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2009/04/20

¿Qué esperamos las clases medias?

Por Juan Valiente, Domingo, 19 de Abril de 2009 . Publicado en El Faro.

¿Quiénes decidieron esta elección a favor del candidato de la oposición?  Durante los meses previos a las elecciones, los analistas afirmaban que el ganador sería el que convenciera a la mayoría de aproximadamente 30% de salvadoreños que no eran “voto duro” de ninguno de los partidos mayoritarios. No existe obviamente un estudio completo de los votantes en el día de la elección, pero sí existe un análisis del perfil de los votantes en las encuestas previas a la elección y un estudio de LPG Datos del día 15 de marzo.

Los que eligieron a Mauricio Funes como Presidente para el próximo período fueron en su mayoría hombres, entre los 18 y 31 años de edad, con estudios de bachillerato o educación universitaria, en su mayoría católicos, que residen mayoritariamente en los centros urbanos del país y en general con mayores ingresos económicos. Al parecer la clase media decidió esta elección a favor de Mauricio Funes.
Es importante reflexionar sobre lo que habrá motivado a la mayoría de las clases medias a votar diferente a la votación de enero, donde el voto del FMLN era menor al 50%.  En la creatividad del comentarista y con insumos no estructurados de pláticas informales y comentarios de pasillo con múltiples profesionales que llenan el perfil de los que hicieron ganar a Mauricio Funes y al FMLN, me he atrevido a proponer algunas ideas que espero sirvan para no perder de vista parte importante de los elementos que esperan estas personas y que han convertido a Mauricio Funes en Presidente electo de todos los salvadoreños.  
Hay un clamor generalizado, porque regrese al país la cultura de la excelencia. En los sectores profesionales cada vez más se percibe la demanda por involucrar en el gobierno a personas capaces e íntegras, que tengan el conocimiento, la honestidad y el compromiso social necesario.  Ha habido épocas donde los funcionarios públicos eran los mejores en su área, no sólo profesionalmente, sino también en su carácter e integridad. Volvamos a instituir en el país la cultura de la excelencia. Busquemos la calidad como personas en los funcionarios y confiemos en que ejecutarán su función no satisfaciendo mezquinos intereses personales, sino el bien de la colectividad.
En sintonía con esta última afirmación, también existe una demanda cada vez más extendida por dejar de usar al Estado, no sólo al Ejecutivo, sino que todos los órganos del Estado para el enriquecimiento ilícito de funcionarios. Es cierto que se sacrifica a justos por pecadores, pero la percepción es que los límites se han rebasado y por mucho.  Aunque la mayoría de los casos más sonados han pertenecido al partido ahora en el gobierno, el nuevo Presidente electo no debe equivocarse, porque también se han conocido casos de los otros partidos políticos, incluso han existido muchos rumores de que en la gestión de algunos gobiernos municipales del FMLN se hace uso del famoso diez por ciento. Mauricio Funes debe estar atento, porque la situación demanda que se investigue seriamente y se castigue a los culpables; además de comenzar a potenciar una cultura diferente en el ejercicio del poder.  
Es probable que en este punto las expectativas de los votantes puedan estar un poco extralimitadas, en el sentido de que hay cosas que no dependen del Presidente. En lo relativo a otros poderes del Estado y de instituciones autónomas, lo más que puede hacer el Presidente es dar espacio a funcionarios competentes tratando de que la bancada de su partido en la Asamblea elija dichos funcionarios decentes y decrete leyes efectivas para combatir la corrupción.  
Se requiere además que las instituciones del Estado funcionen.  Ya es hora de dejar de hacer política con las instituciones públicas. Ha sido culpa de todos y quizás más del partido en el gobierno, pues en el pasado ha abusado de su posición dominante o de recursos económicos disponibles para garantizar al menos “benevolencia” de funcionarios en instituciones claves para el fortalecimiento de la democracia. Y en lugar de democracia hemos cultivado el germen de su destrucción con la politización de las instituciones del Estado. Debemos permitir que estas funcionen como están diseñadas para que comiencen a dar frutos de fortalecimiento democrático en beneficio de todos.  Estamos nuevamente hablando entre otras de la Corte de Cuentas, de la Asamblea Legislativa, de la Corte Suprema de Justicia y de la Fiscalía. ¿Cuánto tendremos que esperar? Existe en este momento una posibilidad importante para dar señales claras de este compromiso y de este cambio tan esperado y demandado por los que votaron confiando en la capacidad y compromiso del Presidente electo.
Y con el fortalecimiento de las instituciones se requiere también fortalecer el imperio de la ley.  La ley y las políticas públicas deben aplicarse a todos por igual.  Estos sectores de votantes ya están cansados de sentir que la ley no aplica a todos por igual. Ha habido avances en este tema, especialmente con la Procuraduría para la Defensa del Consumidor y la Superintendencia de Competencia. Ha habido avances en algunos casos judiciales. Sin embargo, esta mayoría cree que se necesita más. Y ojalá que ni se le ocurra al Presidente electo tratar de cambiar arbitrariamente las leyes del país y violentar las libertades personales básicas. Este sector de profesionales de ingresos medios y altos ama su libertad. Están dispuestos a aceptar sacrificios para bien del país, pero no cambios que mutilen la democracia y las libertades. Gracias a la Constitución, el presidente no puede cambiar leyes; puede solo intentarlo, para bien o para mal, mediante la misma iniciativa constitucional que se le concede.
Estas clases medias le han dado al Presidente electo su voto de confianza. No fue la base de militantes del FMLN (siempre necesaria, pero no suficiente) la que decidió la elección. Ojalá que Mauricio Funes escuche a los que hicieron posible que ahora esté en la posición que se encuentra.

