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2009/07/27

El bipartidismo, la realidad salvadoreña

Los partidos FMLN y ARENA son la última representación del bipartidismo en El Salvador, un país que se ha caracterizado por un alto grado de respeto al proceso democrático, por lo menos en los últimos 17 años, después de la firma de los Acuerdos de Paz.

Escrito por Raúl Méndez. 27 de Julio. Tomado de La Pagina.

Desde hace varios años El Salvador se maneja con un bipartidismoque permite a dos institutos políticos el control del aparato estatal, en donde los partidos minoritarios cada vez tienen menos incidencia en decisiones trascendentales para la vida nacional.

Si en los Estados Unidos se ha manejado un bipartidismo entre republicanos y demócratas, y en España se han turnado en el gobierno el Partido Popular y el Partido Socialista Obrero Español, en El Salvador también ha habido  representaciones similares.

En el país  se habla de  derechas e izquierdas que han luchado por el gobierno durante décadas. Se pasa por escenarios más recientes como la formación de la Unión Nacional Opositora (UNO) para disputarle la presidencia en 1972 al poderoso Partido de Conciliación Nacional (PCN).

Luego debido a la crisis en que entró el PCN al no reconocer el triunfo de la izquierda en 1977, este instituto político cayó en desgracia y la derecha formó el partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA).

En un bipartidismo de hecho, aunque existan otros partidos políticos minoritarios, siempre los que tienen mayorías son los que mandan en el país. En 1984 el bipartidismo estaba repartido entre ARENA y el Partido Demócrata Cristiano (PDC). Ambos fueron a elecciones y ARENA perdió en 1984. En ese año el PDC tenía mayoría de diputados en la Asamblea Legislativa lo cual le permitió que le endosaran el calificativo de “la aplanadora verde”, dirigida por José Napoleón Duarte, el presidente de la República.

Pero llegó la firma de los Acuerdos de Paz, y la izquierda política que había dejado abandonado el escenario político por hacer la guerra, vuelve a la actividad proselitista legalmente habilitada, después de que se firmara la creación e inscripción del partido Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).

De tal manera que, a partir de 1994, cuando el FMLN participa de lleno en su primera elección, es cuando comienza una lucha bipartidaria entre la derecha representada por ARENA y la izquierda bajo la bandera del FMLN.

Una época de vacas gordas y otra de vacas flacas

El bipartidismo salvadoreño ha estado expresado en estas dos fuerzas políticas: ARENA y FMLN, pero a la sombra de este sistema también han sobrevivido partidos pequeños como PCN, PDC identificados con ARENA, y otros de la misma línea de Cambio Democrático (CD), que siempre se han identificado con el FMLN.

Dirigentes relacionados a los partidos pequeños como PCN y PDC consideran que un bipartidismo en el país, no beneficiaría en nada a la participación ciudadana en las decisiones de trascendencia nacional.

Pero lo cierto es que estos partidos minoritarios, que representan una parte de la democracia en el país, le resultan muy caros a la población. Y si no habría que ver qué hicieron el dinero que les dieron como deuda política para la campaña electoral presidencial, en la cual oficialmente no participaron.

Durante los últimos 20 años de gobierno de ARENA fue para los partidos pequeños como PCN y PDC una época de vacas gordas. Es decir que teniendo ARENA control del gobierno, los otros partidos se beneficiaban de ciertas cuotas políticas.

Sin embargo, en las últimas elecciones presidenciales en las cuales el FMLN resultó triunfador con su candidato Mauricio Funes, actual presidente del país, las cosas han cambiado para los partidos minoritarios: ahora deben luchar en una época de vacas flacas.

Si antes ARENA les podía garantizar a estos partidos una cuota del poder que ostentaba, (llámese Procuraduría General para el PDC y Corte de Cuentas para el PCN), ahora habrá que ver si lo puede hacer, ya que tiene que velar por su propia casa.

Es por este motivo que en adelante se verá al partido ARENA negociando con el FMLN sobre temas de importancia nacional, como el caso de la elección de los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia (que fue un éxito); Fiscal General de la República (que es un gran reto); Procuraduría General, y magistrados del TSE que es donde está todo más arreglado.

