EDH-Siete señales de que las pandillas están más fortalecidas

 Carlos Ponce.16 de Febrero. Tomado El Diario de Hoy.

En mi artículo de la semana pasada expliqué que la literatura criminológica vigente sostiene que cuando la criminalidad baja como consecuencia de actividades orientadas a controlarla, la incidencia delictiva en zonas vecinas tiende a disminuir también, ya que los delincuentes perciben que la efectividad de las fuerzas de seguridad se ha incrementado y, en consecuencia, no están motivados a seguir operando en otras localidades, que además no ofrecen beneficios tan atractivos.

En El Salvador, aunque los lugares que tradicionalmente han registrado la mayor concentración de homicidios, experimentaron una leve reducción al contrastar las cifras de 2010 con 2009, otras localidades con menor nivel de incidencia reportaron incrementos. Considerando el principio criminológico antes descrito, descarté que dicha reducción sea el resultado de la operatividad de las fuerzas de seguridad pública, ya que de lo contrario la disminución en homicidios sería generalizada y no se limitaría a zonas altamente peligrosas.

Adicionalmente, concluí que la explicación más acertada para describir la mecánica detrás del comportamiento estadístico en discusión, es que la aparente estabilidad en las cifras de homicidios se deriva de la consolidación del control y dominio que ejercen las pandillas en las zonas de mayor incidencia.

Además sugerí que el incremento en otros lugares se podría deber a que dichas agrupaciones están expandiendo sus actividades a esos territorios para incursionar en nuevas figuras delictivas. Según mi interpretación, fundamentada en la teoría criminológica dominante, las pandillas en lugar de estar debilitadas se encuentran fortalecidas. Además del sustento académico de mi explicación, existen diversas señales que la corroboran. Debido al limitado espacio en este tipo de publicación, solamente enumeraré siete:

1. La incidencia de homicidios continúa siendo una de las más altas de los últimos diez años, por lo que las estructuras pandilleras actualmente son más peligrosas que en el pasado.

2. Diferentes informes de inteligencia y publicaciones periodísticas recientes, revelan que la presunta relación entre las pandillas y organizaciones criminales transnacionales parece ser más sólida que nunca.

3. Las pandillas han demostrado un preocupante nivel de evolución, evidenciado en su capacidad por llegar a acuerdos y formar alianzas entre facciones rivales para lograr la consecución de objetivos estratégicos comunes, como comprobaron durante el paro comercial que propiciaron en el último semestre del 2010, generando millones de dólares en pérdidas al sector privado y un estado de pánico colectivo.

4. Los pandilleros han alcanzado un nivel de sofisticación delictiva tal que tienen la confianza como para ejecutar ataques letales en contra de personal penitenciario, militar y policial, incrementando la cantidad de víctimas de este tipo en los últimos meses (siguiendo una dinámica similar a la de los narcotraficantes mexicanos, que frecuentemente asesinan a las autoridades).

5. Las pandillas han llegado a tener tal grado de control y dominio en las localidades en que operan, que han logrado la migración masiva de residentes, como ocurrió en el cantón El Guaje, Soyapango.

6. El alto nivel de poder adquisitivo de las pandillas, resultante de los jugosos frutos generados por sus actividades criminales, ha permitido que penetren y corrompan personal del aparato de seguridad, facilitando su acceso a armas de uso privativo de la Fuerza Armada y explosivos industriales, como se evidencia en los frecuentes decomisos realizados por las autoridades.

7. Los registros policiales revelan que la cantidad de pandilleros activos es más alta que antes, superando los 20,000.

Aunque el actual gabinete de seguridad, desde el inicio de su gestión, ha contado con mucho más recursos que administraciones pasadas, las pandillas están relativamente más fortalecidas. Es justo, por lo tanto, que antes de siquiera mencionar impuestos para financiar esta cartera de Estado, deben de darse cambios radicales en su conducción y enfoque, para así asegurar a la población que existe la posibilidad de recibir un retorno sobre su inversión.

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