2 comentarios:

  1. Como es la cosa? un gobierno para la clase media o una clase media para El Salvador. Totalmente de acuerdo con la mayoria de las observaciones en el comentario este, pero no nos olvidemos de que los problemas que se señalan(cuyo responsable es casi exclusivamante el partido en el gobierno)son promovidos y tienen como actores principales a personeros de cual clase? de la media por supuesto!!!!. El Salvador necesita una clase media que levante nuestro puje cultural, una clase media que sepa y deguste la cultura del primer mundo pero que entienda, maneje promueva y enriquezca nuestra cultura,nuestra propia cultura, no la mexicana sino la nuestra la cuzcatleca. Necesitamos intelecturales que sepan recitar los onmbres de los grandes clasicos de la literatura pero que tambien sepan de lo poco nuestro y que produzcan cosas propias(vergüenza les deberia dar encabezar sus pensamientos con la ya desde hace ratos rayada frase-titulo de Marquez " Cronica de una...", que no pueden producir algo propio, no tan ingeniroso pero propio!!!!)Necesitamos medicos solidarios que no pongan ganancias exageradas ante el sufrimiento de nuestra gente, medicos con verdaderos principios humanistas no mercaderes de la salud. Necesitamos profesores que den lo mejor de sí a las generaciones venideras, que les enseñen a valorarse a si mismas, que nos enseñen nuestro pasado, que nos enseñen por que y de que nos debemos sentir orgullosos como nacionales sin importar escuela o region. Necesitamos universidades que participen y dinamicen el pensamiento politico y economico de la region. Necesitamos abogados que crean en la ley, no descarados mentirosos y vivianes que de lo que menos saben es de respetar leyes y el orden. En fin no necesitamos una clase media mediocre que su ultimo fin sea confirmar( o consolarse?) su triunfo(salir de la pobreza u dar un paso arriba de la clase media?) menospreciando a los humildes nuestros. No necesitamos una clase media pasiva y egoista, que mientras de nutre del flujo de remesas( que los mas humildes con tanto sacrificio mantiene la economia) se relaja e ignora el desastre social salvadoreño y lo peor lo acepta sin hacer nada al respecto. En la clase media cae una tremenda responsabilidad pues es el motor del desarrollo de nuestra sociedad.
    Dando y dando.

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