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2009/06/27

Terminaremos siendo el país de Los Pitufos?

Escrito por Félix Ulloa. Publicado en el blogg de Salvadoreños en el Mundo.


Entre las medidas anti crisis que anunció el Presidente Funes me llama la atención lo siguiente: “También entre las más de 35 medidas enunciadas, Funes reafirmó la promesa de construir 25,000 viviendas de interés social…” Funes presenta plan anti crisis LPG 19/06/09. Y me llamó a reflexión por lo siguiente:
1.-Que son las viviendas de interés social?
Entre 1972 y 1973, una comisión gubernamental redactó la Ley del Fondo Social para la Vivienda FSV copiando casi textualmente la ley del INFONAVIT de México. De esa época para acá, no sé si se ha revisado el concepto de ese tipo de vivienda o, a lo más que han llegado, es cuantificar el número de salarios mínimos que debe ganar el usuario.
Lo que he visto con gran preocupación, es la construcción casi anárquica de cientos de colonias con mini viviendas, que no solo han utilizado tierras fértiles, propias para cultivos agrícolas sino que en sí mismas, quizás por el criterio de maximizar las ganancias y abaratar los costos, atentan contra la dignidad humana; la gente las ha bautizado como hornos de microondas. Pero el hecho es que se venden y las grandes constructoras hacen buen negocio con ellas, debido a la demanda (siempre insatisfecha) que genera el déficit habitacional.
Hace más de 50 años hubo otra visión de la vivienda popular –no se utilizaba ese termino de interés social- y desde el estado, mediante el Instituto de Vivienda Urbana “IVU”, bajo el régimen de bien de familia, se construyeron colonias enteras y una cantidad de edificios multifamiliares, que dieron espacio a cientos de miles de familias que de los departamentos emigraron a la capital.
El interés era proveer de vivienda al mayor número de familias salvadoreñas, no hacer dinero rápido especulando o aprovechándose de su necesidad.
2.- A lo anterior se me ocurre otra pregunta. Quien las va a construir?
Si se sigue con la lógica que el mercado se regula solo, vamos a tener una profusión de colonias de microondas, que dejan pingues ganancias a ya sabemos quiénes. Las nuevas autoridades del FSV dicen que ya se reunieron con ABANSA para discutir el rol de los bancos –al ladrón las llaves- en este festín “Ya están los planes de trabajo diseñados, será el constructor el que se ponga las alcalinas y provoque el desarrollo de los proyectos. En el caso de FONAVIPO ya se disponen de terrenos para desarrollar” dijo el Presidente del FSV.
Para evaluar el rumbo que lleva esa inversión -y si coincide con los principios de solidaridad que inspiran al nuevo gobierno- habría que revisar los parámetros mediante los que en los primeros cinco meses del año, se han otorgado 2651 nuevos créditos por un valor de $37.6 millones. Que se compró, donde se compró, quien vendió, tasa de ganancia, impacto ecológico, hábitat y confort, accesos, servicios públicos, y un largo etc., que permitiría ver si vamos caminando sobre los mismos pasos, o corregimos el rumbo orientados por la nueva filosofía.
3.- Pero mi otra interrogante -y perdón si soy un poco ingenuo en este tema y haga preguntas tan elementales- pero como estoy fuera del país y solo tengo la información que leo en los medios, me asaltan estas dudas que a lo mejor allá en El Salvador ya las tienen resueltas. La pregunta es: Donde se van a construir?
Porque imagínense que 25000 viviendas de interés social, si se sigue con la política de casas unifamiliares, suponiendo que cada casa tenga 100 metros cuadrados, significarían 2 500 000 metros cuadrados, los cuales si no me equivoco equivalen a 2500 kilómetros cuadrados, es decir más del 10% del territorio nacional.
Con la mala gestión que se ha hecho de nuestro territorio, con la falsa interpretación de la libertad de contratación y de la propiedad privada, se destruyeron no solo el Valle de Zapotitlán que nos podía alimentar a todos los salvadoreños, sino fincas y haciendas con excelentes tierras agrícolas y reservas ecológicas (El Espino es la que nos golpea diariamente en la cara).
Entonces, se tienen ya reservadas las zonas donde se van a construir? O se dejara que sean de nuevo las misma familias que han destrozado nuestro territorio, en estricto beneficio económico personal e inmediato, las que van a construir donde les de la real gana? O es que el estado va a definir el “interés social” que según la Constitución limita ese derecho de propiedad a los particulares, y va a establecer las aéreas donde se construirá?
Imagino que no se les habrá ocurrido construir edificios en los barrios viejos de San Salvador, donde hay espacios suficientes para no seguir destrozando las zonas agrícolas. Esa visión no la he visto reflejada en ninguna parte. A lo mejor algún urbanista les echa una mano y no solo se recuperan espacios desperdiciados actualmente sino que el concepto de vivienda se modifica y se integra al de ciudad.
