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2010/07/09

Contra Punto-Luna: La reelección significa el máximo de los reconocimientos

 Entrevista con Oscar Luna, titular de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH), en torno a los nuevos retos que asume a partir de su reelección, y a los problemas más acuciantes del país, entre ellos el de la delincuencia. 

Por Magdalena Flores.09 de Julio. Tomado de Contra Punto.

 

SAN SALVADOR – Óscar Humberto Luna tiene razones para estar contento: inició el 5 de julio una nueva gestión como titular de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH).

Su destacada labor como procurador durante los últimos tres años le permitió reelegirse nuevamente. Con 79 votos el Parlamento lo ratificó el pasado 24 de junio.

Luna dijo a ContraPunto que el cargo de procurador le ha cambiado la vida, porque ya no tiene tanta privacidad como antes, pero que a pesar de ello le reconforta ayudar al país.

También hizo referencia a los obstáculos que ha tenido que enfrentar en estos últimos años para llevar a cabo su trabajo; asimismo habló sobre los principales retos que tiene en su nueva gestión y de que aún hay funcionarios que todavía ven el tema de los derechos humanos con desdén.

Retrocedamos un poco. ¿Por qué hace tres años decidió lanzarse como Procurador de los Derechos Humanos?

Yo siempre tuve una identificación con el tema de los derechos humanos, por diferentes razones.

Primero porque fui el primer delegado de la procuraduría en 1993. Estuve en la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH) desde 1993 a 1997, o sea ya conocía la institución.

En segundo lugar he sido docente universitario durante muchos años en la cátedra de derechos humanos y también derecho procesal penal.

Además he sido capacitador de la Escuela de Capacitación Judicial, y daba el curso de derecho constitucional y derechos humanos. También porque escribía en el periódico Co Latino, escribí más de 150 artículos de derechos humanos, y he sido juez.

Entonces yo tenía una identificación con el tema y sabiendo que mi antecesora (Beatrice de Carrillo) ya tenía dos períodos, consideraba que a lo mejor podía haber una posibilidad de que se tomará en cuenta mi currículum, entonces fue que me presenté como postulante en el 2007, y los señores diputados decidieron elegirme.

Prácticamente eso fue lo que me motivó, toda la experiencia que había acumulado en temas de derechos humanos.

¿Cambió su vida al asumir el puesto de Procurador?

Sí, cambia la vida porque uno pierde su libertad. Pareciera contradictorio con los derechos humanos, en el sentido de que uno tiene un compromiso con el trabajo que le limita la vida normal, y especialmente familiar.

Entonces creo que en ese sentido cambia mi vida, pero en lo demás sigo siendo una persona auténtica; o sea el hecho de que sea el procurador no me hace sentir más que otros. Soy siempre el mismo amigo y compañero de todas las personas, y mi forma de tratar a los demás es igual.

Aunque ha perdido un poco la “libertad”, ¿ha valido la pena este cambio?

Sí, porque lo he hecho en favor de mi país. Lo he hecho con alto sentido de responsabilidad porque creo que el país necesita que se trabaje por la defensa de los derechos humanos, porque ha sido un país muy maltratado por violaciones que se dieron durante muchos años, entonces creo que sí vale la pena cualquier esfuerzo y sacrificio.

De todo el trabajo que ha hecho estos tres años ¿qué ha sido lo más gratificante?

Quizá lo más gratificante dentro de todo ha sido crear la Escuela de Derechos Humanos, porque creo mucho en la educación como un componente y elemento importante para el desarrollo de El Salvador y para la democracia.

Espero que la escuela se conserve siempre, porque permite proyectarse a diferentes sectores de la población, educando en temas de derechos humanos.

¿Y qué ha sido lo más difícil que ha afrontado hasta el momento?

Las reacciones de muchos funcionarios porque como hemos tenido un problema de cultura de derechos humanos después de la firma de los Acuerdos Paz.

Creo que todavía hay personas y funcionarios que no aceptan esos cambios a favor de los derechos humanos, y que se vuelven hasta enemigos de los derechos humanos. Para mí es lo más difícil incidir en cambiar esas conductas y esas formas de pensar con respecto al tema de derechos humanos.

