Como dice el ex Presidente Toledo, estamos en el momento. Dejar pasar el momento sería exponerse a que el proceso sufra deterioros graves que son evitables.
Escrito por Editorial. Lunes 14 de Septiembre. Tomado de La Prensa Grafica.
El ex Presidente peruano Alejandro Toledo estuvo en días recientes en nuestro país, y el principal tema de su agenda fue la exposición de la experiencia para lograr en su país un Acuerdo Nacional entre diversas fuerzas, en el que se contienen 31 políticas de Estado que habrán de seguirse independientemente de cuáles sean los gobiernos sucesivos. El tema es, desde luego, de alta importancia estratégica, y abordarlo en nuestro país resulta prácticamente insoslayable, cuando los diversos problemas, preocupaciones y nudos críticos que están vivos en el ambiente tienen vinculación directa con tres cuestiones fundamentales: seguridad, estabilidad y desarrollo.
El ex Presidente Toledo considera que en El Salvador “la fruta está madura para cosechar” un entendimiento de esa índole. Y para llegar a esa conclusión enlaza dos realidades en el tiempo: el Acuerdo de Paz, que le dio solución política a la guerra interna; y el momento de transición que se concreta en la alternancia democrática en el ejercicio del poder. Los salvadoreños ya demostramos, en las circunstancias más anormales, como son las que se dan en la atmósfera de un conflicto bélico nacional, que somos capaces de entendernos en lo esencial; ahora nos toca demostrar que también somos capaces de hacerlo en las circunstancias mucho más propicias de la normalidad que deriva de un ejercicio democrático saludable.
La búsqueda de ese Acuerdo Nacional para generar una visión de Estado debe ser una labor bien conceptuada, bien organizada y bien realizada. Y aquí sí las fuerzas políticas tendrían que tomar la vanguardia, para que cumplan su rol y la historia no las deje atrás.
Visión y tolerancia
Afortunadamente, el derroche de mala retórica confrontativa parece haberse agotado a sí mismo durante la prolongada y trillada campaña electoral que venimos de experimentar y padecer. Esperamos que eso haya clausurado la guerra de las imágenes, y que ahora se abran los espacios para la competencia de los proyectos. Las fuerzas políticas, y muy especialmente los dos partidos más grandes, y que por ende protagonizan la competencia, necesitan, uno y otro, su propio proyecto. Hasta la fecha no lo tienen, ni siquiera en sus líneas básicas. No hay ninguna información disponible cuando se pregunta por la línea ideológica precisa de cada uno. Y esta es una de las debilidades estructurales del sistema, porque la competencia democrática no puede hacerse con caracterizaciones indefinidas, eslóganes de ocasión y repentismos interesados.
Al haberse producido la alternancia, quedan reescritas sobre el pizarrón de la realidad nacional, con material fosforescente, dos palabras vitales: visión y tolerancia. Visión para ordenar los avances por la ruta del desarrollo en todos los órdenes, y tolerancia para entender y practicar el hecho de que esta es tarea de todos, los que me caen bien y los que me caen mal. La democracia también es educadora de los impulsos y de las emociones.
Como dice el ex Presidente Toledo, estamos en el momento. Dejar pasar el momento sería exponerse a que el proceso sufra deterioros graves que son evitables. No hay justificación para ello. “La fruta está madura y no la dejen caer”, alerta bien Toledo.
buena informacion !!!
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