La ciudad de San Salvador, digo el centro y sus alrededores, es una ciudad de trabajo y no para vivir, habría que recuperarla creando estos complejos habitacionales urbanos con espacios públicos ya que se vendieron las mejores zonas verdes en las administraciones municipales (incluyendo la de Héctor Silva que vendió buena parte de la zona verde de Miralvalle y por lo cual, aunque no tengo nada que ver, me reclaman algunos vecinos).
Una política de vivienda con respeto a la dignidad humana, con buen manejo de los espacios e infraestructuras existentes en la capital, sería mucho mejor que ir con talar mas arboles, construir calles (que no las contabilizamos en los 2500 Km2) y sistemas de alcantarillas, agua, electricidad, en fin elementos que ya se tienen en el “viejo San Salvador”.
Asi no solo se estaría atacando el problema de la vivienda, sino creando polos de desarrollo, pues habría que aprovechar esa iniciativa para crear además de los consabidos centros comerciales áreas de esparcimiento y atractivos turísticos. Pero para ello hay que pensar en alto, no horizontalmente, si vale la metáfora.
Hay muchas más preguntas que se me ocurren, como por ejemplo de donde se obtendrá el financiamiento para este mega proyecto,- “que para el período 2009-2013 la inversión sería por $482 millones para otorgar 37,000 créditos, de los que un 60% sería para vivienda nueva.” Dijo el Presidente del FSV LPG 20/06/09- que no solo responde a una urgente necesidad de nuestro pueblo, a la cual siguiendo el mandato constitucional el Presidente Funes está haciendo frente, sino que como sabemos la industria de la construcción es un pivote para dinamizar la economía, pues además de generar empleo directo demanda de otros sectores (industria, comercio, servicios) un nuevo ritmo de producción.
Para terminar, quiero recordar que en los primeros años en la facultad, cuando estudiamos la Teoría del Estado nos enseñaron que los elementos formales y constitutivos del Estado son: El Territorio, La Población y El Sistema Jurídico Político.
En nuestro país si los analizamos uno a uno, encontramos un sistema jurídico político que a gritos pide reformas, necesita modernizarse en algunas aéreas y democratizarse en otras. Creo que después de la guerra y con los Acuerdos de Paz dimos un salto de calidad y al menos en el papel se plasmaron instituciones y procedimientos que nos han permitido avanzar, lentamente (y retrocediendo a veces) pero vamos tirando.
Desde luego estamos mucho mejor que antes del conflicto, la prueba más palmaria es el gobierno actual.
En cuanto a la población andamos un poco mal, pues casi un 20 % se fue del país (yo ya llevo casi 9 años trabajando fuera) y si para un estado y una nación, su población es la fuente principal de su riqueza, hemos perdido un 20 % de esa riqueza. La buena noticia es que casi todos mandamos dinero al país, las famosas remesas que han llegado a constituir uno de los mayores rubros de ingresos con que cuenta el país. Lástima que el sistema financiero no le dio el uso adecuado para promover el desarrollo sostenible que pudo generar y lo aprovecho en beneficio exclusivo de una minoría.
Y con la población que vive en EL Salvador, la situación se agrava con los grandes problemas cotidianos de subsistencia, la violencia, la baja calidad de la educación, la miseria con que se maneja la salud del pueblo. Da pena ver el estado de semi abandono en que se encuentra nuestra población, pero estoy seguro que el nuevo gobierno va a tratar de corregir esas fallas estructurales.
En cuanto al territorio, nos dicen que después de Haití somos el país más deforestado del continente, que en El Salvador se creara el primer desierto de Centroamérica y muchas más admoniciones, que de verdad asustan. Lo que si estoy seguro es que no somos ningún ejemplo a seguir. Ningún organismo internacional nos recomendaría como modelo. No somos países que le hemos quitado tierra al mar o hemos convertido desiertos en vergeles. No hemos aprovechado todo el potencial de las aguas lluvias, ni del sol, que son elementos que la naturaleza nos provee con relativa abundancia.
Yo creí que una de las primeras medidas a tomar por el nuevo gobierno sería justo declarar una moratoria en la construcción por un par de meses, mientras se reunía con los grandes constructores, con CASALCO, el MOP, el MARN, MAG, FSV, ONGs (nacionales y extranjeras) que trabajan en el sector, etc., para revisar el mapa del país y ver las zonas (incluyendo la costa de nuestro litoral marino) donde se puede construir, no mas casitas microondas, ni las grandes mansiones en la cordillera del Bálsamo, sino una o dos ciudades modernas, que funcionen con energía limpia, bien planificadas con espacios públicos, amplias avenidas, zonas peatonales, parques, lagos artificiales, metro, etc.
