Comentarios mas recientes

2009/03/29

Utilización del “traidor”: lección para la derecha

La recién finalizada campaña electoral ha dejado muy mal herido al bando de la derecha; no debiera ser así si la democracia estuviera bien cimentada.

En otros países todo se celebra con más mesura, el triunfo o la derrota. Nadie patalea ni se pone eufórico; nadie se siente herido ni acreedor de un proceso que es construido por inmensos colectivos de hombres y mujeres.

Dado el caso, los liderazgos fracasados renuncian y saltan jóvenes que toman el timón para enrumbar el barco.

En El Salvador históricamente ha pasado lo contrario: el ganador se frota las manos en señal de júbilo inaudito, mientras el perdedor se encoleriza y culpa a los demás de su derrota.

De las pasadas elecciones del 15 de marzo estamos viendo signos nuevos: un presidente electo conciliador y un derrotado que propone una oposición constructiva.

Todo ello es formidable. Sin embargo, esta recién finalizada campaña fue dura, agobiante y prolongada para la ciudadanía. Vencedor y vencido deberían pedir perdón por ello, así como el exceso de gastos en tiempos de reverenda crisis.

Hay por otra parte, un hecho que la derecha política debe desechar para sus próximas campañas proselitistas: el infligir miedo, y para ello usar a personajes cuestionados socialmente por su pasado reciente, como es el caso de Joaquín Villalobos, entre otros, que fue parte de la ex guerrilla.

¿Quién podría confiar en Villalobos y algunos de sus ex cercanos colaboradores durante la guerra como para que se otorgue el derecho que querer aleccionar a la sociedad salvadoreña? Muy poca gente. Creo que lejos de sumar, restó a la derecha.

Sencillamente. El “uso” de este tipo de personajes se hace para tratar de desmoralizar al adversario. Se ha tenido la falsa idea o se ha creído que Villalobos tiene alguna credibilidad en el adversario de la derecha o en sectores  no partidistas. Pero ello no es cierto. En el seno de la izquierda, incluso, en la izquierda moderada, Villalobos es visto como “traidor” y al “traidor” nadie le otorga credibilidad.

Villalobos, después de la firma de la paz puso al descubierto, y por su propia boca, que había participado en asesinato de Roque Dalton y en la desaparición de su cadáver, con lo cual su capital político social se vino abajo. Sin embargo, era lo ético y lo moralmente aceptable.

Hoy trata de lavar su crimen con la retractación pública de algo que está grabado con su propia voz y revisado con su propia letra: su confesión en el crimen de Dalton.

Villalobos no paró ahí: se inmiscuyó en varios proyectos, desde el antifaz socialdemócrata, pasando por el liberalismo y por último, como democristiano; unas veces académico y otras veces agitador en la trinchera de la derecha. Todas estas batallas las ha perdido.

Su augurio sobre la desaparición del Fmln y su imposibilidad de ganar presidenciales, se estrelló contra el muro de la realidad el 15 de marzo pasado.

Por otra parte, gente como Villalobos tienen un ingrediente peor. ¿Quién de los líderes de la derecha y de los grandes empresarios le puede tener respeto y confianza? Miedo quizás.

Hay que recordar que Villalobos tiene responsabilidad directa en el asesinato de Roberto Poma y de los alcaldes de la Democracia Cristiana.

La derecha no debe decir nunca más “borrón y cuenta nueva”, sino que debe escudriñar en los escombros de su derrota todas estas verdades. Ahí encontrará argumentos y bases para su refundación. (FIN/27.03.09)

Por Juan José Dalton. Publicado en Contra Punto

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios que incluyan ofensas o amenazas no se publicaran.