecimientos, para acompañar lo positivo, señalar lo inconveniente y condenar lo negativo. Esto es lo natural y normal dentro de una democracia, para que se mantenga saludable y en expansión el régimen de libertades que a todos nos compete potenciar, alimentar y preservar.
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