Por ejemplo, a mí se me ataca a veces de que dicen que hay problemas de inseguridad por los derechos humanos, aunque no es así.

¿No se han logrado adaptar estos funcionarios al contexto actual?

No, creo que todavía no alcanzan a comprender y quizás a conocer a profundad el mandato del procurador de los derechos humanos, y sobre todo la ley de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos.

Por ejemplo me dicen ¿por qué se defienden los derechos de las personas privadas de libertad? Cuando eso está en la misma Constitución y en la Ley de la Procuraduría.

Hay un mandato que me dice inspeccionar las cárceles, entonces por eso lo hago porque estoy cumpliendo con ese mandato constitucional, pero a veces eso nos cuesta que las personas lo comprendan.

Pero ni las a menazas a muerte que recibió lo han hecho desistir de este cargo.

No. Sentí ciertamente temor porque es natural como humano, pero tengo claro que en este tipo de cargos se corren esos riesgos, además soy una persona de fe.

Estoy haciendo lo que la ley me manda. Sí sentí temor pero también dije tengo que terminar.

El procurador Oscar Humberto Luna, con miembros del FMLN

que integran la Comisión Electoral de la Asamblea Legislativa

En este nuevo período ¿cómo se sintió que con 79 votos fuera reelegido?

Me siento muy feliz porque la reelección significa el máximo de los reconocimientos que puedo haber recibido por mi trabajo. Bendito Dios no me han cuestionado el trabajo, no me pueden señalar que despilfarre los fondos, no tengo informes de auditorías que me señalen grandes cosas, ni me pueden señalar de corrupción.

Entonces la reelección para mí es el premio por el trabajo que he realizado durante tres años.

¿Por qué continuar en el cargo?

Primero porque tres años es un período muy corto y segundo porque me gusta el trabajo que hago, creo que una de las mayores satisfacciones de un empleado cualquiera que sea el cargo que tenga es que le guste lo que hace. Me gusta lo que hago, y me siento bien haciéndolo, y creo que el país lo necesita.

Si pudiera resumir todo el trabajo que hizo durante su primer período, cómo lo englobaría.

Bueno, siento que durante tres años hice un trabajo con alto sentido de compromiso, con respeto a la Constitución, a la ley, y compromiso con este pueblo salvadoreño.

Pero además, creo que hice un trabajo con el cual se logró credibilidad y confianza. Además un trabajo que ha tenido proyección nacional e internacional. Creo que eso es bueno no sólo para la institución sino que también para el país, porque a nivel internacional a esta procuraduría la respetan.

¿Para estos próximos tres años cuáles son las proyecciones?

Pretendo impulsar el trabajo de atención a las víctimas, quiero crear una unidad de atención a las víctimas y promover una ley para crear un fondo a favor de ellas. Estas personas a veces no tienen como cubrirse sus gastos funerales, entonces creo que el Estado debe de crear un mecanismo, y lo mejor es una ley.

Pero también quiero fortalecer algunas unidades, como la unidad para las personas con VIH/SIDA, una unidad para las personas con discapacidad y una para los migrantes. También otro proyecto es fortalecer la escuela de derechos humanos para promover lo que llamo defensorías móviles en derechos humanos, que promuevan el conocimiento en derechos humanos en municipios, barrios y colonias.

Además por supuesto tenemos otros proyectos que tienen que ver con una política de género; y sobre todo un mecanismo de más proposición para reformas a leyes o creación de nuevas leyes a favor de los derechos humanos.

¿Cuál será su mayor reto para este nuevo período?

Quizá que pueda contribuir de una manera eficiente a garantizar seguridad en este país, porque es el máximo de las demandas que tiene la población salvadoreña.

¿Por qué considera que es importante el papel de un procurador de derechos humanos, en un país como este donde la criminalidad y la violencia están a la orden del día?

Es importante porque tenemos antecedentes de violaciones sistemáticas y graves a los derechos humanos durante el conflicto [1980–1992], no debemos de olvidarnos de eso.

