Continuamos con los índices más elevados de homicidios. Nueve homicidios por cada 100,000 habitantes son “normales”, afirma la Organización Mundial de la Salud (OMS). Nosotros tenemos 65 por cada 100,000 habitantes.
Escrito por Sandra de Barraza.18 de Febrero. Tomado de La Prensa Gráfica.
La situación de violencia, simple y sencillamente, no ha cambiado. La situación ha empeorado. En 2011, son alrededor de 30 personas más las asesinadas que el año previo. Entonces, ¿cómo es posible afirmar que se está siendo eficaz en la recuperación del ambiente de seguridad ciudadana? Las cifras, aunque no se pongan de acuerdo entre las instituciones, demuestran que estamos peor.
Lástima que la popularidad del mandatario no sirva para disminuir los índices de delincuencia. Lástima que la popularidad se base en la distribución de uniformes, útiles escolares y zapatos sin importar si son importados. Y digo lástima porque la población mayormente afectada por la violencia son los jóvenes entre 15 y 19 años de edad, esos que deberían estar cursando algún grado de educación media y aquellos con 20 a 24 años, esos que deberían estar iniciando sus estudios superiores o incorporándose de manera competitiva al mercado laboral.
Continuamos con los índices más elevados de homicidios. Nueve homicidios por cada 100,000 habitantes son “normales”, afirma la Organización Mundial de la Salud (OMS). Nosotros tenemos 65 por cada 100,000 habitantes. ¿Puede afirmarse que es normal que se asesine a 14 jóvenes voluntarios promotores en prevención de la violencia? ¿Pueden continuar atribuyendo exclusivamente a las pandillas la situación de inseguridad en la que se vive y sobrevive? El 90% de los asesinatos no es cometido por miembros de las pandillas. Eso dice el informe oficial. ¿Entonces?
Es fácil atribuir públicamente a las pandillas cualquier homicidio porque así se encubre la ineficacia e incapacidad institucional. Con estas declaraciones se va generando en toda la población un sentimiento de rechazo social a estos grupos. Pero los datos oficiales reflejan que esta respuesta fácil es poco responsable. Respuestas fáciles y sin fundamento han motivado acciones poco estructuradas que se reflejan en la dispersión y hasta inviabilidad de leyes para “la prevención” de la violencia.
Once personas en promedio asesinadas por día. A nadie se le puede felicitar. Pero también, 11 millones más son los que se tienen que erogar para mantener, por unos días, quietos a los “empresarios buseros” que, sin mucha competencia y mucho menos exigencia, tienen la concesión privilegiada del servicio de transporte público. Las declaraciones sobre las exitosas negociaciones han causado mucho malestar a los ciudadanos. ¿Les importa a las autoridades?
Debería importarles porque mientras unos se dedican a comprometer millonarios recursos públicos para satisfacer las insaciables demandas de los buseros, las exigencias de incremento de los maestros y de los trabajadores de salud que están escalafonados y cualquier otra que aparezca en el camino; mientras unos se dedican a distribuir a diestra y siniestra subsidios millonarios generalizados, contradictoriamente otros están empeñados en “sensibilizarnos” para que se logre un pacto fiscal.
El pacto fiscal el Gobierno lo quiere con el sector privado o sin él. Se olvidan que es el sector privado el que aporta el financiamiento para toda la administración pública, que el déficit está creciendo y que los gastos siguen creciendo. Ese pacto fiscal se quiere para cumplir con los compromisos con instituciones de financiamiento internacional, se necesita porque no se recauda más, se está gastando más y nos están endeudando más. Nadie sabe a ciencia cierta el peso de la deuda sobre el PIB. En el mejor de los casos, muchos creemos que estamos en el límite.
Pero... ¿quieren recaudar más para distribuirlo en subsidios a los buseros y en incrementos salariales a los empleados públicos? Nadie en su sano juicio quiere pagar más impuestos para este tipo de gastos que solo beneficia a unos pocos. Ni un centavo más. Punto. ¿Son capaces de entender este argumento?
Me hago la pregunta porque la gente quiere buenas calles y carreteras, calidad en la educación, saneamiento ambiental y calidad en los servicios públicos. La gente quiere ver resultados concretos que le beneficien. Esto, ciertamente, se paga. Pero hasta ahora... son los uniformes y los útiles los que dan simpatía. ¿Con tan poco nos conformamos? No creo, y esto debe tenerse presente.
En seguridad pública y otros, se hace evidente la falta de coordinación y de conducción... ¿Cuánto tiempo necesitan para saber si son 15 o 20 más? Lo que interesa es recuperar el ambiente de seguridad ¿Para cuándo? Y... ¿para qué quieren recaudar más? Son las preguntas.
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