Y no son sueños de opio, como dirían algunos escépticos, en LPG del 08/06/09, leí que “En Guatemala, Héctor Alfredo Barrios, viceministro de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda, se reunió con la empresa privada para planificar la construcción a partir de octubre próximo de una ciudad que estará ubicada a 24 kilómetros de la capital, donde se harían 10,000 viviendas, cines, parqueos, habría buses articulados, supermercados y una calle de seis carriles para la conectividad. “Es un proyecto de $200 millones y ya se le presentó a la banca; el Gobierno pondrá la tierra y la carretera que costará $20 millones.
Se generarán unos 6,000 empleos”. Esta oferta habitacional, con un precio promedio de $16,000 por unidad, está dirigida a los empleados públicos, algunos de los cuales podrían laborar en la misma ciudad para acortar movimientos y salidas a la capital.”
“Conscientes del papel dinamizador que la construcción tiene en la economía, los sectores público y privado de cada país centroamericano están apostándole a la ejecución de grandes proyectos de infraestructura, incluyendo el desarrollo habitacional. Quizá El Salvador es el único país en la región que no cuenta, a la fecha, en medio de una transición política, con nuevas apuestas de gran envergadura…”sentencia la nota periodística.
En mi largo peregrinar he visto ciudades construidas para descongestionar otras (Abuja/Lagos en Nigeria, por ejemplo) En nuestro caso, San Salvador puede extenderse hacia el sur, de manera ordenada y planificada, con la intervención del estado, definiendo como limites ya establecidos la carretera al Puerto de la Libertad y la autopista al aeropuerto. Hay una topografía que permitiría a los urbanistas hacer maravillosos diseños. Una nueva capital planeada para los próximos cien años.
Otra podría pensarse en el norte del país aprovechando la infraestructura del Fomilenio. Una ciudad diseñada que podría atraer inversionista en materia del conocimiento y la tecnología de punta(India) si se planifica como una ciudad del futuro, sin el concepto colonial con el que se construyeron las actuales y a las que simplemente se le fueron agregando anárquicamente colonias y barrios.
Una ciudad que se proyecte regionalmente dada la cercanía con Honduras, con quien se podría coordinar por ejemplo la construcción de su nuevo aeropuerto dadas las inconveniencias del actual. Incluso pensando en ser la sede de instituciones del Sistema de Integración Centroamericano y que porque no apostar a que en unos 20 años, nuestro Istmo podría albergar los juegos olímpicos y/o el campeonato mundial de futbol.
Desde luego que proyectos de tal envergadura implican un esfuerzo que va más allá de la buena voluntad política del gobierno. Requieren del concurso de todos los sectores. Por parte del sector público no solo la participación y coordinación entre los distintos ministerios e instituciones autónomas correspondientes, sino el respaldo legislativo para crear la infraestructura legal que soporte la expropiación de las tierras que se afectarían, decretando el interés público, el papel del estado u otros agentes encargados de comercializaran bajo un régimen totalmente transparente, etc.
Creo que inversionistas de todo el mundo estarían atraídos si ven seguridad en sus inversiones, no solo en la compra de terrenos y construcción de edificaciones de todo tipo, vivienda, oficinas, espacios públicos, sino en otros servicios como el transporte ferroviario que tan bien funciona y como resuelve necesidades en casi todo el mundo.
Si no les ofrecemos oportunidades de inversión de esta magnitud, como no tenemos petróleo, ni minerales, otros recursos naturales, vamos a seguir ofertando al mano de obra barata, que no es del interés de los inversionistas del Golfo Pérsico, ni de las grandes empresas y consorcios bien establecidos, sino de los especuladores y explotadores internacionales, que vienen en busca de zonas francas para sus maquilas.
En 1970 bajo la presidencia del Dr. Gregorio Guardado, la Asamblea Legislativa convocó al primer congreso sobre Reforma Agraria, un verdadero hito para la época, que permitió un mejor conocimiento de la situación agraria nacional y orientó las políticas estatales de los años venideros. No sería más oportuno convocar a un Congreso Nacional sobre nuestro más importante y maltrecho recurso natural que es nuestro territorio, en lugar de lanzarse precipitadamente a la construcción de más mini viviendas?
En fin, se vale soñar. Al final de cuentas, solo los que sueñan en grande avanzan pronto. No podemos quedarnos en atrapados en el esquema de los tecno/burócratas, que solo saben hacer cuadrar en el papel algunas teorías de moda.
Sino soñamos o pensamos en grande, vamos a seguir construyendo casitas microondas y callecitas sin aceras, con mentalidad de Pitufos porque no se piensa en la familia que las habitará ni en el peatón que las caminará, es decir no se piensa en el ser humano cuando se diseña. Lo que determina los proyectos es cuánto va a costar la obra, a cuyo presupuesto además de las utilidades legal y legítimamente proyectadas, hay que cargarle las comisiones ilícitas y bastardas de rigor.
Esa lógica de los vivianes y corruptos es en la que hemos vivido -y construido - estos últimos años y, que de no cambiarla radicalmente, nos convertirá en un país de pitufos.

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