Si bien se le puso fin al conflicto armado, las causas estructurales de la guerra no se han resuelto aún. Siento que hay que seguir promoviendo la garantía de los derechos humanos y también denunciando las violaciones que todavía se comenten, porque aún hay violaciones por omisión.

El tema por ejemplo de los derechos económicos, sociales y culturales como la educación, la salud, todavía se paga. Tenemos altos índices de pobreza y sobre todo porque hay otros temas urgentes que requieren de propuestas, por ejemplo el tema medioambiental, y hoy en día la seguridad.

Entonces creo que la figura del procurador en este país, y con el espacio que he logrado ganar, la confianza y credibilidad, me impone el deber de continuar y seguir haciendo lo que he hecho y aún mejor.

Pero a pesar de la importancia que juega, acá en el país algunos consideran que anteponer los derechos humanos incluso contribuye a que los delincuentes sigan haciendo de las suyas.

Creo que eso es precisamente producto de la cultura, porque ¿quién defiende cuándo una persona comete un homicidio? lo defiende un procurador, es cierto.

Pero es un procurador de la Procuraduría General de la República (PGR). Creo que ahí hay una confusión. Ahora bien, lo que nosotros velamos es que a las personas detenidas en el momento de su captura se le respeten sus derechos o sea que no los vayan a golpear, maltratar excesivamente.

El hecho que nosotros intervengamos en un procedimiento es para abrir un expediente, pero no le decimos ni a la fiscalía ni al juez ni a la policía póngalo en libertad, jamás lo podemos hacer, eso nunca.

Entonces, hay una confusión de percepción del trabajo nuestro, y por eso creo que hay que trabajar más para que las personas conozcan realmente lo que hace la procuraduría y que tengan más claro cuál es el mandato.

A raíz de los diferentes hechos de violencia que se han suscitado en los últimos días, ¿qué considera qué está pasando en el país? algunos sienten que la situación ya se les salió de las manos al gobierno.

Si eso es lo que se ve, como que la delincuencia casi está por superar la capacidad institucional. Considero que ha habido buenas intenciones y medidas que se han estado implementando pero lo que ha hecho falta es integrar las medidas y las acciones.

La fuerza armada en las calles, en los penales; la policía con más agentes, una ley especial de escuchas telefónicas, una ley de proscripción de las pandillas, la lectura de la Biblia, todas son medidas válidas, y hay otras propuestas, pero lo que creo que hace falta es coordinar las medidas, o sea que la política debe ser integral no aisladas.

El tema de la Ley de Proscripción de maras y pandillas, sólita la ley no nos va a resolver el problema. A la par de dicha ley tenemos que ver qué está pasando con la policía.

También hay que ver qué está pasando con la investigación del delito, si la fiscalía está siendo eficiente en la investigación del delito; hay que ver qué está pasando en los centros penales, si efectivamente se está combatiendo que no entren o salgan objetos ilícitos.

A veces hay buenas ideas pero quedan en el aire. Por ejemplo, el tema de la lectura de la Biblia, lo que ha hecho es crear una discusión. Dicho sea de paso yo estoy de acuerdo con que la Biblia debería de leerse, no solo en las aulas, sino en el diario vivir; pero lo que quiero decir es que cuando las medidas son aisladas no siempre van a resolver totalmente el problema y eso nos puede llevar a dispersión.

¿Pero lo de la lectura de la Biblia no riñe con el Estado Laico?

Ese es el punto, la ley está mal redactada.

La ley para empezar no dice que sea obligatorio. También habla de todos los centros educativos del país, ¿qué significa esto? que la Biblia tendría que leerse hasta en las universidades, cosa que a mí me parece que va a ser complicado.

Además se le recomienda al ministro de Educación que haga una consulta con los líderes eclesiásticos para revisar programas y los textos, ¿y cuáles son los líderes eclesiásticos? aquí hay cientos o miles de líderes, ya están complicando la situación, entonces no es operativa la ley.

