2011/05/13

LPG-El crecimiento sostenible sigue siendo la gran tarea pendiente

Y las preguntas se encadenan de inmediato: ¿Por qué no atraemos inversión privada, interna y externa? ¿Por qué no crecemos siquiera como otros países del entorno?

Escrito por Editorial. 12 de Mayo.Tomado de La Prensa Grafica.

 

El proceso económico nacional viene atravesando un ya largo período de altibajos cada vez más problemáticos, desde que en 1995 se dejaron de hacer las tareas complementarias que necesitaba el ajuste estructural de 1989. En 2001 vino la dolarización, a la que tampoco se le acompañaron las medidas estructurales indispensables para que dicha decisión monetaria crucial fuera una fuente de estabilidad y no un candado obstructor. Como viene siendo una indeseable constante tradicional de nuestra conducta como país, el problema principal radica en hacer las cosas a medias, como si con el primer impulso bastara. Esta es la perversa escuela de la improvisación convertida en norma de comportamiento institucional y social.

La crisis global desatada en 2008 vino a ponernos las cosas mucho más difíciles, porque quedaron más expuestas nuestras debilidades estructurales, nuestras limitaciones constitutivas y nuestras imprevisiones crónicas. Casos como el de la dependencia alimentaria, agobiada hoy por el disparo de los precios internacionales de los alimentos básicos, es una muestra clara de lo que puede acarrear una imprevisión irresponsable. Ahora hay que reactivar la agricultura productiva, sobre la marcha, luego de un largo y culpable abandono, por efecto de decisiones caprichosas, como la que prácticamente condenó a muerte lenta al agro nacional, allá en los años noventa del pasado siglo.

El dato de la CEPAL sobre nuestra posición en la cola de los países regionales en lo referente a la captación de inversión externa sólo pone un dedo ardiente en la llaga de lo que venimos padeciendo. Y las preguntas se encadenan de inmediato: ¿Por qué no atraemos inversión privada, interna y externa? ¿Por qué no crecemos siquiera como otros países del entorno? ¿Por qué seguimos patinando en viejos conceptos sin generar nuevas perspectivas? Los “por qué” están a la orden del día, las variadas opiniones también lo están, así como las explicaciones, las justificaciones y las reacciones autodefensivas de los que ahora tienen a su cargo tomar decisiones al respecto.

Lo que no se ve por ninguna parte es un movimiento de racionalidad activa y participativa en función de plantear estrategias y tomar acciones que se salgan de lo trillado de siempre para ir a lo creativo actual. Lo que ya no podemos es continuar dándole vueltas a lo mismo, con sólo respuestas de pura ocasión, que además se corrigen a cada instante ya en la práctica, como ha pasado con el ya célebre caso del subsidio al gas propano.

El crecimiento sostenible requiere, en su base, la vigencia real de al menos cuatro componentes básicos: productividad empresarial y social, planificación consensuada, competitividad puesta al día constantemente y confianza que lo irrigue todo. En ninguno de esos campos se ha hecho hasta el momento lo que las circunstancias sucesivas de la realidad demandan, cada vez con mayor urgencia. Seguimos atrapados en el juego absurdo del dime que te diré, que enreda las cosas en vez de resolverlas.

Nuestras condiciones naturales, poblacionales y socioeconómicas deben estar en la base de toda proyección orgánica del crecimiento nacional. Necesitamos de seguro más audacia y creatividad que otros países; sólo falta decidirse, como país, a ponerlas en marcha. Y eso exige mucha voluntad, mucha inspiración y mucha decisión, que todos deben poner.

El crecimiento sostenible sigue siendo la gran tarea pendiente

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