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2010/07/09

EDH-Recuperando el lenguaje

 Manuel Hinds.09 de Julio. Tomado de El Diario de Hoy.

Las sociedades se vuelven ignorantes cuando abandonan el razonamiento en sus debates y lo sustituyen con intercambios de palabras que representan tabús o talismanes para lograr la aprobación de los demás. A través de estas palabras cargadas de una valoración primitiva las sociedades aprenden a no pensar, aceptando la valoración que otros han puesto a las palabras y conceptos que controlan la sociedad. Es decir, a través de este mecanismo las sociedades ignorantes se vuelven conformistas.

Las sociedades ignorantes y conformistas son las que inevitablemente caen en las tiranías, ya que son muy fáciles de manipular, poniéndoles etiquetas de tabú a los conceptos asociados a la libertad y la dignidad humanas y de talismán a los conceptos asociados con la tiranía. De esta forma, abandonan la razón y entran al mundo primitivo del dogma —el mundo ideal para que el que controla los dogmas esclavice física y espiritualmente a un pueblo entero--. Es el conformismo que caracteriza a los nazis y a los comunistas, que aceptan tiranías arcaicas como la de Fidel Castro, que ha impuesto una dictadura totalitaria y personalizada por cinco décadas y que además la ha hecho hereditaria, pasando el control de ella a su hermano. Hugo Chávez está en camino de quedarse para siempre en el poder en Venezuela, y esto lo están haciendo todos sus seguidores en Latinoamérica. Lo hacen en nombre de palabras talismán —progresismo, sentido social—, pero en realidad lo que han establecido es lo más anticuado y anti-progresista que puede haber: las monarquías absolutas y hereditarias que el liberalismo destruyó en el Siglo XIX en los pueblos civilizados.

Nuestro país va camino a aceptar la sustitución del pensamiento y los hechos por palabras tabús o talismanes. Una de las palabras tabú es la de "neoliberal", que se aplica para descalificar los argumentos y los hechos mismos que apoyan la libertad y el imperio del derecho. Mucha, muchísima gente ha aceptado la idea de que el "neoliberalismo" es un tabú, algo que es tan malo que ni se menciona ni se trata de entender porque el sólo considerarlo es pecado.

La conversión de la palabra en un tabú ha sido muy exitosa, ya que la mayor parte de la gente niega furiosamente ser "neoliberal" y rechaza cualquier hecho, dato o realidad que los manipuladores de sus conciencias han declarado que son "neoliberales". La irracionalidad de esta actitud y la conexión directa con los primitivos mecanismos del tabú se evidencian en el hecho que el 99,9 por ciento de la gente que niega furiosamente ser neoliberal, no tiene la más mínima idea de lo que la palabra significa, y que si se le pregunta qué quiere decir, contestan con balbuceos y opiniones que no tienen nada qué ver con la palabra. Más aún, cuando uno comienza a hacer preguntas específicas sobre temas que separan el pensamiento liberal del tiránico, la gente tiende a responder de maneras que las califican como liberales, una palabra que, diferente de neoliberal, tiene un sentido muy claro. El "neo" sólo indica "nuevo", un sin sentido ya que el liberalismo ha existido en concepto por muchos siglos e incorporado en las democracias reales por doscientos años.

Hay dos temas que son definitivos en determinar si usted es liberal o no. El primero es si usted cree que los derechos individuales deben ser la base de la sociedad, de tal forma que el Estado sea un instrumento del pueblo y no al revés. Es de estos derechos que surge lo que se llama el imperio de la ley. El segundo, ligado al primero, es si usted cree o no que la libertad es un derecho sagrado e inalienable del individuo, cuyos límites sólo son impuestos por las libertades de los demás. Si usted responde afirmativamente a estas dos preguntas, usted es un liberal. Y, por supuesto, usted es un enemigo potencial de quienes quieren derogar los derechos humanos (que, por supuesto, son individuales, ya que los humanos son individuos) e imponer tiranías. Por eso hay que callarlo y anestesiarlo con tabús y talismanes para que deje de apoyar lo que usted cree y apoye el lenguaje de los que quieren volver el país una tiranía.

Por supuesto que a ellos no les gustan las ideas liberales.Fueron estas ideas las que crearon la democracia moderna, destruyendo las viejas monarquías absolutas en los países desarrollados, sacaron a estos países del estancamiento del feudalismo y el mercantilismo, generaron el imperio de la ley, llevaron a la independencia de América Latina y crearon lo mejor del mundo que tenemos. Ellos odian el imperio de la ley porque todos quieren ser como Fidel Castro o como Hugo Chávez o como Adolfo Hitler, quieren el poder por el poder mismo, para ejercerlo para siempre de la manera más arbitraria, sin respetar a nadie ni a nada, y todo en nombre del dogma fundamental: que todo lo que ellos hacen es en beneficio del pueblo y que si usted se opone a su voluntad no hay castigo que sea demasiado grande para imponérselo a usted.

Naturalmente, los tiranos absolutos de antes del Siglo XIX odiaban a los liberales. Los tiranos de este siglo los odian también. Les llaman "neoliberales" para tener algo nuevo en su discurso, que es el mismo de esos viejos tiranos que, al igual que ellos, ejercían el poder arbitrariamente, sin ley, sin reconocerle derechos a los pueblos y, como Fidel Castro, lo pasaban a su familia cuando morían o no podían más gobernar.

Lo que se necesita para contrarrestar esta tendencia al conformismo, a aceptar la tiranía intelectual y luego física y espiritual, es un poco de valor para defender lo que uno cree. Si usted cree en el imperio de la ley y en la libertad, dígalo. No se avergüence de tener un pensamiento digno. No caiga en los mecanismos que usan los brujos en las sociedades primitivas, para manipular a los ignorantes y conformistas. Si le dicen "neoliberal", ríase y responda que liberal viene de libertad, y que usted cree en la libertad y los derechos del individuo.

elsalvador.com :.: Recuperando el lenguaje

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