Entonces no deberá de leerse la Biblia…

Para mí debería de leerse. Pero lo que pasa es que debió de haberse regulado. La Constitución habla de los fines de la educación y la obligación en materia de educación, habla de la moral y el civismo, eso creo que debería de promoverse más.

Leer la Biblia es bueno, pero la Biblia es de práctica. Lo que necesitamos es que quien lea la Biblia practique también lo que dice, porque si no qué sentido tiene. Creo que hay que trabajar más en la familia.

¿No sería mejor trabajar más los valores y los principios?

Los valores y los principios, lo que es la justicia, la verdad, la ética y la moral

Antes existía una clase de ética y moral, pero ahora ni siquiera eso enseñan

Moral, urbanidad y cívica era la cátedra que se daba antes, pero la Constitución habla de la obligatoriedad de la moral y el civismo. Pregunto ¿qué tanto nuestros docentes y maestros están enseñando moral y cívica como dice la Constitución en el artículo 60? Entonces eso creo que hay que promoverlo más.

En el caso de la ley de proscripción de las pandillas y maras, y aumentar los militares en las calles, tampoco se le ve mucho…

Ahorita está en consulta la ley, vamos a ver al final de cuentas cuál va a ser su redacción final cuando la someten a aprobación del pleno legislativo. Porque cuando fui a una reunión de consulta tenía cuatro artículos, hoy dicen que ya lleva nueve artículos, pero lo demás no lo conozco. Aquí de lo que se trataría es de que la ley sea también operativa, que funcione, si no vamos a tener una ley más.

¿Qué tendría que tener para ser operativa?

Revisar otras leyes. Por ejemplo el mismo código penal y el mismo código procesal penal. Porque de lo que se trata es de que se tienen que llevar al juez suficientes elementos que demuestren que una persona pertenece a una organización, mara o pandilla. Llevar elementos pero que convenzan al juez para dictar una resolución.

Le pregunto esto porque hay tanta información, pero aislada y no se termina de comprender.

Es que la ley en sí no establece sanciones, sino que lo que han hecho es reformar el artículo 345 del código penal que se refiere a las agrupaciones ilícitas. Entonces esto lo remite. Por ejemplo, dice aquí (Código Penal): será sancionado a quien se organice tal como dice esta Ley (Ley de proscripción). Pero para que se compruebe que una persona pertenece a una pandilla, eso es lo complicado porque hoy no todos usan tatuajes, entonces cómo hacerlo.

Entonces ahí está la técnica de investigación de la policía y la fiscalía para que cuando se le presente al juez pueda resolver a favor de la petición que se le está haciendo, si no los pondría en libertad. Entonces se ve más viable la ley, pero lo que se necesita es asegurar el procedimiento de recolección de la prueba.

Si usted tuviera la potestad dentro del Estado de poder cambiar algo del país, ¿qué cambiaría?

Cambiaría a funcionarios.

¿Por qué?

No porque no sean idóneos totalmente, sino porque creo que algunas áreas hay que mejorarlas... ¿Sabe qué cambiaría si yo fuera el presidente?, algunas actitudes.

Cambiar actitudes, y escuchar más a los sectores, oírlos más y aceptar también los errores para corregirlos, y sobre todo trataría de involucrar más en esta problemática de seguridad a los diferentes agentes o actores y funcionarios que tienen que ver en esta problemática.

¿Qué áreas siente que no están funcionando bien?

Bueno hay bastantes deficiencias, y que ocurren es lo siguiente: una política se construye sobre la base de antecedentes, de realidades. Por ejemplo la política penitenciaria está deficiente; la ambiental también está deficiente, si no veamos los altos índices de vulnerabilidad y los problemas de contaminación y desórdenes que hay.

Lo que quiero decir es que las políticas tienen que mejorar, no voy a crear una política social que vaya a estar despidiendo una cantidad de gente, entonces siento que las políticas tienen que revisarse en su conjunto para ver qué hay que mejorar.

Entonces sí considera que el Presidente tiene que saber escuchar

Creo que en cierta medida él debería de tener más apertura con los sectores y los funcionarios

Luna: La reelección significa el máximo de los reconocimientos

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