Reforma fiscal, una necesidad impostergable

Escrito por Norma Guevara de Ramirios.Lunes 26 de Octubre. Tomado de Diario Co Latino.

La población identifica como prioridades, mejorar la economía, combatir la pobreza y ganar la batalla a la delincuencia, también queda demostrado que el Estado es el inversionista número uno, de manera que su gasto que se expresa en compras, salarios, servicios y pagos a la deuda; constituye un eje dinamizador de la actividad económica. La bancarrota en que quedaron las finanzas públicas después de 20 años de gobiernos areneros, hacen de la reforma fiscal una necesidad impostergable.

La ruta identificada por el Gobierno del cambio, indica que es necesario elevar la inversión pública de manera gradual, se plantea pasar de 2.6% del Producto Interno Bruto (PIB),  en los años 2008 y  2009, a 3.1% y 3.2% en los años 2010 y 2011; esto requiere que la carga tributaria, es decir lo que vía impuestos y tasas recoge el gobierno de la riqueza producida, pase de 13.2% en la actualidad a 14.2% en 2010.

Para que esa proyección se cumpla es necesario establecer impuestos selectivos  a actividades que hoy no tributan; y además se requiere cobrar bien los impuestos  ya  decretados; esto pareciera innecesario señalarlo, pero resulta que hemos vivido en una realidad en la que privan conductas  proteccionista para algunos grupos económicos a los que se dejaba de cobrar, por eso hay que ponerle fin al favoritismo que  erosiona la capacidad  fiscal del Estado, para que tenga con qué atender las necesidades de las mayorías.

Según el Ministro de Hacienda, se vende combustible para naves aéreas y marítimas sin pagar impuesto; se cobran comisiones bancarias por prestar servicios sin pagar el impuesto correspondiente, se devuelve un alto porcentaje de IVA a unos cuantos exportadores y por ello somos demandados por otros países; y la legislación contempla una serie de excepciones discutibles para pagar renta o IVA, en algunas actividades se cobra a un tipo de productos y a otros similares se les deja de cobrar.

La superación de esas irregularidades son las que constituyen  el proyecto de reformas fiscales con las cuales si se aprobaran, el Estado mejoraría  su recaudación tendría con qué responder a las medidas de protección social, de inversión y de disminuiría el déficit  fiscal heredado.

Nuestro país arrastra problemas que se han convertido en  deficiencias estructurales, la ciudadanía debe ser informada sobre lo negativo de continuar sin  cambiar. Uno de ellos es el elevado déficit fiscal, la deuda externa, la baja tributación que comparativamente con países similares en Centroamérica nos quedamos atrás. 

La carga fiscal de un país es importante para que opere la función redistributiva del Estado, con ella se deben garantizar la prestación de servicios sin los cuales la sociedad en su conjunto, y la economía como elemento importante no funcionan.

La educación de una persona le servirá a si misma, a su familia, al país, pero también a la empresa que forme o en la cual preste su servicio; la salud de la población, además de un derecho humano fundamental, es una condición indispensable para trabajar en mejores condiciones; la inversión en carreteras, puentes, caminos, viviendas y todos los servicios básicos esenciales crean bienestar y mejores condiciones a la economía.

Toda la sociedad tributa de alguna manera. Cuando consumimos productos o servicios estamos pagando impuestos, pero a veces la forma de gestionar la recaudación permite que unos cuantos se queden con esos tributos, se desvían de su destino; esta deficiencia  a veces ocurre con malicia, es un delito que deberá  perseguirse y castigarse severamente. 

Cuando el Ministro de Hacienda  informa  a la población que tiene la intención de presentar a la Asamblea Legislativa propuestas que están destinadas a cumplir esa meta de presión tributaria, empiezan las opiniones a recomendar  no hacerlo por que el país está en crisis; precisamente porque se está en crisis, es necesario incrementar la capacidad fiscal del gobierno que está empeñado  en aumentar la inversión y particularmente la inversión social que está pagando la deuda heredada y que está manejando la  función pública con transparencia y austeridad.

Debemos recordar que en estos 20 años pasados se despojó al Estado de sus empresas que producían aportes al fondo general de la Nación, se vendió ANTEL, se entregaron los bancos, se privatizaron las distribuidoras de energía, las pensiones, todo se hacía en función de favorecer un modelo en que priva el negocio, la ganancia privada. Ahora el cambio permite,  fortalecer lo público, empeñarse en tomar las medidas que permitan proteger a las familias más pobres y consagrar el servicio público al bienestar y seguridad  de la gente, para eso debe servir la reforma fiscal.