El caso es que la época de aprobar las leyes en combo ya pasó, ahora los partidos de derecha, que durante las elecciones presidenciales de marzo se convirtieron en un solo partido, sobre todo ARENA debe negociar con el FMLN, y es aquí donde quedan en el aire los partidos pequeños.

La negociación es más importante que el choque

¿Y por qué tienen que negociar los partidos mayoritarios? Ellos deben hacerlo porque si ARENA intenta usar la fuerza de los 43 votos, con la mayoría simple que tienen en la Asamblea Legislativa entre PCN y PDC, entonces, tendrán que enfrentarse al FMLN y  el Ejecutivo, de Mauricio Funes, que tiene un arma importante, como es el veto presidencial.

Si ARENA aprueba un decreto que no sea del agrado del presidente Funes y el FMLN, definitivamente que será vetado. Pero también ARENA tiene la llave para aprobar un decreto o para denegar su aprobación. Excepto que haya un acuerdo entre FMLN y los partidos minoritarios PCN y PDC, para aprobar algunos decretos por mayoría simple, lo cual podría interpretarse como una traición de estos contra ARENA.

Pero incluso habría que analizar el supuesto de que se cumpla la advertencia de Orlando Arévalo de que integraría una fracción parlamentaria con diputados de derecha que estarían a favor del proyecto político del presidente Mauricio Funes.

Y, si hay algo real en toda esta situación,  es que el verdadero choque entre las fuerzas políticas mayoritarias salvadoreñas no ha comenzado todavía. Pero vendrá, eso no cabe duda. El choque no se ha producido por dos aspectos: uno porque es tiempo de crisis económica y ARENA no puede exponer una imagen de partido de choque, y, dos, porque el gobierno no ha comenzado a presentar sus peticiones más importantes en la Asamblea para atender las necesidades de la población, desde su punto de vista.

En la Asamblea los grupos parlamentarios han estado más ocupados en tirar al archivo todas las piezas de correspondencia que perdieron actualidad y en aprobar reconocimientos honoríficos a personalidades destacadas.

Por tanto, ambos partidos, tanto ARENA como el FMLN, están ahora en la etapa de calentamiento, como la parte previa a un partido de fútbol.

Sin embargo, vendrán tiempos en que la crisis se haya superado y cuando las elecciones estén cercanas, cuando se producirán los debates más álgidos, y se podrá ver las expresiones de poder de ambos bandos.

Bipartidismo también significa alternabilidad

El bipartidismo contempla la posibilidad de que dos fuerzas políticas que se disputan el gobierno de un país, puedan tener alternabilidad al frente de la administración presidencial.

Y ese sueño no lo ha perdido nada de vista el partido ARENA. Es cierto que perdió las elecciones presidenciales en 2009, pero su dirigencia espera recuperarse en los próximos comicios, tanto en los de 2012 como en los de 2014.

La dirigencia arenera sabe que es un proceso difícil el que se avecina, por tal motivo no se han dormido y han reestructurado los cuadros que dirigen, todo de la mano de Alfredo Cristiani, el presidente del COENA y ex presidente de la república.

Pero así como la dirigencia de ARENA ve difícil recuperar la presidencia de la república, también está pendiente de una posibilidad que cada vez toma mayor fuerza: que para 2014 el grupo de los “Amigos de Mauricio” se conviertan en partido político y dejen dividido al FMLN.

¿Y porqué hablar del partido de Mauricio Funes? Es que en los corrillos políticos y de gente relacionada con el FMLN, se menciona que los miembros del grupo los amigos de Mauricio andan tratando de convencer a cuadros dirigenciales del FMLN. Si esto fuera realidad, al darse el rompimiento, dejarían al partido de izquierda con menos posibilidades de lograr un segundo período al frente del gobierno.

De todas maneras, y sea cual sea el resultado de los reacomodos políticos que se den, el bipartidismo en El Salvador, entre FMLN y ARENA, está garantizado para muchos años más.

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